Aquí mandan los clásicos

El sentido mensaje en la camiseta azul les delataba: 'Correm per tu, Pep'. Pep, runner de Salou y con 57 años, falleció en agosto mientras entrenaba en Vila-seca. «Era una buenísima persona. Desde que no está todas las carreras van por él», contó un corredor del Estival Park. Unos 50 atletas del club le homenajearon disputando la Mitja Marató. «Ha sido muy emotivo», dijeron, en una de esas historias que se filtran del gran evento atlético de Tarragona. 

Hay más relatos, como el de Miquel Carceller, que cruzó la línea descalzo, y otros casos menos trascendente y más festivos. Un grupo del equipo Beer Runners (sí, han traducido bien: mezclan la pasión por trotar con la querencia por la cerveza) se reagrupó a pocos metros de la línea de meta para entrar todos juntos, con gorro de jarra de birra incluido.

Entre ese despliegue folclórico sobresalieron los que iban a por nota, aprovechando las condiciones ideales del día: poco frío y cielo encapotado para mantener a raya al molesto sol. No hubo muchas sorpresas. Los nombres de relumbrón, los favoritos, impusieron sus galones; ganaron los clásicos, que gobernaron en un recorrido duro y exigente, más rompepiernas que en otras ocasiones. 

Tras el pistoletazo de salida en la Anella Mediterrània, hubo un trío que se puso en cabeza. Un corredor con el dorsal 1 identificaba al ganador de la edición anterior, que no era otro que José Manuel Vieito, compostelano afincado en Tarragona desde hace seis años. 

El gallego iba lanzado, pero le acompañaban en esos primeros metros Xavier Garcia Insa, otro habitual de la prueba que apretaba muy fuerte en este arranque, y Miguel Caballero. Rodaron juntos hasta aproximadamente el kilómetro cuatro, cuando hubo la primera criba. Entre la Imperial y la Rambla Nova, al paso por Prat de la Riba, Vieito se escapó y comenzó a abrir brecha, a ganar unos metros vitales para una ventaja que acabaría siendo definitiva. 

La pugna en hombres no se reproducía en mujeres, donde las cosas estuvieron más claras desde el principio. La tarraconense Mireia Sosa, la histórica dominadora de la prueba, buscaba su sexta victoria, y se puso líder desde el principio. En la Rambla Nova sacaba alrededor de 30 segundos a la segunda, Eva Morraja, a la postre plata, y la distancia se fue ampliando hasta los dos minutos en el faro. En el kilómetro 11, referencia ubicada en el Moll de Llevant, Sosa firmaba un tiempo de 43’25’’ y Morraja de 46’03’’. 

En ese punto, Vieito ya gozaba de una sustanciosa renta de alrededor de medio kilómetro. Algo más de un minuto le sacaba a Xavier Garcia Insa y Miguel Caballero, que iban juntos, marcando el mismo tiempo en esa severa escollera que siempre ejerce de triaje final pero que en esta ocasión, al estar en mitad del trayecto, no tuvo un papel tan decisivo. 

Problemas musculares 
A partir del kilómetro 12 el esfuerzo pasó factura. Mireia Sosa, que venía de competir en la Mitja de Lleida y que la noche anterior había dormido cinco horas, comenzó a tener problemas musculares y moduló su ritmo. El objetivo era ganar y no tanto buscar marca. También padecía apuros Vieito, más apurado en los tres últimos kilómetros, a pesar de que la victoria nunca peligraría. 

Simplemente había que gestionar la ventaja conseguida. No hubo sustos de última hora. La Rambla de Campclar, flamante y llena de público, engalanó el camino para los vencedores antes del último giro hacia la Anella, ese nuevo inicio y final de la Mitja, que otorga majestuosidad a la cita y ese aire olímpico tan sugerente y motivador, aunque haya que sacrificar el hecho de no acabar en el mismo centro de la trama urbana, como ha pasado otros años.

Vieito, un tarraconense más aunque sea de adopción, sumó su segundo triunfo –y, además, consecutivo– y su cuarta subida al podio en los últimos años. No pudo mejorar la marca de la edición pasada (1:08:05) pero nadie le discutió una victoria inapelable, autoritaria, fraguada en silencio durante sus concienzudos entrenamientos diarios, generalmente por el Parc del Francolí y la zona cercana a Joan XXIII, su campo de acción. Su marca de 1:09:07 fue inalcanzable para sus inmediatos perseguidores, que habían librado batalla por detrás. Xavier Garcia Insa, de L’Alió, siempre incombustible, acabó segundo, sacándole casi un minuto a Miguel Caballero, que completó el podio. 

Por su parte, Sosa amplió su ya abultado palmarés, el más laureado en toda la historia de la Mitja Marató de Tarragona. Su tiempo de 1:24:14 le valió para agenciarse una victoria relativamente plácida, la sexta en su carrera. No subía a lo más alto del podio desde 2015, aunque en este tiempo no haya dejado de ampliar su estantería de méritos con triunfos en distancias más largas, campeonatos de Catalunya de maratón incluidos. A más de cuatro minutos, la aragonesa Eva Morraja fue segunda y Cristina Polanco terminó tercera en el cajón. 

Junto a esos campeones, también se llevaron la gloria los ganadores en 10 kilómetros, la otra distancia que estaba en liza. Isaac Salvat venció con solvencia en hombres (34:05) y Gisela Carrión lo hizo en mujeres (36:22). 

Dentro de esas historias de éxito se coló el colorido de siempre, el costumbrismo de los retos superados con esfuerzo y también con humor. Aún hubo tiempo de ver a uno vestido de ninja, otro entrando en meta con un chupete en la boca y el signo de los tiempos del nuevo runner, que ha pasado de celebrar su hito llegando con chiquillos en brazos –a veces por partida doble– a rizar el rizo inmortalizando esa gesta con un selfi, esta vez con el Palau d’Esports de fondo como emblema del recinto de los Juegos que se revitaliza con citas así. Virales satisfacciones para los 2.135 atletas que tomaron parte en una de las dos distancias de la competición. De ellos, 1.840 lograron terminar.