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Leonardo Cano: «El metaverso será más nítido que la realidad»

El autor publica el thriller de ciencia-ficción ‘Este es el núcleo’

02 marzo 2025 11:38 | Actualizado a 02 marzo 2025 19:01
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Pablo Alcubier va a ser el primer hombre en transferir su mente al metaverso, en un mundo en el que las mujeres ostentan en exclusiva ese privilegio. Mientras llega el día que lo llevará a la inmortalidad, asiste a unas sesiones para fijar los recuerdos, de su mujer y de su hija desaparecida, que se llevará con él. Pablo Alcubier es el protagonista de Este es el núcleo, novela de Leonardo Cano, publicada por Galaxia Gutenberg. Un thriller que fue galardonado con el LV Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro y que gira en torno a uno de los principales temas de nuestro tiempo: la injerencia de la inteligencia artificial en nuestra existencia. ¿En qué consiste una vida? ¿Qué es, en realidad, el amor?

Si la memoria miente, con el metaverso llegaremos a una vida eterna un poco falsa.
Totalmente. De hecho, es uno de los temas de la novela. Nuestros recuerdos son una ficción, como ya sabemos, como nos han demostrado desde el postmodernismo hasta un montón de artículos científicos. Los neurocientíficos nos lo han demostrado. Entonces, en esta novela lo que hace el protagonista, Pablo Alcubier, es intentar fijar sus recuerdos con una narradora, la científica que trabaja para esa megacorporación tecnológica y que lleva a cabo con él una especie de consultorio, en el que poco a poco va ayudándolo a fijar los recuerdos que se va a querer llevar al metaverso, a la inmortalidad, a la eternidad. Pero claro, nos vamos dando poco a poco cuenta de que esos recuerdos también están muy matizados por la forma de pensar de Pablo, por la forma de recordar de Pablo.

Ella le obliga a recordar cosas que él no quiere.
Sí, le dice que nuestra vida es una suma de alegrías, de puntos álgidos y de puntos muy bajos y que debe conocer de él todos sus recuerdos para poder ayudarlo luego a narrar su historia, a narrar esos recuerdos y a que pasen a su núcleo en el metaverso.

¿Cómo se imagina el metaverso?
Pues ahora mismo todas las empresas de tecnología están trabajando en él, será una realidad aumentada, algo parecido en un principio a un juego de ordenador muy realista y poco a poco se parecerá totalmente a la realidad. Yo creo que llegará un momento en que sea mucho más nítido que la realidad. Me lo imagino así, como una especie de juego de ordenador realista o hiperrealista.

En la novela da la impresión de que el hombre se va a quedar muy solo en esa eternidad, es un poco terrorífico.
Sí, sí. Cuando me propuse escribir una historia de ciencia ficción, lo que quería era utilizarla para hablar del presente. Y yo creo que es algo que está pasando ya. Yo hablo con bastantes amigos y me cuentan que muchos de sus hijos están encerrados en la habitación jugando horas y horas a las consolas. Pero a la vez están hiperconectados, hablando con un montón de amigos, y no quieren salir de la habitación porque quieren socializar y su modo de hacerlo es así. Eso está pasando ya, y claro, lo que habría que pensar es que nosotros, los que somos de cierta edad vemos a esa gente aislada y sola, pero ellos no piensan que estén solos, sino que se creen que están continuamente socializando. Y quería llevar un poco al extremo ese aislamiento, esa soledad, para ver si podía pasar en el futuro. Si te das cuenta, cada vez más se publican artículos acerca de que cada vez hay menos parejas, que cada vez hay más dificultad para conseguir parejas y yo creo que eso puede ser algo que nos pase cuando lleguemos a la tercera edad y estemos más solos que nunca.

El amor no existe y todos son impulsos.
Disparos neuronales. Se fantasea con que en el futuro, dentro de unos 20, 25 años, la inteligencia artificial o las inteligencias artificiales nos demostrarán que algunos de nuestros sentimientos o muchos de ellos son una ficción y que el amor no es sino algo que nuestra conciencia, a lo largo de los miles y millones de años, nos ha ido mostrando para la persistencia de la especie, para la procreación. Pero que en realidad el amor es como un disparo neuronal, como una sensación que nos manda la mente de hambre cuando necesitamos alimento. En la novela, en general se crea una especie de ambiente nihilista. Sin embargo, el protagonista no cree en ese futuro a pie juntillas, en esas cosas que dice la inteligencia artificial.

¿Las máquinas en algún momento tendrán conciencia y podrán decidir por sí solas?
Es difícil de saber. Lo que pasa es que los científicos todavía no se ponen de acuerdo sobre en qué consiste la conciencia. Hay muchas teorías, pero nadie lo sabe. De hecho, yo me he basado en una, bastante desarrollada, en el sentido de que la conciencia es solo una ficción que se creó hace mucho tiempo, hace miles de años, que nos lleva ventaja evolutiva a los humanos y que nació a partir de nuestra tendencia a intentar saber qué va a pasar en el futuro. Todo el rato estamos proyectando qué va a pasar ahora, qué va a pasar si hago esto o aquello. Entonces, es difícil saber si la inteligencia artificial va a tomar conciencia o las máquinas porque no sabemos lo que es la nuestra.

Pero la gran pregunta es si las máquinas nos superarán.
Lo que sí nos dicen nuestros científicos es que las redes neuronales artificiales, las que forman la inteligencia artificial actualmente, se comportan muy similarmente a las redes neuronales que tenemos en nuestro cerebro. Entonces, si eso se lograra replicar, va a ser difícil, sobre todo, descubrir quién es consciente y quién no lo es. O sea, si esas máquinas lo son o no. Es algo que va a pasar, aunque a lo mejor no podamos decir que la conciencia de las máquinas es igual que la nuestra, pero puede ser que sea muy parecida y no seamos capaces de diferenciarla. El caso es que la tecnología es más fuerte que nosotros, evoluciona a una velocidad que nos es difícil de controlar. Estoy a favor, por supuesto, de que debe ser controlada, debe ser legislada y reglamentada, pero se hace muy difícil.

Plantea una tecnología feminista por una vez, pero tampoco van bien las cosas.
Sí, quería mostrar un poco las tensiones actuales. En la novela hay pasado, presente y futuro que se entremezclan. A mí me atraen mucho las novelas que tratan de analizar la tensión que hay en nuestra sociedad. Y yo creo que hay una tensión ahí total entre la lucha de géneros. Si ves las redes sociales, los grupos de WhatsApp, la gente en los corrillos, la prensa... Para esta gente parece que hombres y mujeres fuéramos enemigos y quería analizar eso. Quería ver qué pasaba si en un futuro las mujeres tenían los privilegios, o al menos unos ciertos privilegios muy importantes, como es el de la capacidad de poder guardar sus recuerdos en un ordenador cuando mueren, y es que es algo que solo se le permite a ellas. Los hombres mueren por enfermedad o por vejez sin poder hacerlo todavía.

El terrorismo tiene otro motivo para atentar.
Ninguna revolución se ha hecho en nuestra historia sin injusticias y claro, en este caso también las hay. También hay un grupo terrorista de hombres que se levantan con violencia en contra de esos privilegios. Me gusta extremar a veces los temas y esas tensiones para llevarlos al punto en el que el lector se tenga que posicionar y que piense en qué lugar quedaría él o ella y qué haría en el caso de estar en donde están los personajes.

$!Leonardo Cano: «El metaverso será más nítido que la realidad»

¿Diría que esta polarización actual llega tras los zarpazos del feminismo?
No, creo. La polarización está en todos los lugares de la sociedad. Hay una catástrofe natural y se polariza, hay reformas jurídicas y se polarizan, hay partidos políticos enfrentadísimos, equipos de fútbol, hay jueces de un lado y de otro, cuando en teoría deberían ser personas totalmente ecuánimes. Todo se polariza también ayudado por las redes sociales, que también han sido una revolución tecnológica, como será la de la IA, solo que la IA creo que va a ser exponencial, en relación con la de internet o las redes sociales. Casi en cualquier ámbito, el diálogo está totalmente proscrito porque se empieza por la violencia y luego, tras la violencia se reclama el diálogo, cosa que no lo hace posible.

La no gestación, que ya se está intentando llevar a cabo...
En el futuro puede pasar que se puedan tener hijos sin gestar en el interior de las mujeres y eso también cambiar mucho nuestra forma y nuestra relación porque si la humanidad ha evolucionado gracias al trabajo conjunto de hombres y mujeres, ¿qué pasará si en un futuro no es necesario gestar? Esa batalla del género va a existir porque nos vamos a separar más en el futuro, porque cada vez nos vamos a necesitar menos. Creo que los escritores debemos buscar el análisis de las sociedades en las que vivimos y examinarla sin sermonear, sin dar respuestas fáciles, porque la vida es compleja.

¿Por qué se van al metaverso cuando son viejos y no lo hacen de jóvenes?
Lo que sucede ahora en los juegos de ordenador, en las videoconsolas, es que la gente se busca personajes que son dragones o monstruos de tres metros. La verdad es que también puede ser que el género desaparezca y que la gente sean zombies, dragones o máquinas, probablemente máquinas como Transformers. Y digamos que al final todos acabemos en el interior de un juego ordenador.

Este hombre es un genio, pero un desastre como marido y como padre.
Muchas veces hemos llegado hasta aquí como sociedad gracias a hombres y a mujeres que a lo mejor no han sido las mejores personas del mundo. Y la pregunta que quería hacerme en la novela es qué podría sentir alguien al vivir cerca de una persona así. El protagonista hace un descubrimiento prodigioso para el mundo, pero probablemente estar a su lado como pareja o como hija no ha sido lo mejor. Posteriormente, él se arrepiente. Quería hablar de esa narrativa de arrepentimiento, esa narrativa de la pérdida, de haberse enfocado demasiado en el trabajo y que él lamenta. A través de las décadas también nosotros mismos cambiamos mucho, no somos las mismas personas y yo quería enfrentar a un personaje con su pasado, ver qué podía sentir.

¿A usted no le gustan los capítulos no?
Me interesaba en esta novela que no tuviese una narración cronológica. Quería que fuese una suma de presentes, porque nuestra memoria también funciona así. No tenemos una memoria cronológica. De pronto, ante una visión que nos esté sucediendo, nuestra mente se va hacia un recuerdo de hace muchos años o hacia una proyección de qué puede pasar en el futuro y quería hacerlo de esa manera. También hay muchos científicos que nos dicen que el tiempo es algo creado por nuestra mente, que el tiempo no existe, que hay un montón de presentes. Vivimos un montón de presentes alternativos y continuos. Quería jugar con eso en la novela.

¿Qué significa el premio?
Ha sido una alegría para mí. Sirve para que los lectores se acerquen a ella. Igualmente, creo que los premios también hacen que a los lectores les interese la literatura.

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