Borja Fernández, uno de los niños de Berizzo

El Reus se ha asegurado la cesión de un centrocampista de buen pie y largo recorrido. Ha disputado 17 partidos con la primera plantilla del Celta, entre Liga y Copa. Se reencontrará con Gustavo Ledes, con el que formó el doble pivote del filial el pasado curso

20 julio 2017 15:07 | Actualizado a 20 julio 2017 15:14
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Borja Fernández (Vigo, 1995) pertenece a una de las camadas más productivas de la cantera del Celta. Aquel juvenil de División de Honor que alcanzó la final de la Copa de Campeones en 2013 se ha convertido en referencia para muchas generaciones del Celta. En ese equipo se encontraba Borja, junto al actual portero del Celta Rubén Blanco o Santi Mina, que luce en el Valencia. Fernández nunca abandonó Balaídos, sobre todo por la confianza que le transmitió Berizzo, hasta este verano el líder del Celta desde el banco. Berizzo ha puesto rumbo a Sevilla para vivir una nueva aventura.

Curiosamente, el Reus publicó hoy la cesión de Borja Fernández por una temporada. Con 21 años, al centrocampista gallego le resta aposentarse en la élite y eso que a sus espaldas ya ha cargado con 17 partidos con el primer equipo, entre Liga y Copa. En el B acaba de protagonizar un curso mayúsculo, con 36 apariciones y cuatro goles. Ha dejado entrever que la Segunda B le queda pequeña.
El Celta se ha asegurado la propiedad del futbolista porque no desea perderle el rastro. Conoce perfectamente el potencial de Borja Fernández y el recorrido que mantiene en su horizonte. Estamos hablando de un mediocampista en pleno tránsito de progreso. No ha tocado techo, ni mucho menos.
Un viejo conocido
Existían en el Celta ciertas sospechas sobre el crecimiento del jugador no hace demasiados meses. El curso 2015-16 no resultó propicio para Borja, sin continuidad en la primera plantilla y con amagos de bajón futbolístico. El mismo protagonista se ha encargado de borrar dudas con la actuación reivindicativa en el filial. Halló allí un socio ideal con el que expresarse.

En el 4-4-2 del Celta B, el doble pivote se convirtió en indispensable. Sus dos inquilinos, Borja Fernández y Gustavo Ledes. Los dos hoy visten de rojinegro. El perfil de Borja se acerca al de todocampista. Un pivote capaz de recorrer la cancha con personalidad y de exhibir criterio en el juego de posición. En el segundo equipo celeste ejercía eso que se llama hoy pivote defensivo, aunque da la sensación que puede ofrecer más servicios. Con Gustavo Ledes se entendió en formato computadora. Sin apenas mirarse. Los dos cocinaron un Celta B de play off, aunque el filial se quedó en el camino del ascenso. El apagón físico a causa de la excasez de fondo de armario castigó a los cachorros del Celta.

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