El protagonista de la semana
Dani Rebollo pone fin al debate de la portería del Nàstic tras una actuación estelar en Ibiza
El portero onubense, que arrancó como suplente de Toni Fuidias, ha firmado dos porterías a cero seguidas

Dani Rebollo posa para el Diari la pasada temporada tras un entrenamiento.
Dani Rebollo lo ha vuelto a hacer. Al igual que sucedió la pasada temporada, en su primer año como grana, el portero onubense se ha consolidado en la portería tras un inicio en el que la titularidad no fue su primer destino. La victoria del Nàstic en Ibiza no se explica sin su figura. Paró todo y más y enterró el debate en la portería tarraconense. Competir para él no resulta novedad. Por eso no se hunde y siempre sale a flote. Espera su momento y lo aprovecha.
El año pasado tuvo que arrebatarle el puesto a Alberto Varo, ídolo local y Zamora de la categoría en la campaña anterior. No fue un ‘robo’ sencillo, pero Rebollo trabajó en silencio y aprovechó sus primeras oportunidades. Ahí estuvo la clave: supo responder cuando tocaba. Parece sencillo, pero reflejar confianza bajo palos suele ir acompañado de minutos, y el onubense no los tuvo al principio.
La temporada pasada, Rebollo no dispuso de su primera oportunidad en liga hasta la décima jornada. Fue una fecha que le cambió el destino, aunque no le instaló de manera definitiva en una portería que sufrió un baile constante durante todo el curso. Ni él ni Varo se sintieron indiscutibles y eso alimentó una feroz competencia. No obstante, el onubense fue el elegido para los momentos de la verdad: disputó el play-off y completó actuaciones decisivas como la del Enrique Roca.
Un año después, Rebollo es uno de los siete supervivientes de Zubieta, ese escenario en el que el Nàstic volvió a quedarse a las puertas del ascenso. En teoría, su contrato finalizaba el 30 de junio de 2025, pero una cláusula de partidos disputados amplió la vinculación por una temporada más.
De Varo a Fuidias
Rebollo permaneció, aunque la competencia cambió. Varo no renovó y se marchó a Chipre, y el Nàstic rastreó el mercado en busca de un portero que garantizara otro año de máxima exigencia en el arco tarraconense. Tras tantear varias alternativas, el elegido fue Toni Fuidias. El guardameta de Berga llegó cedido del Girona por una temporada.
Al inicio de la liga existían dudas sobre quién ocuparía la portería, pero Fuidias fue el elegido. El Nàstic decidió darle la titularidad al de Berga, sometiendo otra vez a Rebollo a un contexto de resiliencia y paciencia. El onubense ya conocía el lado oscuro de la suplencia y volvió a confiar en que el destino le daría una nueva oportunidad. Así fue: en la cuarta jornada la tuvo. Rebollo fue titular en el Nou Sardenya después de tres primeras jornadas en las que Fuidias había encajado seis goles y transmitido inseguridad bajo palos.
Un regreso firme
Rebollo regresó firme. No pudo evitar la derrota ni coleccionar el primer invicto, pero fue de lo mejor ante el Europa. Sujetó al Nàstic con varias paradas y su redebut fue toda una declaración de intenciones. Los dos partidos posteriores han confirmado el potencial absoluto de un portero que, a este nivel, está entre los mejores de la categoría. Rebollo no solo ha transmitido seguridad y firmeza, sino que ha añadido dos invictos a su registro.
Las dos primeras porterías a cero del Nàstic este curso han llegado ante dos cocos y en contextos muy diferentes. Frente al Eldense, apenas tuvo trabajo, pero con el 3-0 apareció para firmar dos paradas de esas a las que no siempre se da el mérito que merecen. Frente al Ibiza, en cambio, se vivió otra historia.
Rebollo hizo paradas de todo tipo ante el Ibiza
Lo de Rebollo fue una de las mayores exhibiciones que se recuerdan en el arco grana en los últimos años: coleccionó paradas de todo tipo y en cualquier circunstancia. Con el 0-0 apareció. Con el 0-1, también. Con el 0-2, se multiplicó.
Fue una obra maestra bajo palos. «Hemos sabido sufrir por el escudo», afirmó tras el pitido final el portero onubense. Él no solo supo sufrir: brilló para convertir el plan del Nàstic en ganador.