Albacar desenfunda el fusil

El futbolista de Sant Jaume d'Enveja ha regresado al césped un año después de su retirada a los despachos. El lateral zurdo amenaza al Nàstic con su potente disparo

19 mayo 2017 17:54 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:24
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Edu Albacar (Sant Jaume d’Enveja, 16/11/1979) se quedó helado cuando en verano del 2015 Rubén Baraja, técnico del Elche, le comunicó que no contaba con él para la próxima temporada. Tenía 36 años pero ni se le había pasado por la cabeza la retirada. Quería seguir de franjiverde. Luciendo ese brazalete que ensalza la figura del que es señalado por sus propios compañeros como santo y seña del grupo y que de manera injusta le había sido arrebatado. Los asuntos extradeportivos raramente son tenidos en cuenta en la intimidad de las plantillas.

Edu estaba convencido de poder seguir regalando a la hinchada ilicitana postales históricas. Todas ellas con su pie izquierdo como protagonista indiscutible. Esa zurda que viste con un elegante guante de terciopelo, dotado con una potencia de guantelete medieval, y que le han elevado a ser historia viva de la entidad alicantina como el defensa más goleador.

Las palabras del entonces entrenador fueron difíciles de encajar. No le quedó más remedio que acatarlas. Entre lágrimas cumplió con la mayor de las fidelidades, dejar el fútbol «porque no me veía vistiendo otra camiseta que no fuera la del Elche». Y eso que no le faltaron ofertas para seguir en activo. De ninguna manera. La promesa de acabar en el Martínez Valero era honesta y el 15 de agosto de 2015 ofreció una rueda de prensa para anunciar su retirada.

Paso por los despachos

Cambió el verde por una mesa de despacho en la secretaría técnica franjiverde, junto con Ramón Planes y el reusense Gerard Nus. Desde su nueva ubicación observaba con cierta envidia a los compañeros que seguían disfrutando del juego a ras de césped. Aprendió mucho al lado del director deportivo barcelonés, pero tenía una espina clavada. En su cabeza seguía firme la idea de que aún tenía fútbol que ofrecer.

Le costó convencer a los suyos de que quería volver a intentarlo. Le habían visto sufrir mucho en sus últimas semanas de profesional. ¿Qué necesidad tenían de arriesgarse a vivir otra situación parecida? La que le pedía el cuerpo a Edu Albacar. Esa sensación que saboreó cuando era un chaval en Sant Jaume d’Enveja y empezaba a dar sus primeros pasos en el fútbol. La ilusión por hacer algo grande y hacerlo vestido con la camiseta del Elche le llevó de nuevo al pasto.

Alberto Toril se había hecho con el mando del equipo. El entrenador cordobés aplaudió la idea. Le ofreció la pretemporada para probarse. Tal vez en una posición con menos recorrido que la de lateral. De central, podía encajar. Ahí se vio siempre Edu Albacar acabando sus días de futbolista. Después de la pretemporada Toril no sólo le animó definitivamente a descolgar las botas, sino que le mantuvo en la misma posición de lateral zurdo, donde el tarraconense ha desempeñado toda su carrera.

El regreso a la exigencia profesional le ha llevado a exponer a su cuerpo de nuevo a una rutina que le ha costado alguna que otra lesión muscular. Eso y la incrementada competencia en el lateral izquierdo hacen que la titularidad tenga un precio más elevado. Edu Albacar la ha catado en dos ocasiones este curso. En la primera y la última jornada disputada. El balance total es de 157 minutos de juego.

Todavía no ha anotado. Es defensa, no sería extraño. Pero para un futbolista que ha marcado 36 goles (la mayoría en Elche) suena a amenaza. El fusil izquierdo apunta mañana al Nàstic.

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