Aina Cid se marca como reto los Juegos de Tokio 2020

La del Club Nàutic Amposta, que estuvo en Río, este año tiene como objetivo el Mundial, pero no pierde de vista la cita olímpica

25 mayo 2017 09:25 | Actualizado a 25 mayo 2017 09:38
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Aina Cid Centelles (Club Nàutic Amposta), de 22 años, consiguió  el pasado verano el éxito más sonado de su ya laureada carrera deportiva. La ampostina y Anna Boada lograron diploma olímpico (sextas clasificadas) en la final del dos sin de los Juegos de Río de Janeiro. Tras firmar este gran resultado, la remera del Montsià está centrada en esta temporada, pero con los Juegos de Tokio 2020 en el horizonte.

Ella misma explica que «realmente, conseguir el diploma olímpico significó para mi abrir los ojos respecto a que tengo más potencial del que creo, y que soy capaz de estar entre los mejores si sigo trabajando duro como hicimos cuando preparábamos los Juegos. También sirvió para ver que la ciudad de Amposta se volcó conmigo, incluso gente que no conocía mucho este deporte ni sabía quien era yo». 

Estuvo lesionada

El buen papel en Río motivó mucho a Aina, que confiesa que «cuando terminé sólo tenía ganas de volver a competir en un evento de estas características. Me ayudó mucho a seguir entrenando, y aunque una vez pasa todo ya es un recuerdo, cuando ves el diploma colgado, eres consciente de todo lo vivido y esto te motiva a continuar».

Tras los Juegos, Aina regresó a The Ohio State University, donde realizó entrenamientos desde septiembre hasta enero, y en marzo empezó la competición: «he estado lesionada y sólo he remado las dos últimas regatas de la temporada.  Ahora estoy preparándome para los Nacionales con el primer ocho; después de tomar parte en esta competición, seguiré entrenando dos semanas más con el equipo de aquí, y luego iremos al Reino Unido, a la Henley Royal Regatta». 

Posteriormente, la ebrense viajará a Banyoles para preparar el Mundial de septiembre en el que competirá en dos sin: «si no varia nada, remaremos Anna y yo en esta competición que prepararemos los próximos tres meses».  En el Campeonato del Mundo, Aina apunta que «todavía no nos hemos reunido el entrenador, Anna y yo para concretar los retos, pero nos gustaría entrar en la final, y a partir de aquí, luchar al máximo para ver a donde llegamos y en qué posición acabamos». Para ello, en Banyoles «entrenaremos dos o tres veces al día de lunes a domingo, habitualmente. Será como un trabajo a tiempo completo, porque nos ocupará muchas horas. No sólo es importante prepararse bien, sino también lo que haces después. A la hora de comer tienes que hacerlo bien, recuperar de manera adecuada…Siempre tenemos el remo en la cabeza». 

Aunque ahora Aina se centrará en la preparación de los retos de esta temporada, no duda en afirmar que el objetivo a largo plazo es acudir a los Juegos de Tokio del año 2020: «este es mi reto a largo plazo; volver a los Juegos y mejorar lo que hicimos. Me gustaría poder luchar por las medallas». 

Aina cuenta con varios entrenadores, además de Andy, que le supervisa el trabajo en Estados Unidos y «del que he aprendido a trabajar duro y a sufrir», la joven no olvida al preparador ampostino «David Morales, que siempre ha sido mi entrenador y siempre lo será, me ha enseñado mucho. La base y lo que sé es gracias a él. Me importa su opinión, qué consejos tiene para Anna  y para mi….». Ella y su compañera conforman el 2 sin que entrena el tortosino Javi González: «para mi no es solo un entrenador, sino alguien en el que te puedes apoyar. Nos entiende mucho y saca lo mejor de nosotras en los entrenamientos. Es entrenador, amigo,  psicólogo y la persona que construye sobre la base que me dio David». 

Lejos de la familia

Aina explica que ha sido difícil estos años estar alejada de la familia: «hay que tener en cuenta la diferencia horaria, lo que provoca que a veces no sea fácil comunicarse con ellos». La situación no es fácil porque «soy muy familiar y necesito tenerlos cerca, algo que propicia que rinda mucho más. A pesar de todo, en Estados Unidos en el equipo hay un ambiente estupendo». En suelo americano, la cultura es muy diferente: «te tienes que adaptar, pero no es  mejor ni peor, simplemente no es igual. Para mi la cultura mediterránea es la mejor».  

 

Cuidar los estudios

n Remo a parte, Aina apunta que «he estudiado Exercise Science, Ciencia del Deporte, que es como INEF, pero con más base científica, más por la parte fisiológica, y me gradué hace algo más de dos semanas». Pero la joven quiere seguir con los estudios y dejará definitivamente Estados Unidos para continuar con su formación en la Universidad John Moores de Liverpool, durante un año: «allí entrenaré por mi cuenta, siguiendo el programa de Banyoles; además, como estoy más cerca de casa, me desplazaré para participar en algunas competiciones», concluye.   

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