La tarraconense Anna Bofarull estrena ‘Sinjar’, su tercer filme

Licenciada en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra y titulada en dirección cinematográfica en el Centre d’Estudis Cinematogràfics de Catalunya en Barcelona, Anna Maria Bofarull (Tarragona, 1979) estrena ahora su tercer largometraje, Sinjar. Hoy llega a las salas de toda España, pero ella no ha querido dejar pasar la ocasión para estar en OCine Les Gavarres de Tarragona (17.15 horas) para explicar a los asistentes a la proyección qué sintió en esta experiencia personal en forma de viaje físico y humano al Kurdistán iraquí, escenario de dos de las historias que narra con brillante temple y grabadas en localizaciones reales de Oriente Medio.

No es la única localización, aunque sí la más importante. Como ella misma explica al Diari «también rodamos en Barcelona, Sant Boi de Llobregat y en Tarragona. En Campclar filmamos en el interior de un piso y también aparece un autobús de Empresa Municipal de Transports (EMT)». Todo para materializar un proyecto trabajado durante 7 años y que «arrancó en 2014, cuando el Estado Islámico (ISIS) estaba capturando, violando y esclavizando a mujeres, especialmente del pueblo yazidí.

Como consecuencia de ello, aparecieron mujeres que se rebelaban, cogieron un arma y se convirtieron en guerrilleras para hacerles frente». Aquello hizo que «empezara a investigar sobre el tema, a querer saber más, y acabé yéndome allí para hablar con muchas de esas mujeres que habían sido secuestradas por el Estado Islámico. Y de alguna forma conecté con ellas. Necesitaba hacer la película». De ellas desprende el poder que emanan estas mujeres -en dos de los tres casos de las protagonistas-, mientras que Nova Navas interpreta el papel de una madre de aquí que ve cómo su hijo se va a hacer la yihad y no entiende la razón que le lleva a ello pero sabe que debe ir a buscarlo para tratar de traerlo de vuelta a casa. Razones poderosas para comprender el empoderamiento y la fuerza de estas tres protagonistas ante las circunstancias que viven. Las primeras críticas han acogido muy bien y aplaudido el resultado final.

Escrita, dirigida y producida por la propia Bofarull, la película muestra hasta dónde están dispuestas a llegar tres mujeres para recuperar a las personas que aman, en una ficción basada en historias reales. La cineasta tarraconense viajó por primera vez a la zona en 2016 y, tras luchar mucho por la financiación, en 2020 consiguió comenzar el rodaje en el Kurdistán iraquí apoyándose en un equipo mínimo de rodaje formado por mujeres (técnico y artístico), algunas de las cuales eran nativas de a zona y añade que «era un gran reto. Pero establecimos un gran vínculo con la comunidad yazidí, que nos acogió y logramos sentirnos como en casa».

Allí fue donde les pilló la pandemia. «Ha sido el rodaje más complicado de su vida», explica «porque tuvimos que acabar de rodar en una casa». Y el remate final llegó a la hora de volver a casa: «empezaron a cerrar aeropuertos, fronteras... Cuando fuimos al aeropuerto ya estaba cerrado, así que tuvimos que gestionar que nos ayudarán a volver y nos acabó repatriando el Ejército». Una auténtica odisea. Pero eso da para otra película.