¿Qué fue del casete?

Tarragona. Se colecciona en un ambiente ‘underground’

26 noviembre 2021 18:20 | Actualizado a 27 noviembre 2021 06:58
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Una tendencia mundial al alza, sobre todo en Estados Unidos y el Reino Unido, ha confirmado la recuperación del casete, el formato que tomó un impulso popular en los años 70 y 80. Un puñado de seguidores de este dispositivo hacen lo posible para que vuelva a sonar en grandes equipos musicales y walkmans olvidados en algún cajón. Es el caso de Alfredo Sánchez, un reusense romántico de la música, que todavía conserva el equipo que compró a finales de los 80 y analiza con minuciosidad el mercado de compra-venda de casetes por Internet. Los precios oscilan entre los 10 y los 70 euros, según el pack y la duración de cada cinta.

«Antes nos poníamos los 40 Principales y cuando sonaba alguna canción que nos gustaba, activábamos el casete a grabar para hacerla eterna en nuestros equipos», asegura Alfredo, un cincuentón que se niega a perder ese ritual tradicional.

Entre los extraños fenómenos culturales que trajo el confinamiento del año pasado, durante la primera mitad de 2020 se vendieron un 103% más de casetes que en todo 2019 en el Reino Unido, según un estudio de Official Charts.

Lady Gaga, Taylor Swift, Bjork, Coldplay, Dua Lipa y Harry Styles se convierten en algunos de los artistas que han lanzado trabajos en estas pequeñas cajas con cintas y ruedas dentadas.

En España no hay cifras oficiales porque el formato se maneja en un ambiente underground, más limitado y privado. Sí existen espacios especializados en la comercialización. La Cassetería, en Madrid, es la primera fábrica de dispositivos en el país. Por otro lado, el sello Ciudad Oasis, lanzó en abril, la reedición de Devil come to me, de los Dover, publicado en mayo de 1997, y que con 700.000 copias vendidas representa a la banda sonora de más de una generación.

Tímido resurgir en Tarragona

En Tarragona, el movimiento se mantiene tímido, a pesar de que por las redes sí comparecen los fieles amantes del formato. En la tienda de discos Spook Records, de Reus, se conserva un pequeño espacio para la demanda de casetes. Eso sí, menor comparado con el apogeo imparable del vinilo. «Ayer mandé tres cintas a Madrid. Hay interés, pero en un grupo reducido de gente. Para nosotros, todavía es un 0.5 por ciento de las ventas que hacemos», confirma Carlos Sorolla, el propietario del establecimiento.

Mientras, en Shiva Music de Tarragona, no se aprecia una rutina de ventas de casete. «Es verdad que el formato se mantiene vigente, porque hay sellos que editan, pero aquí todavía no ha llegado el fenómeno de manera consolidada. Todavía se mueve en un espacio más indie o underground. Puede ser que en el extranjero, el número de ventas sea más popular, pero aquí todavía no ha llegado», comenta Diego Vidal.

Uno de los grandes problemas que se encuentran los sibaritas de este formato es cómo reproducirlo. En la actualidad cuesta encontrar dispositivos de primera mano. Sí se percibe una creciente tendencia a la compra de equipos de segunda mano por internet.

Mientras, en Francia, la compañía We are rewind está fabricando walkmans con tecnologías del siglo XXI, como baterías de litio que duran más de 10 horas y conexión bluetooth.

En muchas ocasiones se ha puesto en duda la calidad del casete con respecto al CD o al vinilo. «Yo creo que es un formato físico de buena calidad siempre y cuando lo atiendas y lo cuides», confirma Carlos Sorolla, de Spook Records.

La resurrección del casete está liderada por los coleccionistas y nostálgicos que quieren volver a disfrutar de un sentido de apropiación de la música. La comodidad de su físico fue lo que le llevó a desplazar al vinilo en los 80, hasta que una década después le tocó el turno del ostracismo con la irrupción del CD. A pesar del consumo del tiempo, el casete se ha resistido a morir.

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