CF Reus: Cuenca sigue venerando a su 'Pulpo'

Ramon Folch recibe a diario mensajes de admiración de los hinchas del Conquense, donde dejó gratos recuerdos

19 mayo 2017 15:36 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:36
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En verano de 2012, Ramon Folch (Reus, 1989) vivía una experiencia exótica en Finlandia, tras su paso por el Amposta, en Tercera División. En tierras ebrenses había iluminado los ojos de Jordi Fabregat, uno de sus padres deportivos. Ramon decidió probar aventura en un lugar de poca tradición futbolera, aunque ideal para practicar el inglés y volar lejos de su zona de confort. Curiosidades de la vida, en Finlandia compartía piso con dos brasileños, puede parecer hasta surrealista, pero más cierto que el agua. Fabregat no se olvidó de aquel centrocampista espigado, con extrema facilidad para el juego de asociación. Un experto exponente del fútbol combinativo.

El Conquense firmó al técnico y éste tomó su teléfono para contactar con Folch. La negociación duró un segundo. Maletas y para Cuenca. Aguardaba ese histórico Conquense, de tradición en Segunda B, aunque en aquellos días en Tercera.

No resultó una operación lujosa, todo lo contrario. La experiencia vital propició que Folch compartiera chalet con otros cinco compañeros, a los que no conocía, aunque con los que terminó formando una especie de familia. El arquero Manolo, Novillo, Manzano, José Vega y Quique Sánchez completaban el hogar. Cada uno con su habitación individual. Los seis sufrieron las inclemencias económicas de la época. El Conquense dejó de pagar durante algunos meses y se apañaron como podían. En todo caso saboreaban los atractivos culinarios de la ciudad. En Cuenca, con pocos euros, sales comido y bebido.

El año deportivo se convirtió en un cuento de hadas para el Conquense, también para Folch, que consolidó su primer tránsito en la antesala del fútbol profesional. El juego gravitó entorno a su figura. Fabregat le utilizó como único pivote por delante de la defensa. Los hinchas se enamoraron de sus prestaciones. Le bautizaron como el pulpo de Reus, así todavía le conocen a través de las redes sociales, con mensajes de aliento en su nueva vida en la élite. El Conquense, de 79 años de historia, ascendió a Segunda B. Existe otra situación divertida alrededor de aquel ascenso. Alfonso, uno de los futbolistas del plantel, se casaba aquella temporada. El vestuario anhelaba diseñarle una despedida de soltero como mandan los cánones. No pudo consumarse mejor. El Conquense ascendió en Mallorca, tras campeonar ante el Poblense. Se armó la marimorena.


La red arde en mensajes
El recuerdo de los inmensos pies de Folch y su dulzura futbolística permanece en el estadio de la Fuensanta. Manuel Noeda, uno de los comunicadores deportivos más prestigiosos de la zona rememora esa pose seria y comprometida del reusense, con el que todavía mantiene muy buena relación. Una de sus obras fue inmortalizar en un reportaje la afición de Folch por recoger setas. En sólo una temporada, los hinchas tuvieron bastante para declararle admiración eterna. El lunes, horas antes del partido del Reus ante el Levante, el twitter del futbolista ardía con mensajes de apoyo. Su proveniencia, Cuenca. «Aquí, ya todos nos hemos hecho del Reus», admite el mismo Manuel Noeda. «Nos alegra mucho que le vaya bien porque se lo ha trabajado».

Los caminos de los dos se separaron en julio de 2013. A Ramon se le perdona. Fue para volver a su casa como hijo pródigo. No le ha salido mal la apuesta. Cuatro años después luce brazalete y figura en Segunda División, con un progreso deslumbrante. Ramon, en todo caso, no se olvida de los que apostaron por él cuando nadie le conocía. En Cuenca se encuentra un trozo innegociable de su historia.

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