14 domingos al sol

El Reus vio cortada en Girona una racha de 14 partidos sin perder en la Liga, entre Segunda B y Segunda. La última derrota data del 16 de abril, cuando los de Natxo cayeron por 2-o ante el Mestalla

19 mayo 2017 17:56 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:21
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Girona cerró un trayecto idílico del Reus en la competición doméstica. Los rojinegros todavía recuerdan con cierta nostalgia ese tramo final de ensueño que les llevó al ascenso a Segunda División hace poco más de medio año. Como miuras de Segunda B, los de Natxo hallaron el punto de inflexión en Elda, el 30 de abril de 2016. Aquel 0-4 abrió la puerta del cielo.

De hecho, el Reus tropezó por último vez el 16 de abril, en la Ciudad Deportiva de Paterna. Cayó entonces por 2-0 ante el Mestalla, en una cita polémica, que empezó con una expulsión rigurosa a Vítor. Desde aquel fatídico día hasta el domingo, en Montilivi, los rojinegros no se habían relacionado con la derrota. Un viaje fascinante, repleto de emociones rimbombantes.

Los registros se arropan en el lujo. Ocho victorias y seis empates entre la vieja y la nueva Liga. 17 goles a favor y solamente cinco en contra, el bagaje que desenreda el secreto. Hasta el punto que el Mirandés, en la segunda jornada de la nueva era, fue el rival que perforó el arco de Badia desde aquel 16 de abril en Valencia. El buen hacer del Reus no se trata de una curiosidad intrascendente. Tiene que ver con una idea de juego patentada y un trabajo táctico colectivo deslumbrante. El equipo no se ha despegado ni un instante de esa propuesta. Ni siquiera con el vértigo de la nueva categoría. Ha reforzado sus argumentos con un arranque repleto de esperanza, que ha avisado a los rivales.

Un nuevo escenario

El 2 de octubre en Girona cortó una racha que se asoma a lo utópico, pero que enseña la capacidad de un grupo de jugadores que ha adoptado hábitos responsables y una actitud ambiciosa. Natxo mantiene la columna vertebral en la vieja guardia. Badia, Olmo, Folch y Benito acumulan todos los minutos, aunque no a pleno postureo. Su rendimiento habla con hechos. Resulta muy difícil imaginar un once sin sus prestaciones.

Al Reus se le abre un nuevo escenario tras la mini caída en Montilivi. Precisarán rebelarse ante la derrota, afrontar el siguiente reto bajo ese déficit y una dosis de presión añadida. En su espalda posee el Reus el colchón de tranquilidad que le ha otorgado su gran puesta en escena. Tranquilidad siempre en términos relativos. La Segunda División penaliza con dureza el exceso de confort. El conformismo exagerado.

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