Así se gestó la remontada del Reus

Una charla romántica de Jordi Garcia en la que tocó la fibra de los jugadores en la previa impulsó al equipo. La plantilla había visto el vídeo del Vic-Porto de 2008, cuando los osonenses levantaron tres goles al equipo luso

08 abril 2018 10:52 | Actualizado a 09 abril 2018 15:44
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Jordi Garcia prefirió no alterar demasiado la normalidad en las horas previas al partido histórico ante el Liceo. El técnico del Reus mantuvo la esencia de la preparación, aunque no olvidó ciertos detalles que encendieran el extremo deseo de sus jugadores. Él conoce perfectamente el significado de actuar con un Palau repleto de público y la energía que eso genera. Lo vivió como jugador, en las buenas, con títulos de postín, y también en las malas, cuando no se ganaba nada.

La remontada del Reus tuvo su punto de origen en Semana Santa, con una comida de equipo en la que se empezaron a sentar las bases emocionales para el reto ante el Liceo. También apareció un instante especial que se convirtió en motivación general para los chicos. Los hermanos Carmelo y Antonio Navarro, dos aficionados históricos del club, habían perdido a su padre. En el mismo funeral acudieron varios representantes del club y prometieron dedicarles un triunfo gigante.

El viernes, un día antes del partido, los jugadores y el cuerpo técnico vieron en vídeo el partido entre el Vic y el Porto de 2008, cuando los osonenses necesitaban remontar tres goles al equipo luso, en el partido de vuelta. Es decir, una situación idéntica a la del Reus. Con el Olímpic a rebosar, aquel Vic en el que ya destacaba Marc Torra, logró la hazaña. El partido terminó con un 4-0.

La preparación semanal alimentó los entrenamientos de ambición. Choca ver cómo los mismos jugadores del Reus se pican de forma sana en cada entrenamiento porque quieren ganar cada partidillo. Competir en el mismo día a día ofrece un plus. Reforzar el deseo también formó parte de un plan que acabó en la misma caseta del templo, minutos antes de que el Reus saltara a la pista y se enfrentara a una noche para el recuerdo.

Fue entonces cuando Jordi Garcia decidió mandar un mensaje directo al corazón de sus jugadores. “Pensad que toda la gente que va a venir y que va a llenar el Palau cree en vosotros. Cree que podéis conseguirlo”, les avisó. “Podéis pasar a la historia de este club”, añadió. El técnico causó impacto en los chicos, que entraron en el partido como un volcán, arropados en ese calor extremo de los hinchas. El Reus confirmó una hazaña moderna de nuevo ante los ojos de una ciudad entregada. Se repitió estampa. Florecieron los sentimientos.

El equipo celebró de forma discreta el logro con una cena con familiares y parejas en un restaurante del centro de Reus. Fue una cena improvisada, ya que se evitó preparar festejos de antemano.

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