Unai Dufur, el jerarca inesperado del Nàstic de Tarragona

Unai Dufur es el claro ejemplo de que la fe nunca debe perderse. La vida, incluso cuando menos te lo esperas, es capaz de concederte una oportunidad. Luego hay que estar preparado para afrontar ese momento y cambiar el rumbo. El central vasco lo ha hecho, ofreciendo un rendimiento inesperado en el momento de la verdad.

Durante muchos meses vivió a la sombra, e incluso fue la última opción defensiva para Dani Vidal, pero con la llegada de Luis César todo cambió. Desde el primer momento, el técnico gallego le dio total confianza, y su respuesta ha sido tan firme que ya nadie le ha sacado del once inicial.

El defensa suma cuatro titularidades consecutivas. Dufur regresó al once ante la Gimnástica Segoviana, en un movimiento totalmente inesperado. Las dudas sobre la primera alineación de Luis César estaban sobre la mesa, pero pocos esperaban la presencia del navarro en el centro de la zaga. En aquel partido, Dufur jugó junto a Óscar Sanz y acusó la falta de ritmo competitivo. Era lo normal. Pasar del cero al cien resulta complicado. Pero lo intentó, y lo más importante: Luis César no le juzgó tanto por lo que dio aquel día, sino por lo que estaba convencido de que podría dar.

Frente al Arenteiro, el técnico grana recurrió a un once con más variantes, protegiendo incluso a los seis futbolistas apercibidos. Pese a los cambios y las rotaciones, Dufur conservó la titularidad: un claro mensaje de confianza. En aquel encuentro de la última jornada del campeonato jugó junto a Antonio Leal en el eje de la defensa. Sus prestaciones fueron superiores, y el navarro ayudó al Nàstic a conservar la portería a cero.

El primer partido de la verdad llegó en la ida de las semifinales ante el Real Murcia, en el Nou Estadi Costa Daurada. Ya no fue tanta sorpresa, pero Dufur repitió como titular. En todo caso, los focos apuntaron hacia su compañero de zaga: Enric Pujol fue titular con solo 19 años y tras apenas 20 minutos acumulados con el primer equipo ante el Arenteiro. Su rendimiento fue mayúsculo e impactó tanto que dejó la actuación de Dufur más en la sombra.

La realidad, sin embargo, es que el defensa navarro fue un jerarca defensivo. Con balón no es tan llamativo, pero su contundencia y su capacidad correctora relucieron ese día. El mejor Unai Dufur había vuelto, aunque no se hablase tanto de él. Está acostumbrado a ello. Ya le pasó este año en una primera vuelta en la que fue pieza titular... hasta que llegó el mercado de invierno y fue borrado del mapa. Dufur pasó del todo a la nada sin apenas tiempo para la reflexión. Quizá no mereció cambiar de rol de forma tan brusca, porque es cierto que en algunos partidos cometió errores, pero en otros estuvo a buen nivel.

En la vuelta frente al Real Murcia, en el Enrique Roca, Unai Dufur completó una de sus mejores actuaciones desde que llegó al Nàstic el año pasado. El central navarro fue un muro infranqueable. Solo coleccionó un mal despeje, y en el resto de acciones defensivas no dejó nada en el aire. Estuvo expeditivo, valiente y contundente en cada jugada en la que el rival le buscó las cosquillas.

Dufur se ha erigido en el líder defensivo que el Nàstic ha echado de menos durante buena parte de la temporada. El central de garantías estaba en casa. Luis César lo ha demostrado y ha construido, junto a Enric Pujol, la mejor pareja de centrales del conjunto grana en todo el curso. El colectivo les ayuda, sí, pero la mezcla defensiva del defensa de Gandesa y el navarro es letal. El Nàstic se siente más seguro gracias a ellos.

Unai Dufur ha aparecido cuando nadie lo esperaba. Es el jerarca inesperado.