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La previa del Murcia-Nàstic de Tarragona: La hora de la fe

Al Nàstic solo le vale la victoria en el Enrique Roca para meterse en la final del play-off. Los granas solo han ganado un partido fuera en todo el 2025

Antoñín Cortés se lamenta tras una acción errada ante el Lugo.FOTO: Marc Bosch

Juanfran Moreno
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No hay más. Ahora sí que sí se pone sobre la mesa un billete que da acceso a la final del play-off de ascenso a Segunda División. Así lo quisieron tanto el Nàstic de Tarragona como el Real Murcia en una ida en la que ninguno quiso quemar sus naves. El conjunto grana atacó con cautela; el Murcia, por su parte, priorizó el orden y la defensa. El resultado fue un 1-1 que convierte el Estadio Enrique Roca en el escenario definitivo.

El valor de levantarse

El Nàstic vuelve a estar a las puertas de una final. Y eso tiene mucho mérito. El curso pasado el equipo saboreó la crueldad más pura del fútbol: el ascenso se le escapó en el último suspiro. Aquello dejó una herida profunda en toda la ciudad. Hubo un momento de rendición, breve pero real. Luego, la reacción: había una deuda que saldar. Tocaba levantarse. Y rápido.

Meses después, el fútbol le presenta otro reto mayúsculo: conquistar un Enrique Roca con 30.000 gargantas en contra. No será fácil. Pero para subir, hay que pagar peajes donde el fútbol se juega más allá de la pizarra.

El Nàstic no tiene red

Lo primero que hay que tener en cuenta: al Murcia le vale el empate; al Nàstic, no. Los murcianos finalizaron la liga regular en segunda posición del grupo II; los tarraconenses, quintos. Eso significa que, si tras la prórroga el marcador sigue igualado, no habrá penaltis: el pase será del equipo local por mejor clasificación.

El Nàstic tiene claro que quiere evitar la fiesta en casa ajena. Ya lo hizo en la ida, con un Nou Estadi Costa Daurada entregado con más de 14.000 aficionados. Ahora el Enrique Roca superará los 30.000 espectadores. Un ambiente infernal que deberá afrontar un equipo dirigido por Luis César Sampedro, acompañado de 1.000 valientes tarraconenses. Pocos en comparación, pero decididos a resistir la tormenta.

Contra la estadística y contra todo

La historia tampoco juega a favor. De las últimas 12 eliminatorias de ascenso a Segunda, 11 se resolvieron en favor del equipo local en la vuelta. La única excepción, precisamente, fue el Nàstic... que perdió el año pasado en su propia casa, ante el Málaga. Una herida aún abierta. Y la posibilidad de cerrarla está ahora en manos del equipo.

Con todo esto sobre la mesa, es evidente que el Real Murcia es el favorito. Pero eso no significa nada. El Nàstic está preparado para pelear contra todo y contra todos. Si quiere estar en Segunda, debe ganar en un escenario de Segunda. Así de simple. Así de crudo.

El factor Luis César

Hacer cábalas sobre el once inicial del Nàstic es casi imposible desde la llegada de Luis César. El técnico gallego no improvisa: calcula, planifica, estudia. Por eso no dudó en la ida al dejar en el banquillo a su máximo goleador, Pablo Fernández, para dar la alternativa a Enric Pujol, que con solo 19 años debutó como titular con apenas 20 minutos previos en el primer equipo.

Ahora, la pregunta es: ¿cuál será el plan? La semana ha transcurrido con entrenamientos a puerta cerrada. Silencio absoluto.

¿Repetirá con Pujol como central? ¿Qué piezas elegirá para el centro del campo? ¿Apostará por un solo delantero centro o volverá a juntar a los dos ‘9’? ¿Seguirá confiando en Álex Jiménez en banda o buscará un perfil más clásico?

Son muchas incógnitas, que no se resolverán hasta una hora antes del partido. El Nàstic juega al despiste en una partida sin margen de error.

Un día para creer

Esto ya es una final. El Nàstic lo sabe. Solo le vale ganar.

Es un día de fe, un día en el que hay que creer, un día en el que el corazón también juega. El equipo no estará solo en el Enrique Roca, que puede convertirse en escenario para el recuerdo.

A veces, incluso en el infierno, también se sonríe.

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