CF Reus: El protector reusense de 'Rafa, no me jodas'

El Reus visita el sábado La Romareda, donde no ha jugado nunca, pero el exfutbolista rojinegro Lolo Guerrero vivió una experiencia inolvidable protegiendo al célebre linier el día del escándalo

19 mayo 2017 17:18 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:49
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29 de septiembre de 1996, estadio de La Romareda, Zaragoza. Mejuto González impartía justicia en un Zaragoza-Barcelona que desprendía tintes heroicos. El equipo maño dominaba por 3-2 cuando Mejuto oyó por el pinganillo una indicación de su colegiado asistente. Rafa Guerrero ocupaba uno de los costados de La Romareda, con el banderín preparado para dictar sentencia. También el ojo clínico. La decisión de Guerrero dejó sorprendido hasta al mismo Mejuto. El linier dictaminó que su principal debía mandar a casa a Aguado, aquel central legendario del Zaragoza, por una presunta agresión a Fernando Couto, el imponente defensor portugués que ejercía trabajos de albañilería en aquel Barcelona de Robson y Mourinho, en el que relucían Figo y Ronaldo Nazario. La infracción incluía penalti, ya que se produjo dentro del área de castigo. 
La discusión posterior entre Mejuto y Rafa Guerrero ya ha se instalado en las enciclopedias más simpáticas del fútbol español. En ella, el colegiado parecía no creer ese dictamen e incluso, según las imágenes, llegó a pronunciar un altisonante ‘Rafa, no me jodas’, que se convirtió en coletilla nacional. La Moviola delató la equivocación de Guerrero. Hasta el punto Aguado era inocente. El infractor de esa especie de colleja a Couto había echado raíces en la ciudad del Pilar; Chucho Solana. Popescu anotó el penalti y el Barcelona terminó por ganar 3-5. Se armó follón en la Romareda. El Zaragoza impugnó la decisión y pidió la repetición de esos 12 últimos minutos. No le hicieron caso. 
Aquella secuencia inmortal dispone de un actor secundario reconocible. Detrás de Rafa Guerrero, en la imagen televisiva, velaba por la seguridad Lolo Guerrero, reusense de cuna y exjugador del CF Reus. Para nada familiar del famoso asistente, por aquello de compartir apellido. Lolo ejercía como jefe se seguridad de varios estadios nacionales, entre ellos La Romareda, el Carlos Tartiere de Oviedo o el Sánchez Pizjuán de Sevilla. “Era joven y viajaba mucho”, sonríe. El protagonista recuerda perfectamente la experiencia. Incluso aporta al Diari varias anécdotas que no habían salido a la luz. “Guardo muy buenos recuerdos de aquel día. Hay un instante en el que Mejuto amaga con decirle a Rafa ‘Oye, pregúntale a ese si lo ha visto’. Ese era yo, que estaba justo detrás. Creo que pensó en las cámaras y se cortó’. Lolo añade que “Rafa estaba tan afectado después del partido que rompió a llorar en la caseta. Le llamé a León unos días después para animarle”. Aquel responsable de seguridad necesitó esquivar mecheros y varias botellas de agua que volaban de la grada hacia el césped. “El alboroto resultó descomunal” y puntualiza. “Después del partido, tuvimos que sacar al Barça por la esquina contraria a los vestuarios porque había mucha gente esperando fuera indignada. En el túnel de vestuarios aproveché para sacarme alguna foto con Guardiola y compañía”. 
Lolo Guerrero corrió la banda del Estadi en el CF Reus de finales de los 80 y principios de los 90, casi siempre en Tercera División. Fue una canterano del colegio Pare Manyanet. Sus amigos rememoran que, en las horas de recreo, era capaz regatear a cualquiera que se le pusiera por delante sin perder el balón. 
Se cumplen 20 años de aquella historia, aunque el fútbol mantiene un lugar privilegiado en la vida de Lolo. Su ocupación actual se encuentra a la vera del Estadi, en un local que él mismo coordina. El espacio, que ha abierto la Asociación de Veteranos del club, pretende convertirse en un punto de encuentro para los hinchas. El sábado, el Reus visitará La Romareda sin Lolo como guardián de seguridad. Éste enchufará el televisor a 200 kilómetros de distancia y sentirá nostalgia de los viejos tiempos.
29 de septiembre de 1996, estadio de La Romareda, Zaragoza. Mejuto González impartía justicia en un Zaragoza-Barcelona que desprendía tintes heroicos. El equipo maño dominaba por 3-2 cuando Mejuto oyó por el pinganillo una indicación de su colegiado asistente. Rafa Guerrero ocupaba uno de los costados de La Romareda, con el banderín preparado para dictar sentencia. También el ojo clínico. La decisión de Guerrero dejó sorprendido hasta al mismo Mejuto. El linier dictaminó que su principal debía mandar a casa a Aguado, aquel central legendario del Zaragoza, por una presunta agresión a Fernando Couto, el imponente defensor portugués que ejercía trabajos de albañilería en aquel Barcelona de Robson y Mourinho, en el que relucían Figo y Ronaldo Nazario. La infracción incluía penalti, ya que se produjo dentro del área de castigo. 

La discusión posterior entre Mejuto y Rafa Guerrero ya ha se instalado en las enciclopedias más simpáticas del fútbol español. En ella, el colegiado parecía no creer ese dictamen e incluso, según las imágenes, llegó a pronunciar un altisonante ‘Rafa, no me jodas’, que se convirtió en coletilla nacional. La Moviola delató la equivocación de Guerrero. Hasta el punto que Aguado era inocente. El infractor de esa especie de colleja a Couto había echado raíces en la ciudad del Pilar; Chucho Solana. Popescu anotó el penalti y el Barcelona terminó por ganar 3-5. Se armó follón en la Romareda. El Zaragoza impugnó la decisión y pidió la repetición de esos 12 últimos minutos. No le hicieron caso. 

Aquella secuencia inmortal dispone de un actor secundario reconocible. Detrás de Rafa Guerrero, en la imagen televisiva, velaba por la seguridad Lolo Guerrero, reusense de cuna y exjugador del CF Reus. Para nada familiar del famoso asistente, por aquello de compartir apellido. Lolo ejercía como jefe se seguridad de varios estadios nacionales, entre ellos La Romareda, el Carlos Tartiere de Oviedo o el Sánchez Pizjuán de Sevilla. “Era joven y viajaba mucho”, sonríe. El protagonista recuerda perfectamente la experiencia. Incluso aporta al Diari varias anécdotas que no habían salido a la luz. “Guardo muy buenos recuerdos de aquel día. Hay un instante en el que Mejuto amaga con decirle a Rafa ‘Oye, pregúntale a ese si lo ha visto’. Ese era yo, que estaba justo detrás. Creo que pensó en las cámaras y se cortó’. Lolo añade que “Rafa estaba tan afectado después del partido que rompió a llorar en la caseta. Le llamé a León unos días después para animarle”. Aquel responsable de seguridad necesitó esquivar mecheros y varias botellas de agua que volaban de la grada hacia el césped. “El alboroto resultó descomunal” y puntualiza. “Después del partido, tuvimos que sacar al Barça por la esquina contraria a los vestuarios porque había mucha gente esperando fuera indignada. En el túnel de vestuarios aproveché para sacarme alguna foto con Guardiola y compañía”. Incluso su compañero de fatigas en la seguridad de aquella noche, otro reusense de pro como Josep Lluís Rius, notifica que "en el túnel dio fe de que Rafa aseguró haberla cagado".

Lolo Guerrero corrió la banda del Estadi en el CF Reus de finales de los 80 y principios de los 90, casi siempre en Tercera División. Fue una canterano del colegio Pare Manyanet. Sus amigos rememoran que, en las horas de recreo, era capaz regatear a cualquiera que se le pusiera por delante sin perder el balón. 

Se cumplen 20 años de aquella historia, aunque el fútbol mantiene un lugar privilegiado en la vida de Lolo. Su ocupación actual se encuentra a la vera del Estadi, en un local que él mismo coordina. El espacio, que ha abierto la Asociación de Veteranos del club, pretende convertirse en un punto de encuentro para los hinchas. El sábado, el Reus visitará La Romareda sin Lolo como guardián de seguridad. Éste enchufará el televisor a 200 kilómetros de distancia y sentirá nostalgia de los viejos tiempos.

 

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