CF Reus-Getafe (1-1): 'Hijos del viento'

El Reus ofrece una lección de personalidad para rescatar un pun to ante el Getafe, en un partido en el que juega 40 minutos con uno menos por expulsión de Garai. El Getafe acaba con nueve al final

19 mayo 2017 16:29 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:35
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Edgar Hernández instaló su armario ropero en la zona de castigo para proteger una pelota que llegaba mordida, sin apenas malicia, con mirada inocente. Su Reus caminaba sobre un alfiler casi invisible. Sufría inferioridad de efectivos y desventaja en el electrónico. Enfrente cuerpeaba con un gigante llamado Getafe, no hace tanto en las eliminatorias de postín de la Europa League. Cata Díaz sigue transmitiendo las raíces y los valores de aquel Geta maravilloso.

Edgar clavó su pecho con imán para domar la pelota y embolsarla en su rostro. Sintió que Cata, atrevido, chocaba con él y se manchó de barro. Besó el suelo. Edgar levantó los brazos con el mismo ahínco que el grito enfurecido de los hinchas. El juez dictó penalti. Alivio infinito para el Reus. Se encendía la luz en una cueva repleta de oscuridad. Hernández, el ganxet de Gavà, pidió la pelota hambriento. La acarició, le ofreció su cariño y la manchó de cal. Convirtió con una seguridad fascinante. Ni pestañeó. El empate de Edgar cambió el paisaje. Se habían consumido 68 minutos.

Antes, el aire advirtió una tarde perros, sólo apta para valientes, amantes del riesgo. Natxo precisó de ingenio para elaborar la lista. Se cayeron Vítor y Máyor por inclemencias físicas. Edgar necesitó de atenciones extra en la espalda. Llegó a tiempo Tébar, al que el futuro más presente le invitó al baile. Y eso que inició en la rotación. En realidad, nadie imaginó la noria emocional que aguardaba en el cajón de sorpresas.

La rabieta del viento frenó el exceso de entusiasmo de dos protagonistas que sólo querían caviar. Equivocaron el restaurante. Por eso perdieron media hora en conquistas imposibles, con el balón sorteando obstáculos desde el cielo y dibujando efectos estéticos asombrosos. Nadie conseguía asociarse, ofrecer tres pases coherentes en triángulos imaginarios sobre el verde. Querol se rebeló contra los presagios meteorológicos. Desafió hasta guarda de seguridad del fondo. Cada vez que conectaba con el balón era para encarar. En su nómina de méritos aguardaban un puñado de amarillas a los rivales. Nada nuevo.

El partido entró en el manicomio a los 33 minutos. Jorge Molina guardó un balón de espaldas al arco, en el límite del bien y del mal. Garai le sujetó y el enemigo pidió pena máxima. Así también los interpretó el juez. Garai, además percibió la amarilla. El gol de Molina encumbró una actuación deliciosa. Forzó la expulsión de Garai segundos después y enseñó controles imposibles y movimientos deslumbrantes. Uno de esos atacantes fetiche de la categoría.

Cambio de plan

Natxo acudió al libreto para modificar el guión. Apostó por Tébar y sacrificó a Fran. Ordenó al equipo con inteligencia. Reforzó la cocina porque para hallar caminos resultaba indispensable secuestrar el balón. Colgarse del larguero traía suicidio prematuro. El Reus exhibió una personalidad emocionante porque transformó su limitación numérica en esperanza. Edgar y Querol se descolgaron para convertir sus movimientos en salidas de urgencia. Además, esquivaron la fatiga y acentuaron su fe. Del Getafe no hubo noticias de amenaza. Curioso cuando disfrutaba de una pieza más para acabar con el show.

Edgar devolvió a su vitrina de éxitos un gol que le habían quitado en el primer tiempo, por supuesta falta a Cala. Faltita. El penalti le enloqueció y calmó su espalda, que le envió mensajes con cosquilleo para permanecer sobre el césped. La igualada cambió el paso del juego. El Getafe perdió el norte. Cala y Molinero doblaron amarillas y visitaron la caseta antes de lo que esperaban. El final pidió una del oeste al Reus, al que le faltó aliento y calma para terminar su obra con la firma de Dalí. Pudo ser así con una caída sospechosa de Querol que esta vez el colegiado no se atrevió a decretar. En todo caso no borró el ejercicio de firmeza de los chicos de Natxo. Fueron hijos del viento.

Reus: Edgar Badia; Campins (Haro, min.90), Atienza, Babic, Ángel; López Garai, Folch; Fran Carbia (Marcos Tébar, min.46), Querol, Miramón (Vaz, min.87); y Edgar Hernández.

Getafe: Alberto García; Damián Suárez, Cata Díaz, Cala, Molinero; Sergio Mora, Antón, Lacen; Chuli (Peña, min.80), Jorge Molina (Facundo, min.87) y Buendía.

Goles: 0-1, m.34: Jorge Molina, de penalti. 1-1, m.68: Edgar Hernández, de penalti.

Árbitro: Gorostegui Fernández (Comité vasco). Mostró tarjeta amarilla a Edgar Hernández (min.25), Sergio Mora (min.26), Pichu Atienza (min.33) y Chuli (min.60), y expulsó, por doble amonestación, a López Garai (min.33 y 42),  Molinero (min.35 y 76) y Cala (min.58 y 76)

Incidencias: Partido de la vigésima cuarta jornada de la Liga 1/2/3 disputado en el Estadi Municipal de Reus ante unos 3.000 espectadores.

 

Reus: Edgar Badia; Campins (Haro, min.90), Atienza, Babic, Ángel; López Garai, Folch; Fran Carbia (Marcos Tébar, min.46), Querol, Miramón (Vaz, min.87); y Edgar Hernández.
1 - Getafe: Alberto García; Damián Suárez, Cata Díaz, Cala, Molinero; Sergio Mora, Antón, Lacen; Chuli (Peña, min.80), Jorge Molina (Facundo, min.87) y Buendía.
Goles: 0-1, m.34: Jorge Molina, de penalti. 1-1, m.68: Edgar Hernández, de penalti.
Árbitro: Gorostegui Fernández (Comité vasco). Mostró tarjeta amarilla a Edgar Hernández (min.25), Sergio Mora (min.26), Pichu Atienza (min.33) y Chuli (min.60), y expulsó, por doble amonestación, a López Garai (min.33 y 42),  Molinero (min.35 y 76) y Cala (min.58 y 76)
Incidencias: Partido de la vigésima cuarta jornada de la Liga 1/2/3 disputado en el Estadi Municipal de Reus ante unos 3.000 espectadores.
 

 

Comentarios
Multimedia Diari