Aparecen las imágenes inéditas de la tercera Copa de Europa del Reus Deportiu

Hockey. El tesoro corresponde al que fue considerado el mejor partido del mundo en 1969.  Lo disputaron el equipo rojinegro y el Benfica en el viejo pabellón rojinegro

27 abril 2020 16:36 | Actualizado a 28 abril 2020 20:24
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El hallazgo se lo debemos a Jordi Borràs –hijo del que en aquel entonces fue presidente de la sección de hockey del Reus Deportiu, Engelbert Borràs– que la ha descubierto buceando en los archivos de la radiotelevisión portuguesa (RTP).

La joya corresponde al partido que en 1969 fue considerado el no va más del hockey. Los dos mejores equipos del mundo, Reus Deportiu y Benfica, frente a frente por primera vez y en la final de la Copa de Europa. Y los dos mejores jugadores del planeta, Joan Sabater y Antonio Livramento, cara a cara también por primera vez a nivel de clubes.

El encuentro de ida, al que corresponden las imágenes, se disputa en Reus la noche del sábado 12 de abril de 1969. Se calcula que unas tres mil personas abarrotan en el viejo pabellón rojinegro, donde no cabe ni un alma en ningún rincón.

En los prolegómeno se tributa un emotivo homenaje a Juanma Vilallonga, que ha anunciado su retirada. Entre esto y que el árbitro holandés designado no puede llegar a Reus y hay que buscarle un sustituto, el partido empieza a las once y cuarto de la noche.

Por el Reus, que viste de blanco con una franja rojinegra, Andreu Borràs sale con Santi García, Rabassa, Joaquín Vilallonga, Sabater y Juan María Vilallonga, con Salvat, Boronat y Jornet en la reserva.

Por el Benfica,Torcuato Ferreira pone en pista a Carlos Alberto, Garrancho, Casimiro, Livramento y De Sousa, con Jorge Vicente, Rodrigues y Gordo en el banquillo.

El pabellón es una olla a presión y el Reus sale a por todas. A los 45 segundos Sabater pone el 1-0 y a los 4 minutos, Joaquín Vilallonga anota el segundo. Es el guión soñado. Los portugueses continúan a la defensiva y congelan la bola, hasta que en el minuto 19 el pequeño de los Vilallonga pone el 3-0. El Benfica se ve obligado a reaccionar y poco antes del descanso Livramento reduce distancias de penalty.

La sentencia

El 3-1 es un buen resultado y abre el interrogante de cómo debe afrontar el Reus la segunda parte. En el primer minuto de la reanudación, Joan Sabater disipa las dudas. El capitán ejecuta una diagonal sorteando a todos los portugueses que le salen al paso, dribla al portero y firma el gran gol de la noche.

El propio Sabater marca el quinto a los cinco minutos y los rojinegros huelen la sangre. Cuando Joaquín Vilallonga establece un inimaginable 6-1, la ocasión de liquidar al campeón portugués ya se antoja irrepetible y su hermano Juanma pone la puntilla con el 7-1 definitivo a tres minutos del final.

Es la mejor despedida posible para el mayor de los Vilallonga, al que el público obliga a dar una vuelta de honor al grito de «Puskas, Puskas», su popular apelativo. Mientras en las gradas retronan los cánticos de «campeones, campeones», los jugadores del Benfica dan rienda suelta a su frustación destrozando el vestuario. 

La final está sentenciada, aunque al Reus le espera un infierno sin precedentes en Lisboa, donde amarrará su tercera Copa de Europa consecutiva pese a perder 3-0 en medio de la violencia desatada del público. Pero esa ya es otra película.

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