Joan Oriol: «Vivo esto como un niño pequeño»
El capitán del Nàstic valora la clasificación para la final del play-off, reconoce la transformación del equipo con Luis César y sueña con el ascenso a Segunda

Joan Oriol durante la entrevista concedida al Diari de Tarragona.
Joan Oriol (Cambrils, 1986) es el capitán del Nàstic de Tarragona. El cambrilense vive su tercera final en cuatro años y está convencido que esta va a ser la definitiva. Subir con el equipo de su alma sería poner el broche perfecto a una carrera a la que todavía no ve final. Él quiere subir, seguir en el Nàstic y jugar en Segunda División, pero también tiene claro que todavía tiene fútbol en sus piernas y quiere seguir disfrutando de él. Templanza en medio de la tormenta de nervios que hay en Tarragona es lo que refleja. Su calma será clave en el alambre. Ese en el que los granas quieren salir ganadores y volver al fútbol profesional.
¿Hay nervios?
De momento no estoy nervioso. La verdad es que tengo muchas ganas, como mis compañeros, de que llegue el sábado, de vivir una tarde inolvidable junto con nuestra gente.
¿Cómo está siendo la semana?
Está claro que, después del partido en Murcia, el día siguiente fue de euforia. Sabíamos de la dificultad que tenía ir a casa del Murcia, un muy buen rival. Sabíamos que el Nàstic no había sido el mejor fuera de casa. Y haces un partido muy serio en líneas generales, ganas 0-1 y te metes en la final.
¿Qué siente cuando pita el árbitro? Fue como congelar el tiempo. Muchos de usted se rompieron de emoción y liberación.
Sí, hay un antes y un después. Siempre lo digo: venimos de un proceso que la gente no ve. Durante toda la temporada hemos hecho las cosas notablemente bien. El excelente solo se alcanza si consigues el premio final, que es el ascenso. Lograr un play-off ya es mucho, porque muchos equipos se quedan a las puertas. Y superas al Murcia, un equipo con la misma exigencia que el Nàstic. Es un premio. Pero ahora que lo tenemos delante... es apretar los dientes y hacerlo. Porque, como has dicho, venimos de, perdón por la expresión, una hostia emocional muy dura el año pasado.
Esta eliminatoria pone en valor a Luis César. Ha tenido un planteamiento ganador.
Sí. La llegada de Luis no fue fácil. Llega a falta de dos semanas para acabar la liga regular, implanta nuevos conceptos y el jugador debe interiorizarlos muy rápido. No es lo habitual. Pero el míster trabaja muy bien el plan de partido, estudia al rival, ve dónde se le puede hacer daño y nos da las armas para fluir mejor en el campo.
Cuando llegó Luis, muchos nos preguntábamos si se podía ver un cambio real en dos semanas. El equipo era de transiciones, ahora busca más el control. ¿Cómo lo viven desde dentro?
Es diferente, sí. Él buscaba que los partidos de play-off no se convirtieran en los mismos de liga regular, con marcadores 3-2 ó 4-3. Luis quiere controlar desde la defensa y también desde el ataque. Son estilos distintos. Nos estamos adaptando bien, sin quitarle mérito a las 36 jornadas anteriores con Dani, que también fueron muy difíciles. Ahora estamos con Luis y su plan para ascender. Y vamos a acompañarlo.
Hablando de Dani, cuando se produjo el cambio el vestuario estaba tocado. ¿Cómo valora todo lo que ha hecho él también por este equipo?
Hay que darle mucho mérito. Le tengo un cariño especial, han sido cinco temporadas con él, como segundo con Raül Agné y luego como primer entrenador. Es muy difícil lo que ha hecho con su edad y su experiencia. Incluso Luis César lo ha elogiado. No fue fácil su salida, la plantilla estaba muy unida a él. Pero Luis se ha ganado nuestro respeto, es nuestro líder, y los resultados están llegando.
Enric Pujol ha sido una de las sorpresas de las últimas semanas, aunque al vestuario sé que no le ha sorprendido tanto su nivel.
Sí, Enric subió sin hacer ruido, entrenando muy bien, con mucha personalidad. Eso nos sorprendió a todos. Viene del juvenil y parecía que ya era del primer equipo: físicamente bien, personalidad con balón, no se arruga... Tiene maneras. Y ha tenido el premio por todo ese sacrificio. Tiene nivel para estar en la primera plantilla. Y cuidado, que no nos lo quiten. Es un chaval de 19 años, con desparpajo y calidad, muy apetecible para filiales de Primera.
¿Cómo ve la final?
Veo una final contra unos chicos que son muy buenos. Ellos no tienen presión, porque muchos acabarán en equipos de Segunda, de Primera o en el primer equipo. Son dinámicos, verticales, con buen pie... Ya nos hemos enfrentado a ellos este año. En casa estuvimos bien y ganamos 2-1, aunque se nos adelantaron. Habrá que tener mucho cuidado, porque tienen calidad y será difícil. Pero nosotros también tenemos experiencia, físico y verticalidad para contragolpear y hacerles daño. Como digo siempre, hay que ir a por el partido. Esta eliminatoria pasa por lo que veamos el sábado en el Nou Estadi.
Se ha hablado mucho de la presión. ¿Cómo lo vive el vestuario?
Es verdad que todo el mundo habla de presión, pero yo lo veo más como una responsabilidad. Jugamos nosotros, y de nosotros depende la viabilidad económica del club, el futuro de unas 40 personas que trabajan en el Nou Estadi. Si logramos el ascenso, mejora todo: nuestras condiciones, nuestro estatus, incluso el salario. Nos cambia la vida. Pero hay que liberarse, jugar sin mochila. No siempre se pelea por cosas tan bonitas. La mayoría de veces se lucha por no descender, por mantenerse. Esto es un premio. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar el club, una estructura que lo necesita. Esta categoría no genera. Tenemos que salir ya de este pozo: por el club, por la afición, por Tarragona... hasta los periodistas saldréis beneficiados.
Cuando imagino el partido, tengo dos versiones: la de la cabeza, que dice que será igualado, y la del corazón, que sueña con una gran victoria. ¿En el vestuario se piensa que se puede hacer mucho daño desde la ida?
Sí, estamos convencidos, también el míster y el cuerpo técnico. Tenemos que ser valientes, proponer en ataque, porque gran parte del ascenso se juega en casa. El equipo será atrevido, iremos a por el partido, siempre dentro del plan que marque el entrenador. Pero sabemos que aquí, en el Nou Estadi, se decidirá buena parte de la eliminatoria.
Ha jugado en la élite, en Europa... ¿Qué significa para usted esta final, siendo de casa?
Lo vivo como un niño pequeño. He pasado por todo: ascensos, descensos, Champions, Europa League, pero esto es distinto. Ser de aquí, representar al club y a la ciudad, y poder lograr el ascenso donde se merece estar el Nàstic... es el mayor reto. Quiero que se cumpla. Sería cerrar el círculo, habiendo ayudado al Nàstic de Tarragona a cumplir su sueño.
¿Cree que este ascenso puede ser más que un logro deportivo?
Sin duda. Sería un reconocimiento al trabajo de estos dos últimos años, y especialmente al de los nuevos. Nos cambiaron el chip, trajeron ilusión y compromiso. Los que seguimos, empezamos tocados. Ellos nos han ayudado mucho. Lo que estamos logrando es gracias también a ellos. No se puede pasar de la euforia al pesimismo en una semana. Esto es un premio colectivo. Incluso para jugadores que venían con la idea de pelear un play-off y ahora están en una final por el ascenso.
Se habla de los goles de Antoñín Cortés o de Narro, pero da la sensación de que lo más importante ha sido lo anímico.
Totalmente. Más allá de los nombres propios —Antoñín, Narro, Concha, Roberto Torres, Marc Fernández...—, esto va de grupo. Yo también me fijo siempre en los atacantes, los que tienen magia. Pero hay que valorar a todos. La competencia interna nos ha hecho mejores. Este equipo ha tenido 22 ó 23 jugadores manteniendo un nivel constante, y eso es lo que nos ha traído hasta aquí.
¿Le pasa por la cabeza que puede ser su último partido en casa?
Sinceramente, no lo veo así. Lo hemos hablado muchas veces. Siempre he dicho que quiero dejar yo el fútbol, no que el fútbol me deje a mí. No quiero arrastrarme. Me gustaría retirarme en el Nàstic, pero aún no veo el final. Si algún día me dicen que se ha acabado, buscaré otro sitio, pero ahora no me lo planteo.
Si hay un penalti...
Lo tiro yo, por supuesto. Ya lo digo aquí. Está claro que sería bonito marcar el gol del ascenso. Lo soñamos todos. Pero que marque quien sea, aunque salga en el minuto 88. Lo importante es subir.
Joan, para acabar, ¿un mensaje para la afición y los lectores del Diari antes de la final?
A toda la afición, a toda Tarragona, que llenemos el Nou Estadi, que creamos en este equipo, que vamos a luchar hasta el final. Este sábado será histórico, y queremos vivirlo con todos vosotros. Lo vamos a dar todo.
La ida del play-off entre Nàstic de Tarragona y Real Sociedad ‘B’ de este sábado a partir de las 20.30 horas en el Nou Estadi Costa Daurada ya tiene árbitro designado. El colegiado encargado de pitar el duelo será Morilla Turrión que tendrá como asistentes a Gutiérrez Martino y Martínez Senosiain. La figura del cuarto árbitro será interpretada por Román Román.
El colegiado navarro le ha pitado al Nàstic en una ocasión esta temporada. Fue en la jornada 28 de Primera RFEF en un partido que terminó con triunfo grana por 1-0 ante el Barakaldo. El año pasado también pitó al Nàstic en una ocasión y fue en la jornada 35 en la Nova Creu Alta en un partido que terminó con empate a cero.