Bendito sufrimiento (Pobla 1 - 0 Tuilla)

El filial grana pasa a la segunda eliminatoria del play-off

19 mayo 2017 22:40 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:18
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La Pobla de Mafumet sudó la gota gorda este sábado para lograr el pase a la segunda ronda –de tres– del play off de ascenso a Segunda B. El filial grana dominó un primer tiempo en el que se adelantó 1-0 y parte del segundo, en la vuelta en casa de la eliminatoria ante el Tuilla –en la ida empató a cero–. Pero a raíz de la expulsión de su portero Alberto Varo, por manos fuera del área en una salida a destiempo, sufrió un acoso asfixiante del que, tras aguantar con entereza y sufrimiento, salió vivo para adjudicarse el triunfo y la eliminatoria.

Los primeros instantes fueron un tanteo en que ningún equipo logró imponerse. Los balones largos se perdían por la línea de fondo o los cortaban las zagas. Excepto uno que sobrepasó la defensa asturiana y cerca estuvo Emaná de anotar de vaselina.

Tras esta introducción la Pobla cogió la pelota para hacerse amo y señor del juego. Llegaron minutos de goce, para recrearse, pero costaba superar la última línea. Los poblenses dominaban pero faltaba crear peligro. Lo hizo, y para mojar, Emaná, en una jugada de cirujano entre líneas en la que el balón llega a Álvaro, dentro del área, para ponerle un sombrero al arquero y dejarle el gol en bandeja al camerunés con la testa (1-0).

Por raro que parezca el Tuilla no buscó la igualada tras el tanto local. La Pobla doblegaba a su rival sin darle oportunidad para la reacción. Seguía trenzando jugadas con comodidad el cuadro grana ante un rival que sufría con la zaga adelantada y pobre de ideas en la salida del balón o simplemente para tomarse un respiro.

Un centrochut que Varo despejó a córner al filo del descanso fue la única llegada arlequinada en el primer acto. Ya en el segundo el asistente anuló un tanto a Emaná por fuera de juego y un minuto después una cabalgada de Álvaro, la finalizó con un tiro duro y cruzado que salió cerca de la madera. La batuta seguía siendo de la Pobla, pero el Tuilla se abrió y ganó dinamismo en ataque. Insuficiente para poner en aprietos a una defensa local firme y sin brechas.

En una llegada del filial del Nàstic Emaná se escapó del último zaguero para disparar ante la salida del guardameta José, quien con un estirada a ras de césped salvó el segundo gol poblense. En la otra área, una pelota aérea cayó del cielo al interior de la grande y Kike la empalmó fuera para enmudecer el Municipal. De repente, la sensación que la Pobla jugaba con fuego golpeó el partido y se intensificó con la expulsión del portero local.

Fue la hora de Ayala –arquero fichado en el tramo final del curso– para aguantar veinte minutos de asedio. Con un jugador menos, el cuadro grana se centró en desbaratar las ofensivas visitantes con Emaná esperando arriba para correr al contragolpe. No tuvo muchas ocasiones para empatar el conjunto asturiano, pero un penalti claro no pitado por el árbitro –que resultó bastante casero– por unas manos de Emaná en el área local y un remate de Pablo Díaz en el añadido que Ayala blocó con seguridad pusieron en peligro el pase de la Pobla, que tras el triple pitido del colegiado respiró para disfrutar de su premio.

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