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    Miquel Esquinas, el pianista lector de Borges

    Empezó sus estudios en el Conservatori de Tortosa a los 5 años y debutó como concursante de piano a los 10. Ha pasado por escenarios de toda Europa. Desde el año pasado forma duo con la violinista Elisa Scudeller. Vive entre Tortosa y Barcelona.

    10 diciembre 2022 19:06 | Actualizado a 11 diciembre 2022 07:00
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    Se expresa vivazmente, con madurez, siempre lúcido, y sus palabras recorren el aire a la misma velocidad y con la misma precisión que sus manos viajan por las teclas del piano. «Estoy enamorado de la música, es mi trabajo y mi vocación. Cuando hay que trabajar hay que trabajar y mi trabajo es interpretarla. Pero a la vez la disfruto cuando no trabajo, como hobbie. Desde las dos variantes: como trabajador y como oyente». Esta pasión total por la música ha llevado a recorrer a Miquel Esquinas Martínez, de 22 años, escenarios de toda Europa.

    Esquinas empezó sus estudios de piano a la edad de 5 años, en el Conservatori de la Diputació de Tarragona en Tortosa, con Inés Reguero. En 2018 finalizó el grado profesional en el mismo centro y obtuvo el Premio extraordinario con la especialidad de piano. Después pasó a estudiar en el Conservatori Superior del Liceu, con el profesor Daniel Ligorio.

    Toda trayectoria necesita ciertos sacrificios. «La música requiere tiempo como cualquier estudio, pero es un estudio muy programado. Si tienes un examen al día siguiente, lo puedes estudiar la tarde de antes. Si tienes un concierto, no. La música requiere unas condiciones más específicas: no puedes estudiar en el tren o tienes vecinos a los que puedes molestar... Tienes que, por lo tanto, buscar tiempo y priorizar ese estudio», expresa.

    Ha participado en diferentes cursos de formación como el Curso de Música de la Cátedra de Cervera, el Curso Internacional de Música de Ripoll (en las dos últimas ediciones ha sido becado como mejor estudiante del curso y como joven promesa), la Ticino Musica Academy o la Jiri Hlinka Piano Academy. Ha realizado clases con diferentes profesores de renombre como Leif Ove Andsnes, Ulrich Koella, Alba Ventura, Christopher Park, Kristian Hanland, Andrea Lucchesini, Akiko Ebi o Marco Rizzi.

    Las letras y la música conforman el pilar principal de su universo particular

    Debutó como concursante de piano con 10 años y desde entonces no ha dejado de hacerlo obteniendo premios en varios concursos como el Concurs Joves intèrprets del Conservatori de Girona, el Concurs de Música de Cambra Higini Anglès o els Premis de Lied Conxita Badia. También ha participado en dos ocasiones en el ESMUC piano fòrum, en el Festival Internacional de música de Ripoll, el festival Ticino Musica (Lugano, Suiza), en la Accademia Perosi (Italia), en el Schloß Zell an der Pram (Austria) o el Rekstensamlingene (Noruega) entre otros.

    Como todo adolescente, tuvo su momento de crisis y pensó en dejar la música, pero su profesora y su madre le animaron a seguir. «Mis padres no son músicos profesionales, pero son grandes amantes de la música y me han apoyado mucho en todo el proceso. Les estoy muy agradecido», reconoce.

    Siente preferencias especialmente por Beethoven y Mozart, aunque también por Brahms, Schubert y Debussy. «Me fascina el mundo de Schubert, es pionero en su género, de una belleza incomparable», sostiene. A la hora de enfrentarse al piano y al público considera que lo importante es interpretar la música programada de la mejor manera posible y de acuerdo a sus ideas, y la reacción del público será una consecuencia distinta para cada uno. «Al final lo que prima son las obras de arte que ya están escritas; nosotros somos simples intérpretes o transmisores. Pero sí hay que tener un discurso potente de cómo se deben interpretar esas obras de arte y hacerlo en su máximo detalle y esplendor. El piano es la herramienta para expresarlas».

    «Al final lo que prima son las obras de arte que ya están escritas; nosotros somos simples intérpretes o transmisores»

    Vive entre Barcelona y la capital ebrense. Este otoño ha tocado en el Festival Life Victoria de Barcelona. Forma duo con la violinista Elisa Scudeller desde el año pasado, con quien este mismo fin de semana ha actuado en el Auditori Felip Pedrell de Tortosa.

    Tocar el piano es de las disciplinas instrumentales más solitarias, así que disfruta e incluso prefiere tocar con la compañía de otros músicos. «Requiere de mucha preparación personal, pero luego está el factor humano, de otros ensayos con los demás; renuncias a tus ideas para escuchar a los otros, y pasan más cosas en el escenario».

    Es un lector voraz. Lee cuanto le cae a las manos: novela, ensayo, pero también prensa y opinión. De entre sus escritores predilectos se decanta por Borges y Claudio Magris. Este verano leyó Música i inspiració, de Arthur M. Abell, con conversaciones con Brahms, Strauss, Puccini, Humperdinck, Bruch y Grieg y le fascinó: «les pregunta por la inspiración, que es un tema un poco abstracto, y son muy interesantes las respuestas de los distintos compositores, la verdad».

    Las letras y la música conforman así el pilar principal de su universo íntimo y particular, ése en el que el trabajo y lo que es uno mismo (lo que lee, lo que piensa) se entremezclan. Incluso en su tiempo libre disfruta escuchando música clásica, aunque también mucho jazz. «Tengo que reconocer que también en mi tiempo libre escucho música clásica, aunque no tanto la de piano», dice riendo.

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