Al Nàstic de Tarragona le sacan el billete matemático al ‘playoff’
Los granas desperdician un 0-2 en Segovia, empatan, pero la derrota del Zamora ante el Lugo y del Bilbao Athletic ante el Celta Fortuna le meten en la promoción

El Nàstic de Tarragona ya es equipo de playoff tras su empate en Segovia.
Hicieron más por él los otros que él mismo. Así se resume el billete matemático para el play-off que obtuvo el Nàstic de Tarragona en Segovia. Los granas, otra vez, dejaron escapar una ventaja de dos goles para acabar empatando ante un equipo ya descendido de categoría. Una versión demasiado repetida de los tarraconenses.
Lo más preocupante es que se repitieron los mismos errores en una semana en la que se había producido un cambio de entrenador. Luis César aprovechó las virtudes, pero también sufrió los defectos estructurales del equipo.
Un técnico inesperado en una situación insólita
Probablemente nadie hubiera esperado, al inicio de la temporada, que el Nàstic estrenaría técnico en Segovia en la penúltima fecha del campeonato. Mucho menos que sería Luis César, en su tercera etapa, y que su llegada no se produciría con las brasas quemando, sino con la posibilidad de meterse en el play-off en sus manos. Ganando a la Gimnástica Segoviana, se obtenía el billete matemático a la promoción, así que, a partir de ahí, sobraban los argumentos para catalogar el encuentro en La Albuera como una final. Enfrente, un rival que quería mantener viva la esperanza de la permanencia. Necesidad ante obligación.
Luis César solo había tenido cinco entrenamientos para poder testar en directo a una plantilla con los ánimos bajos tras el cese de Dani Vidal, pero con la mentalidad de seguir adelante, porque el fútbol no tiene memoria, exige siempre profesionalidad, y la posibilidad de estar en un play-off es un billete demasiado valioso como para pasarlo por alto. Con todo ese contexto presente, el gallego diseñó un once inicial en el que dejó su sello, aunque quizás introdujo menos cambios de los esperados.
Un 0-2 que no bastó
El nuevo entrenador grana mantuvo el 4-4-2 como sistema de juego, aunque inyectó cambios en él. La presencia de Pol Domingo en el lateral derecho fue obligada por la sanción de Migue Leal. Sin embargo, la sorpresa en defensa saltaba con la entrada en el once de Unai Dufur en el centro de la zaga. Las otras dos novedades eran la presencia de Roberto Torres en la sala de máquinas y la aparición de Marc Fernández en una de las bandas.
Si alguien esperaba un partido de pocos golpes, con lo que había en juego por parte de ambos equipos, se equivocaba. La cosa se animó desde el principio, sobre todo porque el Nàstic lució colmillo antes que juego. Si algo ha tenido el equipo grana todo el curso es esa capacidad para encontrar goles sin casi buscarlos.
Antoñín Cortés, una fiera al espacio, se encontró con un paisaje delicioso para sus aventuras. El malagueño decidió reventar el partido desde el inicio con dos acciones prácticamente consecutivas, separadas solo por dos minutos. En el minuto 8 y en el 12, el ariete sirvió dos goles en bandeja para sus compañeros. El primero lo aprovechó Narro y el segundo, Marc Fernández. En ambas jugadas, el malagueño corrió al espacio, le dio sentido a dos pelotazos y asistió a los dos extremos. Mérito también para ellos, que en la definición ni titubearon. Definieron a las mil maravillas.
Una doble ventaja sin defensa
Con el 0-2 en el marcador, el Nàstic tenía una oportunidad de oro para demostrar que, con el cambio de entrenador, había defectos en los que se había trabajado y puesto fin. Nada de eso. El conjunto grana volvió a ser un equipo incapaz de defender una doble ventaja porque no sabe bajarle las pulsaciones al duelo cuando este lo reclama, y porque defensivamente es —y se siente— frágil.
Dos córneres, dos goles
La Gimnástica Segoviana había amenazado en varias ocasiones la portería de Rebollo. Los fantasmas sobrevolaban y aparecieron, como de costumbre. Los locales marcaron el 1-2 apenas cuatro minutos después de encajar el segundo. Fue en un córner en el que ningún jugador grana logró despejar el cuero y en el que Rubén pudo rematar con el pie en el interior del área pequeña. Inadmisible.
El 1-2 le dio vida a una Gimnástica Segoviana que decidió creer y sumergir al Nàstic en ese mar de dudas habitual lejos de casa. Los granas exhibieron un titubeo constante en la zona defensiva. No eran contundentes y, con la pelota, no eran capaces de defenderse, porque no tenían la personalidad para tenerla y congelar el encuentro.
El mal llamaba a la puerta y finalmente la destrozó. En otro córner de la Gimnástica Segoviana, Pascual se liberó en el primer palo y conectó un cabezazo en plancha que se estrelló en el larguero y, previsiblemente, cruzó la línea de gol. Las imágenes televisivas no fueron del todo nítidas, pero lo importante es que el 2-2 ya imperaba en el marcador.
Un Nàstic sin brújula
Los minutos finales de la primera parte reflejaron la peor versión del Nàstic: un equipo abatido, sin confianza, frágil en defensa y que, con la pelota, no encontraba ni el ritmo ni el rumbo. El 2-2 lo dejaba todo abierto, pero las cosas debían cambiar en la segunda parte si se quería salir de La Albuera con algo en el bolsillo —ya no digo ni un billete de play-off.
Lo que aconteció en la segunda mitad fue que el Nàstic siguió navegando en sus dudas. El conjunto de Luis César fue un equipo que quiso tener más la pelota, pero le faltó mucha claridad con ella. Los tarraconenses tuvieron incluso menos mordiente que en la primera mitad.
El paso de los minutos lastró a un Nàstic que fue impacientándose y vio cómo la Gimnástica Segoviana se le echaba encima sin nada que perder. De hecho, los locales tuvieron el gol hasta en dos ocasiones, pero Joan Oriol y Óscar Sanz estuvieron providenciales con dos bloqueos salvadores.
El milagro vino de fuera
El partido se fue a la agonía y apareció la ruleta rusa. Ambos equipos tuvieron ocasiones claras para ganar. El Nàstic, incluso, jugó con un hombre más desde el minuto 88 tras la roja a Borrego. Antoñín asistió a Concha para hacer el tercero, pero el cántabro la mandó a las nubes. Sin embargo, la más clara fue para Roberto Torres, que estrelló un disparo desde la frontal en el palo. Hubiese sido el gol de la victoria, pero no fue.
Lo que sí sucedió fue que el resto de resultados le dieron al Nàstic el billete para la promoción. La suerte jugó a favor de los granas. Otros hicieron más por el Nàstic que el propio Nàstic. El Zamora cayó en su visita al Lugo y el Celta Fortuna remontó al Bilbao Athletic en los últimos cinco minutos con dos goles de Antañón. El Nàstic le saca tres puntos al filial celeste, al que además le tiene ganado el gol average. Eso le mete en el play-off de manera matemática.
No se llega con la estabilidad, la inercia ni el juego deseado, pero mejor estar que no estar.