Brugui: 'El campo de fútbol me libera'

Para Roger Brugué (Báscara, 22 años) el camino al primer equipo no ha sido nada sencillo. Confianzas y desconfianzas, subidas y bajadas, y hasta cesiones interrumplidas en el último suspiro. Altibajos que han forjado el futbolista competitivo en el que se han convertido.

Vive un momento dulce, tras su gol frente al Castellón.

Hacía tiempo que tenía ganas de estrenarme en este aspecto. Fue ante el Castellón y ahora quiero intentar hacer los máximos posibles.

Su celebración dio una doble lectura. Se le vio liberado después de la situación complicada que vivió al inicio de curso.

Siempre he confiado mucho en mí mismo. Pese a vivir una situación como has dicho difícil y delicada sabía que con trabajo vendrían los resultados. No he aflojado ni un segundo. Hubo algo de liberación personal.

Tampoco se entretuvo y se fue rápido a por el balón.

Estábamos en una situación que apretábamos al rival y que podíamos llevarnos los tres puntos. Celebré el tanto y pensé rápido en ir a por el balón a ver si podía hacer otro.

No es de Tarragona pero lleva tanto tiempo en el Nàstic que recibe el mismo trato de los canteranos en cuanto a exigencias y obstáculos.

El año pasado me costó más entrar porque el salto era grande. Pero este año no encuentro dificultades. Nos tratan a todos por igual. El míster no se casa con nadie. Si trabajo y hago las cosas bien tendré oportunidades.

¿Qué es el Nàstic para usted?

Le debo la vida. Venía de un equipo de Tercera y me dio la oportunidad de soñar con ser jugador profesional. Viviendo momentos que me imaginaba cuando era pequeño. Disfruté al máximo en mi debut en Segunda e intenté entregarme al máximo. No me conformé con debutar. Cuando acabó el partido me puse a trabajar para mantenerme y seguir teniendo esas oportunidades.

¿Cómo gestiona los malos momentos?

Son situaciones difíciles de llevar sobre todo las que no controlas tú porque son una parte externa del fútbol. A mí el campo me ayuda a liberarme de todo eso. Voy a entrenar y me olvido de lo de fuera. Si te encuentras bien en el campo, por mucho que fuera las cosas no vayan bien, vas creciendo y dejando atrás los aspectos negativos.

¿En qué aspectos ha mejorado más Roger Brugué en TGN?

Muchos. Físicamente. Cuando llegué estaba muy delgado y no tenía tanta fuerza ni tanta potencia. He aprendido a entender mejor el fútbol. Antes era una cabra loca por el campo y ahora interpreto mejor dónde tengo que situarme para recibir y generar más peligro. Pero el aprendizaje más fuerte fue hace dos años.

¿Qué pasó?

Me llevé un batacazo fuerte cuando después de subir al primer equipo volví a bajar al filial. Me equivoqué con el entrenador y estuve castigado. Fui un niñato. Me ayudó mucho mentalmente a ser más fuerte y saber llevar mejor ese tipo de situaciones.

En este camino de crecimiento en Tarragona, ¿qué entrenador le ha ayudado más?

Hay tres momentos claves para que yo llegara al Nàstic. El primero fue Rodri. Me conocía del filial y fue el que me hizo debutar en el primer equipo. José Antonio Gordillo fue el técnico que decidió que me quedara en el primer equipo después de la pretemporada. Me dijo que me quería y que no marchara cedido. Y también Enrique Martín las siete primeras jornadas jugué. Los tres me han dado cosas.

¿Rodri quiso llevárselo al Extremadura el año pasado en el mercado de invierno?

Estuve a punto de irme. Pero me quedé aquí y contento. Las cosas siempre pasan por algún motivo. Quizás no era mi momento o no estaba del todo preparado. Me faltaba hacer un buen año en Segunda B para acabarme de curtir. Si tengo que irme algún día será cuando esté preparado. No tengo ninguna espina clavada por haberme quedado.

Usted es de esos jugadores que no aparecen entre los teóricos titulares y al final acaba sumando minutos. ¿Qué factor hace falta para conseguir dar la vuelta a esa situación?

Trabajo y las ganas. La ilusión de ser jóvenes que nos hace vivir las cosas de otra manera. Hay jugadores que han vivido cosas muy grandes y que quizás no tienen la misma emoción que nosotros.