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    Marc Jubete: el bailarín moderno

    Empezó en la Escola Artis de Reus, donde disfrutó de un vínculo especial con la directora, Pilar Sanz. Pasó por el Estudio de Danza María de Ávila de Zaragoza y acabó en Hamburgo, donde ha hecho carrera.

    28 mayo 2023 18:31 | Actualizado a 28 mayo 2023 18:57
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    «Era muy pequeño y odiaba las clases de danza. Les pedía a mis padres que me desapuntaran. Una vez, Pilar, la directora de la Escola Artis de Reus, vino a buscarme a mi casa porque no me presenté. Supongo que vio algo especial en mí». Marc Jubete (Reus, 1989) descubrió que aquellas formaciones que tanto odiaba de pequeño le iban a abrir un camino vital poco después. A los 15 años se subió al tren de la danza, aquello que tanto había detestado a poco de llegar al mundo. «Probé varios deportes, pero me di cuenta de que la danza era mi vida».

    En efecto, Pilar Sanz, una histórica del sector en Reus, le guió hacia un futuro repleto de esperanza. Después de un año de vuelta a las clases reusenses, la directora de la Escola Artis aconsejó a Jubete que diera al paso y se integrara en el programa del Estudio de Danza María de Ávila, en Zaragoza. Corría 2006 y el joven bailarín todavía no había cumplido ni la mayoría de edad, aunque su destino parecía escrito.

    Tres años en Zaragoza bastaron para dar el salto definitivo. El norte de Europa suele convertirse en un lugar deseado para todos los amantes de las artes escénicas, un registro muy valorado en esos lugares, con una abundante cantidad de creadores. También la danza se posiciona en un espacio privilegiado. El reusense emigró en 2009 hacia Hamburgo, en Alemania, para hallar ese hueco que impulsara definitivamente su carrera. Lo logró. «Siento que ese paso era necesario. Creo que en el Camp de Tarragona hay mucho talento, pero no los recursos necesarios para explotarlo», refleja el artista.

    $!Foto: Joan Maria Llussà

    Criado en la urbanización de El Pinar, Marc se define como una persona de carácter tímido. «Soy muy introvertido y la danza se ha transformado en una de las mejores formas que tengo de expresarme. También me hace sentir libre», añade. En la creación halla un hábitat perfecto para él.

    En 2011, Jubete se incorporó al cuerpo de baile del Hamburg Ballet, de gran prestigio en el país. Desde 2016 ejerce como bailarín solista de este grupo, dirigido por John Neumeier. «En Hamburgo lo he aprendido prácticamente todo», reflexiona. Precisamente, Neumeier le ha inspirado hacia el mundo de la coreografía, otra rama del arte en la que se ha involucrado por completo.

    «Siempre busco nuevas formas de movimiento y exploro nuevos conceptos coreográficos, colaborando con otros artistas para encontrar la poesía que se esconde en nuestros cuerpos, para contar historias o simplemente para encontrar la belleza de las emociones que hablan a través del movimiento del cuerpo humano», comenta.

    En ese ámbito ya ha realizado varios trabajos y, en estos momentos, está a un paso de inaugurar SomNiu, una obra que verá la luz en el Teatre Fortuny y que comparte con bailarines y actores de la zona. «Dispongo de contactos con bailarines muy buenos de Alemania, pero tenía claro que, en este proyecto, necesitaba dar cabida al talento local, porque hay mucho. Que la gente de aquí pueda tener una oportunidad de trabajar en unas condiciones dignas», confiesa.

    Los reconocimientos no le han tardado en llegar. En 2016 recibió el galardón Dr. Wilhelm Oberdörffer-Preis, Hamburg Stattsope, como al mejor bailarín promesa. Mientras fue distinguido por Erik Bruhn Prize, en Toronto (Canadá), como mejor coreografía, también en 2016.

    Una vida nómada

    Marc Jubete convive con el trayecto nómada habitual en los artistas. Labora varios proyectos a la vez y viaja de una manera constante. Su existencia ha fijado residencia en Hamburgo en los últimos años, aunque el oficio le pide ahora tocar teclas en varios países. Tanto como coreógrafo como bailarín.

    Reus se ha postulado en los últimos tiempos como una cantera importante de bailarines y bailarinas que hoy ya ejercen como profesionales en distintos puntos del país y también en el extranjero. La labor que realizan las diferentes escuelas de la ciudad, entre ellas el Centre de Lectura y Artis, propician esta fuga de talento. «Estoy de acuerdo que la tarea que se hace desde las academias es fundamental», recalca el protagonista.

    La nueva realidad de Marc Jubete en Alemania precisó de una adaptación compleja; un país distinto, una cultura distinta, un idioma distinto, un clima distinto. «Probablemente, me pasé el primer año y medio depresivo sin yo ni siquiera saberlo, aunque poco a poco me acomodé a un lugar diferente de lo que estaba acostumbrado», rememora. En Hamburgo no sólo ha aprendido los secretos de la profesión, también ha cosechado grandes amistades y contactos que le van a servir para el futuro de su carrera como artista.

    El reusense siente pasión por la danza moderna y se considera un bailarín creativo. «Soy una persona muy inquieta, no sé quedarme quieto en el mismo lugar. Necesito sentirme en la búsqueda constante», declara.

    A pesar de sus largas ausencias, lleva Reus muy adentro y siempre encuentra un motivo para volver. El actual se llama SomNiu, la obra que presentará en el Fortuny con un guiño a su tierra.

    «Soy muy introvertido y en la danza encuentro una de mis mejores formas de expresarme y la sensación de libertad»
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