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Decir Anna Romero (Sant Hipòlit, 1986) es decir Club Patí Voltregà, pocos conocen tanto el sentimiento del equipo de Sant Hipòlit como la actual capitana de la primera plantilla del femenino. Romero forma parte de ese plantel desde que hace 20 años, el Voltregà apostó fuerte por el hockey femenino. Desde entonces presume de palmarés y recorrido. Nadie discute su hegemonía en el hockey europeo. Siempre con Romero en la primera línea de fuego.
Jugadora de rostro imponente, capaz de ocupar varios roles dentro de la pista, Romero mantiene la ambición competitiva intacta. Se ha presentado en Reus de nuevo con la etiqueta de favorita al título a cuestas. Ella y su Voltregà, claro. No le asusta la responsabilidad. Si se ha mantenido firme ante la exigencia de la élite es porque se siente cómoda con la presión. “Soy muy autoexigente y eso creo que me ayuda”, comenta, justo después de superar en un partido duro a Las Rozas (3-2) en los cuartos de final de la Copa de la Reina, en el partido inaugural en el Olímpic.
La osonense ha vivido las 14 ediciones de la Copa la Reina de forma consecutiva. No ha faltado a ninguna cita, en este formato de competición totalmente atractivo que mide a los mejores equipos de la OK Liga femenina. En su palmarés figuran seis Copas. En Reus lucha por la séptima.
Han pasado 20 años desde el debut y Anna nunca ha visto la necesidad de cambiar de lugar. “El Voltregà es el club de mi vida y aquí tengo todo lo que quiero”, recalca. Natal de Sant Hipòlit, Romero compagina el hockey con su labor como profesora de primaria. Se inició en el Masies de Voltregà antes de dar el paso hacia ese club que se ha convertido en referencia para la pequeña población del Osona. De hecho, el Voltregà presume de un dato demoledor. De todos los participantes en la Copa del Rey y de la Reina de Reus es la única entidad que compite en categoría masculina y femenina.
Romero forma parte del elenco de estrenas que han marcado época en el hockey femenino nacional. Fue campeona del Mundo con la selección española en 2008 y campeonó con Catalunya en la Copa América de 2012. Los éxitos no le han modificado el hambre.
