El Grec Festival trae al dúo formado por el bailaor Israel Galván y la coreógrafa Marlene Monteiro Freitas, que se unen en la propuesta RI TE, y sube a la actriz María Hervás a escena durante 24 horas con el espectáculo The Second Woman, de Nat Randall y Anna Breckon.
Las obras, presentadas ayer por los artistas y el director del festival, Cesc Casadesús, que las calificó de «valientes», se podrán ver en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) del 4 al 6 de julio y en el Teatre Lliure de Montjuïc del 6 al 7 de julio, respectivamente.
RI TE, que Casadesús describió diciendo «no es un espectáculo, es un encuentro», une la exploración del movimiento que caracteriza las trayectorias del bailaor sevillano y la creadora caboverdiana para buscar, en palabras de Galván, «la manera de estar, más que bailar».
«Buscamos hacer el movimiento justo, no nos permitimos que ningún movimiento, contemporáneo o flamenco, sea gratuito», explicó el bailaor sobre esta propuesta, que llega al Grec después de su estreno en el Festival d’Automne de París y de haber pasado por diversos escenarios europeos. Entendido como un «ritual específico», que se desarrolla de manera distinta en cada ocasión, los artistas escenifican el resultado de unos días de ensayo común, enmarcados por «cierta estructura» y «profundizando más» en cada representación, contó Monteiro Freitas.
The Second Woman ocupará el escenario del Lliure durante 24 horas en las que María Hervás interpretará una misma escena de manera casi ininterrumpida, con descansos de 15 minutos cada dos horas.
A ella se unirán 100 actores que se identifican dentro del espectro de la masculinidad, la mayoría de ellos no profesionales, que subirán al escenario uno detrás de otro para representar el hundimiento de una pareja que ha perdido el romanticismo, una escena guionizada pero que también reserva lugar a la improvisación.
La pieza no va de las herramientas que puedo tener al actuar, sino del encuentro genuino entre dos desconocidos y de escuchar lo que cada uno necesita
La obra, que explora la identidad de género y los privilegios masculinos, fue creada en Australia y ya se ha representado por distintas actrices en teatros de Londres, Holanda o Taiwán.
«Queremos que la actriz sea local para que conecte con el público de cada lugar», explicó Nat Randall, que añadió: «intentamos no prescribir lo que significará en cada ciudad. A veces tiene que ver con el poder entre hombre y mujer, otras con el juego, la agresión, el erotismo...».
Acompañada por actores que desconoce, Hervás, de quien Randall destacó su «compasión y humildad», trabaja por establecer una «conexión» con cada uno de ellos, intentando que su relación siempre esté «equilibrada», ha contado la actriz.
«La pieza no va de las herramientas que puedo tener al actuar, sino del encuentro genuino entre dos desconocidos y de escuchar lo que cada uno necesita», comentó la actriz en referencia al resto de intérpretes, de entre 18 a 78 años y con diversidad funcional.