Las Migas; ‘El flamenco es capaz de derribar fronteras’

Marta Robles, Carolina Fernández (La Chispa), Alicia Grillo y Roser Loscos forman Las Migas, la banda de flamenco que ha logrado el reconocimiento más allá de las fronteras nacionales. Con Libres, su último disco, han alcanzado la consolidación absoluta.

Dice Enrique Bunbury en uno de sus textos, «querías ser libre y que no te pasara nada». ¿Sienten la plena libertad?

En muchos aspectos sí, aunque lo consideramos como un proceso de búsqueda constante, un camino de evolución. En las cuestiones más importantes sí nos sentimos libres y en otras no tanto. Lo que te puedo asegurar es que le cantamos a la libertad en todos los sentidos.

Las Migas reivindican esa lucha por los derechos de las mujeres. En los festivales se empiezan a programar más artistas femeninas, algo que no hace demasiado era casi inviable. ¿Lo ve como una evolución?

Yo creo que en una pequeña parte, porque si te fijas en los carteles del Sónar, del Primavera Sound o del festival el Flamenco de Córdoba, entre otros importantes, todavía la diferencia entre hombres y mujeres es muy grande. Hay mucho trabajo por hacer en este sentido. A veces tienes la sensación de que se organizan ciclos pequeños con mujeres artistas para salir del paso.

¿Qué hay de riesgo en Libres?

Casi todo, empezando por la autoproducción. Es el primer disco que produzco junto a mi pareja Oriol Riart. Nos hemos peleado mucho (sonríe), pero ha sido una experiencia fascinante, de mucho aprendizaje. Luego creo que como banda hemos evolucionado hacia otros sonidos distintos que han sorprendido. No nos gusta mantenernos en un mismo lugar, preferimos indagar hacia otros universos musicales.

Tomatito, Estrella Morente o María Peláe, tienen fino paladar para las colaboraciones.

Es un lujo. A Tomatito lo vi tocar por primera vez en Ámsterdam y, desde entonces, se ha convertido en un referente absoluto. Siempre nos decía que le llamáramos para alguna colaboración, pero piensas, «luego lo llamaremos y será imposible». Pues estábamos equivocadas. Cuando le reclamamos para el disco solo puso facilidades. Es un orgullo, como el resto de artistas que nos han ayudado.

Las Migas han derrumbado fronteras, con giras internacionales meritorias. ¿Eso lo provoca el flamenco?

Yo creo que el flamenco es un argumento indiscutible para derribar fronteras, además en nuestro caso, que lo fusionamos con otros estilos, incluso es más sencillo. Estamos muy felices. Ahora queremos ir a Australia, a pesar de las dificultades, pero lo vamos a intentar. En España hemos tardado un poco más en recibir ese reconocimiento, pero por suerte ya lo vamos teniendo.

Usted formó el grupo y las ha pasado canutas para mantenerlo vigente. ¿Le gusta que la definen como líder?

Creo que hay palabras más bonitas, lo de ser la líder o no es algo que no me obsesiona, pero si sirve para destacar mi lucha para conservar la banda en todos estos años y con muchas dificultades, me vale. Podría haber elegido otros caminos, pero siempre he creído en este proyecto y ahora, que todo va bien, me siento muy realizada.

¿Qué ha supuesto para Las Migas esa nominación al Grammy?

No lo esperábamos. De hecho, cuando lo anunciaron yo me puse a llorar de alegría, porque, en parte, es un reconocimiento a todo lo que hemos luchado por este proyecto. Ese reconocimiento internacional también habla bien del nuevo disco que nos ha implicado mucho esfuerzo.

Por cierto, ¿dónde aprendió a tocar la guitarra?

Empecé mis estudios en Sevilla y, años después, me fui a vivir a Ámsterdam con mi hermana, donde seguí con la formación. Aquella locura que hicimos hoy me ha dado unos sobrinos holandeses (sonríe). Completé los estudios en Barcelona, donde ya me he quedado. Se puede decir que soy una sevillana totalmente cosmopolita.