Alba Garrote, la malabarista de las faltas directas

La jugadora asturiana del Reus Deportiu ha asombrado por su espectacular forma de lanzar los tiros directos. No suele repetir acción y exhibe una calidad técnica deslumbrante

19 febrero 2018 15:37 | Actualizado a 22 febrero 2018 16:23
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La familia Garrote ha cosechado una inmensa tradición de hockey en la localidad asturiana de Grado, concretamente en el histórico Areces. Sus generaciones han tomado un impulso indiscutible en el club, han pasado por todas las fases; jugadores, entrenadores e incluso dirigentes. Destaca Javi Garrote, probablemente el formador más deslumbrante del Areces, padre de Alba, la jugadora del Reus femenino que ha asombrado por su espectacular estilo en la ejecución de las faltas directas. Precisamente su padre no quería que la talentosa hockista de 18 años dedicara su tiempo de ocio al stick y a la bola. Fue su madre la que la animó. La saga Garrote goza de continuidad, en este caso en versión femenina.

Alba aterrizó en Reus en diciembre para intentar conquistar una pequeña hazaña. El Reus se ha complicado la permanencia en el regreso a la máxima categoría del hockey femenino, la OK Liga, y lucha contra viento y marea para salvarse. Alba, que apenas contaba con oportunidades en el potente Gijón, decidió aceptar el reto. Jugadora de técnica individual exquisita, ha calado por su capacidad para el juego ofensivo. Ni siquiera ella entiende el hockey instalado en un rol concreto. Es un alma libre, una amante del ataque. Aprendió los fundamentos en las horas interminables de práctica con Javi, su padre, que terminó aceptando esa pasión genética de su chica. Alba vio hockey desde la cuna. Sus tíos, Benchi y Alberto, también lo han vivido con intensidad. El último fue incluso árbitro de máximo nivel.

Alba comparte piso con sus nuevas compañeras del Reus Deportiu, en ese destino desconocido para ella, aunque sencillo para una adaptación rápida. Ha conseguido sentirse como en casa y el rendimiento en la pista no ha tardado en llegar. Sobre todo ha maravillado su ramillete de recursos en los tiros directos. Movimientos técnicos que llaman la atención, plásticos y de belleza extrema. A una mano, por debajo de las piernas, de gancho, casi todos los recursos se encuentran en su stick. Una malabarista del hockey. Lo más sorprendente es que no suele repetir la misma ejecución. Varía en función de las rivales y de la portera que se encuentre bajo el arco.

La asturiana admira la capacidad de Raúl Marín, capitán del Reus masculino y uno de los grandes especialistas a nivel europeo. “Siempre tiene la cabeza levantada, me impresiona como aguanta y espera el movimiento del portero. Su nivel de efectividad es grandioso”, reflexiona la protagonista, que se acaba de poner los patines para entrenar a las órdenes de Andreu Ribas. Su mismo entrenador deposita total confianza en Garrote cuando aparece la oportunidad de una directa. Hoy, en la élite, las acciones de bola parada, se han convertido en cruciales. Ribas no sólo confía en la capacidad de Alba, la anima a que invente cualquiera de sus delicias mágicas. “Su confianza me ayuda a poner en práctica esos movimientos. Me dice que no tema el error, que no tenga miedo a fallar”.

Alba Garrote convive con los patines desde los 3 años, cuando se los puso por primera vez en Grado, años atrás una de las fábricas de talento del hockey español. Hasta el punto que Javi Garrote se convirtió en el primer entrenador de Javi Sama, el jefe de las categorías inferiores del Reus Deportiu. Benchi, en cambio, enseñó los secretos del hockey a Toni Sánchez, director deportivo del Reus en la actualidad.  Alba Garrote se prepara para intentar acceder a la carrera de INEF, mientras intenta salvaguardar al Reus en el hockey femenino de oro. La misión se ha puesto cuesta arriba, aunque el virtuosismo de la asturiana no entiende de imposibles.

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