El ciclista de Alcanar, Benjamín Prades, completó una gran Vuelta a Cantabria y lo demostró en Vioño, localidad gallega en la que se llevó el triunfo de etapa tras ser el más rápido en la meta de Piélagos por delante del brasileño Vinicius Rangel, que se terminó llevando una general en la que Prades finalizó en séptima posición.
Fue en una etapa dura, pero divertida con sus 148km en un circuito sin grandes cotas, salvo los cuatro pasos de montaña por el alto de La Montaña. Un puerto corto de apenas 3km y con una pendiente media del 4,7%, así como un final explosivo como era el paso por el cementerio de Salcedo, paso de apenas 500 metros pero con unas rampas que superan el 12%, para inmediatamente llegar a la línea de meta en apenas 1 km en un vertiginoso descenso.
Hubo varios intentos de fuga durante la etapa, pero no llegaron a fructificar así que se llegó al tramo final, con una subida todavía pendiente, con todo por decidir y con la victoria muy abierta. Al iniciarse la última ascensión del día, atacó el corredor del Heiser Irumet, Fergus Nicholas Robinson, llevando al pelotón a escasos 15” hasta la cima del puerto, dándole caza en el descenso el corredor Segoviano del Eolo, pero con el pelotón a escasos 15” y sin ninguna intención de permitir que llegasen a meta en solitario.
Cuando llegaron a los 2 últimos km para enfrentarse a las duras rampas del cementerio de Salcedo fue el momento de Benjamín Prades, el ciclista de Alcanar atacó y coronó las duras rampas en solitario, pero fue cazado por el pelotón a apenas 400m de meta. Allí parecía que sus opciones de triunfo se disipaban, pero el tarraconense dio la sorpresa en el sprint y recuperó fuerzas para ganarlo e imponerse el resto de perseguidores.
El triunfo se lo brindó a sus vecinos: “Yo estoy aquí pedaleando, pero en mi pueblo están sacando barro después de las inundaciones. Les dedico la victoria”.