Cultura

Libros

Novela policíaca

Poirot, el detective que Agatha Christie acabó odiando

Se cumple medio siglo de la muerte del personaje, que incluso fue anunciada en la portada del ‘New York Times’

Davit Suchet como Hércules Poirot.

Davit Suchet como Hércules Poirot.Dt

Glòria Aznar

Creado:

Actualizado:

En:

En el verano de 1975 el ‘New York Times’ publicaba un obituario insólito. Era el día 6 de agosto y en su portada decía así: «Hércules Poirot ha muerto; célebre detective belga». El famoso investigador creado por Agatha Christie se convertía de esta manera en el primer personaje de ficción en protagonizar una necrológica, de la que en este 2025 se cumple medio siglo.

En Telón: El último caso de Poirot este enfrenta su investigación final en un estado de salud muy deteriorado: ya anciano, está aquejado del corazón, sufre de artritis severa y necesita de la silla de ruedas para desplazarse. En ese contexto, se ve obligado a tomar una decisión extrema. Al descubrir que el asesino que persigue no puede ser detenido por medios legales, Poirot urde cuidadosamente un peliagudo plan para que no se le escape –que no desvelaremos aquí para no hacer espóilers–. 

De todo ello deja constancia en una carta póstuma a su inseparable amigo, el capitán Hastings. Su decisión lo convierte no solo en uno de los pocos detectives de la literatura que muere en ejercicio de su deber, sino también en un personaje profundamente humano, que pone el bien común por encima de todo lo demás. Una despedida con un dilema ético que aún hoy invita a la reflexión.

Como ejemplo, la disyuntiva entre justicia legal y moral o personal es una de las constantes en las deliberaciones del comisario Montalbano, que nacería 19 años después de la muerte del belga, de la pluma del escritor siciliano Andrea Camilleri.

La creadora acabó con su creación. Pero ya era tarde y Poirot se había convertido hacía tiempo en una figura inmortal.

Agatha Christie en su máquina de escribir.

Agatha Christie en su máquina de escribir.Wikipedia

Refugiado de guerra

Retirado de la policía belga y refugiado en Inglaterra tras la invasión alemana durante la Primera Guerra Mundial, Poirot hizo su primera aparición literaria en 1920, en El misterioso caso de Styles, que además marcó el debut literario de la Dama del Crimen.

«Hombrecillo de poca estatura», Poirot adora el «orden y el método». Es perspicaz, observador e ingenioso. Su agudo razonamiento deductivo e inteligencia, la utilización de sus «células grises» para resolver los casos más complicados, le generaron el respeto y admiración de fuerzas policiales de todo el mundo. Sin embargo, también es pedante, egocéntrico y un punto narcisista. Vive obsesionado con la simetría, hasta el punto de que los huevos hervidos del desayuno deben ser del mismo tamaño, lo que se extiende a su emblemático bigote, «el mejor de Inglaterra»: negro, pomposo, grueso y armonioso. Peinarlo con precisión matemática es todo un acto ceremonial.

Elegante e impoluto, elige cada prenda con esmero, sin una sola arruga ni mancha. Un atuendo que refleja con exactitud su maniática personalidad.

Sus virtudes y defectos, cuidadosamente otorgados por Agatha Christie, terminaron volviéndose en su contra. Con el paso del tiempo, la autora llegó a sentirse atrapada por su personaje y lo consideraba insufrible, «detestable, ampuloso, cargante y excesivamente egocéntrico». Sin embargo, el público lo amaba, por lo que Christie rechazó matarlo, a pesar de que tenía escrito su desenlace desde los años 40. No cometería el mismo error que Conan Doyle con Sherlock Holmes, quien fue una gran influencia para la escritora británica.

En el contexto de las complejas relaciones entre escritores y sus creaciones, Javier Peña explica en Tinta invisible cómo Doyle llegó a sentir tanto odio hacia Sherlock Holmes que intentó matarlo en El problema final (1893), arrojándolo por las cataratas de Reichenbach. Durante un viaje a Suiza, «se convenció de que aquel sería un lugar ideal para despeñar a su detective. No lo soportaba más. Escribió: Un día comí tanto fuagrás que hoy me pongo enfermo con el mero hecho de oír esa palabra, pues eso mismo es lo que siento hacia Sherlock Holmes. Sin embargo, no fue fácil asesinarlo. El escritor recibió amenazas e insultos, veinte mil suscriptores se dieron de baja del ‘Strand Magazine’, la revista que publicada sus aventuras. Ante la presión del público y la demanda de más historias, se vio obligado a resucitar al detective en El regreso de Sherlock Holmes (1903), de manera bastante antinatural».

La fama

Durante su trayectoria literaria, Poirot protagonizó más de 30 novelas y 50 relatos cortos. De la literatura pasó al teatro, al cine y a la televisión, interpretado por actores como Albert Finney, Peter Ustinov o Kenneth Branagh. En el Reino Unido tuvo un éxito sin precedentes Agatha Christie's' Poirot, la serie de televisión transmitida por la cadena ITV entre 1989 y 2013, compuesta por 13 temporadas y 70 episodios, con el actor británico David Suchet.

Cincuenta años después, todavía se debate sobre su personalidad, que Branagh presenta como indicativa de neurodivergencia. Aunque Agatha Christie nunca afirmó que Poirot fuera autista, estas representaciones han abierto un espacio para la discusión.

tracking