Brotes verdes

El presidente de la Federació Catalana de Futbol se reunió telemáticamente el pasado viernes con Joan Soteras, vicepresidente de la RFEF, para tratar la posible reanudación del fútbol amateur en los distintos territorios del país. En este encuentro, en el que participaban otros presidentes territoriales, se manifestó la voluntad de volver a los terrenos de juego lo antes posible. No sabemos, sin embargo, cuándo va a ser realmente factible que esto suceda, por lo que seguimos a la espera de una decisión firme y de un comunicado oficial. Ya son casi cuatro meses sin fútbol, y algunos de los clubes del Camp de Tarragona han perdido algo de fe en la posibilidad real de esta ansiada vuelta al campo.

Aunque no todos los campos están vacíos. El CF Vila-seca sigue activo durante estos meses de parón amateur gracias a la participación de su equipo juvenil en la Liga Nacional Juvenil, que se ha mantenido viva y ha permitido que este municipio del Tarragonès mantenga esta puerta abierta al deporte. Es un oasis en medio del desierto en el que la mayoría de entidades de la zona sigue esperando de brazos cruzados, y quizás es también el indicativo de que, si este sistema funciona, la sequía para las categorías superiores tiene los días contados.

Mientras que la nota positiva es que el combinado juvenil ha podido vestirse de corto durante este tiempo, la otra cara de la moneda muestra las dificultades que está teniendo en su categoría. La clasificación, a primera vista, asusta: el Sant Andreu, el Barcelona B y el Cornellà B encabezan una tabla llena de grandes nombres entre los cuales también figura el Nàstic, por lo que un equipo con menos recursos como el CF Vila-seca no tiene ni una jornada fácil. Ha recibido duras goleadas por parte de los colosos de la competición, pero no todo son malas noticias. El equipo ha firmado una victoria, un empate y una derrota en los últimos tres enfrentamientos, lo que representa una importante mejora respecto a los resultados de las primeras jornadas de liga.

Este cambio en la dinámica del equipo coincide con la llegada al banquillo de Toni Oruj, que asumía el cargo de entrenador tras el cese de David Cuéllar. Después de haber pasado por el CF Vila-seca como jugador del fútbol base y del primer equipo y más adelante como entrenador, ha regresado al club por cuarta vez para liderar el combinado juvenil: «Me hizo mucha ilusión la llamada del equipo», cuenta el nuevo míster. «Hemos montado un buen cuerpo técnico, en el que me he rodeado de Aaron Oruj y de Xavi Ávila, y estamos ahora mismo en un proceso de reconstrucción».

Toni Oruj es un entrenador exigente, que busca la mejor versión de su plantilla. Antes de su llegada, el equipo registraba ocho derrotas en ocho partidos, por lo que consideró necesario un cambio de estilo de juego: «Quizás no estamos jugando al fútbol que más me gustaría, pero sí al más necesario. Ganar es tan importante que hay que dejar cosas de lado para encontrar una efectividad más inmediata, y ahora mismo para nosotros cada partido es una final».

La apuesta del nuevo míster del CF Vila-seca pasa por la entrega y el sacrificio, dejando así de lado la posibilidad de ofrecer un fútbol más atractivo que descuide las facetas primordiales de un juego ganador. Los resultados, hasta ahora, acompañan su mentalidad luchadora. Y esta mentalidad pasa también por comprender que la tendencia positiva actual no es definitiva, sino que necesita de más trabajo y constancia para convertir estos brotes verdes en una realidad: «Dejamos la portería a cero en dos partidos y eso nos ha ayudado mucho anímicamente, pero nos queda mucho trabajo en algunas facetas del juego. Nuestro objetivo es seguir mejorando nuestros resultados y seguir luchando para intentar salvar la categoría».