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    Qué seria del verano sin la otitis

    Manipular los oídos con frecuencia y el exceso de humedad son las principales causas de molestias

    14 agosto 2022 09:54 | Actualizado a 14 agosto 2022 10:03
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    Ocho de cada diez niños sufre una otitis antes de los 5 años, un porcentaje mucho más bajo en los adultos. Aun así, en verano, tres de cada diez españoles la padecen. Sobre la base de estos datos, imaginar un verano sin otitis es casi imposible. Pero no todas son iguales.

    Partiendo de la base de que «el oído es un órgano complejo, que tiene muchas partes, de forma básica podemos diferenciar entre el oído externo -desde el pabellón auditivo externo, pasando por el conducto auditivo externo hasta llegar al tímpano- y el oído medio -separado del externo por el tímpano y que comunica con la nariz», detalla la médico especialista en otorrinolaringología y patología cervicofacial adjunta al Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitari Sant Joan de Reus, Coia Romeu.

    Otitis externa

    Así, esta primera descripción ya nos da una pista de dos de las tipologías de otitis existentes, la externa y la media. Nos referimos a la primera como la más común en verano.

    Ocho de cada diez niños sufre una otitis antes de los 5 años, un porcentaje mucho más bajo en los adultos. Aun así, en verano, tres de cada diez españoles la padecen

    «Las más frecuentes son las causadas por bacterias y son típicas durante los meses de verano porque es la época en la que hace más calor, sudamos más, y, con frecuencia, la gente manipula el conducto auditivo externo colocándose tapones para bañarse o utilizando bastoncillos para sacarse la cera», explica la especialista.

    De este modo, esta lista de factores y malos hábitos genera «un desequilibrio entre los microbios y la capa de protección de nuestra piel en el conducto auditivo externo, que altera el pH, dando vía libre a las bacterias para infectar la piel del conducto auditivo», añade Coia Romeu. Así, el dolor es el síntoma más frecuente de la otitis externa, pudiendo en algunos casos supurar el conducto auditivo o incluso taponarse.

    Entre las otitis externas, podemos diferenciar la causada por hongos (otomicosis). «Aparece cuando hay un exceso de humedad», asegura la especialista, quien advierte que «en ocasiones también se deben a que, cuando tratamos una otitis externa con gotas óticas, lo que hacemos es humedecer la oreja y dicha humedad hace que crezcan con exceso hongos, que pueden ser del tipo cándidas u otros, que ya existen en la oreja pero en poca cantidad». Así, esta tipología específica se diferencia de la general por la sintomatología, ya que «la otomicosis causa picor y taponamiento de la oreja, por lo que el tratamiento también es distinto».

    El dolor es el síntoma más frecuente de la otitis externa, pudiendo en algunos casos supurar el conducto auditivo o incluso taponarse.

    Otitis media

    En cambio, las otitis media afecta a pacientes que tienen otras patologías diagnosticadas, como problemas respiratorios, y en el caso de los niños es motivo recurrente de visita al pediatra.

    La otitis externa sobre todo afecta a las personas que se manipulan constantemente las orejas.

    Población vulnerable

    Partiendo de la base de que los oídos no deberíamos tocarlos, en cuanto a la población más vulnerable a padecer otitis, la especialista indica que «la otitis externa sobre todo afecta a las personas que se manipulan constantemente las orejas, utilizan tapones o se extraen la cera».

    Si bien, sigue explicando Coia Romeu, «también afecta con mayor frecuencia a quienes padecen enfermedades cutáneas, como psoriasis, ya que les debilita la piel; o personas que están constantemente en contacto con el agua». De manera minoritaria también perjudica a «aquellas personas que tienen enfermedades que afectan a su sistema inmunológico y que lo debilitan», apunta la especialista, quien añade que «no debemos olvidar a los pacientes que llevan audífonos, ya que implica tener tapado el conducto auditivo externo y manipularlo de forma continua, y, por tanto, también tienen más predisposición a padecer otitis externas».

    Prevención

    No manipular los oídos y solo extraer la cera cuando realmente existe un tapón que obstruya todo el conducto auditivo, una circunstancia poco frecuente, contribuyen a mantener a raya la otitis del tipo externo. Así, Coia Romeu asegura que «un bajo porcentaje de todas las extracciones de cera que hacemos los otorrinolaringólogos son realmente necesarias».

    Los tapones «solo se deben utilizar cuando el tímpano está perforado, es decir, si existe alguna enfermedad diagnosticada en la oreja media, como una otitis media».

    Asimismo, las personas que están muy en contacto con el agua deben tomar la precaución de secarse bien los oídos, con una toalla limpia, para evitar la humedad continua. Se recomienda, inclinar la cabeza hacia ambos lados para ayudar a que el agua drene de los oídos. En el caso de los más pequeños, se aconseja que sean los padres quienes ayuden a los niños a secarse los oídos.

    Y es que el exceso de humedad no es aconsejable por dos motivos. «El primero es que altera la fisiología normal de la piel, es decir, el pH, y el segundo es que puede ser la causa de pequeñas erosiones, ya que sobre todo el agua de la piscina contiene productos que pueden alterar la piel si el contacto es prolongado», detalla la otorrinolaringóloga.

    Evitar los tapones

    En la piscina o en la playa, ¿tapones, sí o no? «Solo se deben utilizar cuando el tímpano está perforado, es decir, si existe alguna enfermedad diagnosticada en la oreja media, como una otitis media». Asimismo, para la salud de nuestros oídos, en verano también será mejor el agua de mar. «Por su composición, el agua salada se parece más al suero fisiológico del propio organismo, mientras que en la piscina el agua es estanca, por lo que acostumbran a habitar más bacterias, microbios y sustancias químicas», concluye la especialista.

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