CF Reus: La exótica aventura de Garai y dos gemelos cambrilenses en Bucarest

El pivote del Reus se medirá el domingo a Edu Oriol, ahora en el Tenerife, y con el que coincidió en el Rapid. También compartió viaje con Joan, actual lateral del Mallorca

19 mayo 2017 16:00 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:14
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Ocurrió un mes de febrero de 2015. Aritz López Garai decidió rescindir su vinculación con el Córdoba, por aquel entonces en Primera División, y junto a su familia emprendió una aventura exótica en el extranjero. La primera de su amplio trayecto en el fútbol profesional. En la capital rumana de Burcarest convivían los tres equipos más grandes del país. El Steaua, el Rapid y el Dinamo. El Rapid, el club de los obreros y de la gente de clase media baja, tocó a su puerta. A Garai le habían hablado de dos hermanos gemelos cambrilenses, que ya habían cometido alguna travesura por Bucarest. Edu y Joan Oriol le esperaban en Rumanía. Hacía allí viajó.

El Rapid había firmado hasta 17 futbolistas nuevos en ese mercado de invierno. Una locura, aunque sus registros casi irrisorios de la primera vuelta obligaban a un milagro. Sólo seis puntos mantenían al equipo virtualmente descendido. Garai y los hermanos Oriol deseaban convertirse en héroes de esa efervescente hinchada del Rapid, que cada domingo generaba en el estadio Giulesti una caldera espectacular. 15.000 apasionados se reunían en el recinto. Los nuevos inquilinos del Rapid se estrenaron con un clásico mayúsculo. El que les midió al Steaua. La historia se inauguró con idilio. Fue victoria para el Rapid. 0-1. De hecho, a aquel equipo sólo le privó de la permanencia una sanción con penalización de cuatro puntos para el club, por problemas de impagos. En todo caso, Garai recuerda con cariño esa estancia de seis meses en la capital rumana. En la Ciudad Deportiva del Rapid ocurrieron algunas trastadas que evidenciaban la misteriosa capacidad de los gemelos para apoderarse del vestuario. Carlos Montalvo, un cambrilense amigo de Edu y Joan, acudió a visitarles con el fin de disfrutar de la ciudad, aunque se encontró con la posibilidad de convertirse en futbolista profesional. Edu convenció a los utilleros del Rapid para que le facilitaran botas y ropa de entrenamiento, como un integrante más de la plantilla. Se cambió en el vestuario bajo una curiosa normalidad. El segundo entrenador del Rapid, bajo esa rutina de día a día, avisó a los futbolistas de que debían salir hacia el campo de entrenamiento para iniciar el trabajo. De repente se percató del nuevo fichaje alucinado. No se lo podía creer.

Goofy, el bulldog inglés de Edu y Macarena, su pareja, también se añadió a la familia de la Ciudad Deportiva. Edu se lo llevaba para que departiera con los empleados del club en cada jornada laboral. De hecho el perro transitaba por el vestuario del Rapid como si se tratara del salón de su casa. Incluso, en alguna ocasión, se animó a incorporarse al resto del grupo sobre el césped con una naturalidad asombrosa.

Encantados con la ciudad

El tridente de protagonistas prácticamente consumía las horas junto. En el fútbol rumano existe la cultura de la concentración de jueves a domingo. Los jugadores del Rapid compartían intimidad en la residencia del club, en la misma ciudad Deportiva. En todo caso, Garai y los hermanos Oriol quedaron encantados de la calidad de vida de Bucarest, una ciudad antagónica con las localidades de su alrededor, con menor desarrollo. Fueron seis meses de aventura en donde se cocinó además una amistad que hoy todavía perdura.

La historia del Rapid de Bucarest ha terminado en una tragedia impensable para sus hinchas. El club ha descendido hasta la última división del país después de padecer problemas económicos graves, con deudas que no ha podido asumir. La muerte del viejo Rapid no borra la historia de esos tres aventureros.

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