CF Reus: 'Leyenda Masqué'

Con 150 apariciones, el capitán ya es el jugador que más partidos ha jugado con el Reus en Segunda B de toda la historia

19 mayo 2017 23:08 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:18
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En el Audi A3 de Sergi Masqué (Reus, 1985) retumban los mejores temas de Supersubmarina, Muse y Placebo. Ellos le ponen la banda sonora a una vida que ha transitado fiel al club de su vida. Siempre soñó con vestir la rojinegra. Ahora engorda registros y leyenda en la primera plantilla. Con 29 años presume de brazalete y de trayecto. Casi siempre en el Estadi. Sólo hubo un desliz. En la 2006-07, con 21 años, quiso volar. El Sant Andreu le cazó, ya en Segunda B. Jaume Creixell le cortó  en pretemporada. Decidió volver a casa. Terminó el año en La Rapitenca.
Sergi creció al lado de un balón. El caprichoso fútbol le acompañó desde la cuna. Su padre, Ramon, fue un prestigioso delantero que encandiló a Reus y Nàstic. El recién nacido Sergi acompañó a papá y a su madre Cori en las aventuras de Ramon en Alzira y Burgos. Ahí se labró cierta devoción por el entorno familiar. Hasta el punto que Sergi siempre prefirió sacrificar un posible destino más lujoso por quedarse en casa. De hecho, el Reus le incorporó a su Academia en edad benjamín. Antes, había exhibido virtudes en el Col-legi La Presentació. 
Josep Maria Gonzalvo ya vio con buenos ojos a aquel juvenil que destacaba en el fútbol base en el curso 2003-04. Jamás le perdió la pista. Deslumbraba su capacidad técnica. Con Gonzalvó llegó a asomar la cabeza en dos partidos.
El destino quiso que Natxo González se cruzara en su camino un curso después.  Tampoco miró hacia otro lado el técnico. Hasta el punto que le hizo participar en el ascenso a la categoría de bronce (2005). Con 20 años y fundamentos exquisitos, el reusense tiró la puerta de la primera plantilla. 
El debut soñado
Debutó en Segunda B un 28 de agosto de 2005 ante el Peralta. Cayó de pie en la categoría. Aquel día, el Reus se impuso por 3-1. Masqué anotó el primer gol y asistió en otro. En el once figuraban nombres como Pallarès, Yangüela o Sangrà, con los que viviría mil una batallas. 
En realidad, la relación de Sergi con Segunda B resulta casi idílica. En su estreno completó 31 partidos, aunque le costó regresar. El mismo tiempo que al Reus. Curiosamente, este futbolista de especial trato con la pelota no comparece en el once del último ascenso, en junio de 2011. En Níjar. Poco después se convirtió en pieza indispensable, tanto para Santi Castillejo como para Emili Vicente. Con los dos también superó los 30 partidos . En concreto, 31 en la 2011-12, 33 en la 2012-13 y 32 en la 2013-14. 
El reencuentro con Natxo, uno de los místers que ha apostado por él, no le ha restado protagonismo. Las 23 apariciones que acumula este curso hablan bien de su rendimiento, aunque en los últimos tiempos le haya costado algo más situarse entre los once elegidos.
Esos 150 domingos de rojinegro le han situado en la primera fila del escaparate histórico del club. Y es que ahora mismo se convierte en el futbolista que más partidos ha disputado con el Reus en Segunda B en toda la historia. Un premio simbólico, aunque de enorme valor para un reusense de cuna y canterano declarado como Sergi Masqué. Éste se puso a 150 en el campo de L’Hospitalet, en una mañana difícil de digerir, tras el 3-0 que sufrió la pandilla de Natxo.
En todo caso, el protagonista vive una época dulce. Puede saborear el fútbol profesional en su máxima expresión y exhibir brazalete de capitán en el proyecto más ambicioso que se le recuerda al Reus. 
Este licenciado en Ingeniería Electrónica comparte el sueño de un ascenso a Segunda A con su ampliación de conocimiento. Cursa un Máster de Dirección de Empresas en Barcelona en su tiempo libre. Ve en su hermana Ariadna una buena compañía para desconectar del balón. Casi sin darse cuenta, Sergi va construyendo su leyenda.
En el Audi A3 de Sergi Masqué (Reus, 1985) retumban los mejores temas de Supersubmarina, Muse y Placebo. Ellos le ponen la banda sonora a una vida que ha transitado fiel al club de su vida. Siempre soñó con vestir la rojinegra. Ahora engorda registros en la primera plantilla. Con 29 años presume de brazalete y de trayecto. Casi siempre en el Estadi. Sólo hubo un desliz. En la 2006-07, con 21 años, quiso volar. El Sant Andreu le cazó, ya en Segunda B pero Jaume Creixell le cortó en pretemporada. Decidió volver a casa. Terminó el año en La Rapitenca.

Sergi creció al lado de un balón. El caprichoso fútbol le acompañó desde la cuna. Su padre, Ramon, fue un prestigioso delantero que encandiló a Reus y Nàstic. El recién nacido Sergi acompañó a papá y a su madre Cori en las aventuras de Ramon en Alzira y Burgos. Ahí se labró cierta devoción por el entorno familiar. Hasta el punto que Sergi siempre prefirió sacrificar un posible destino más lujoso por quedarse en casa. De hecho, el Reus le incorporó a su Academia en edad benjamín. Antes, había exhibido virtudes en el Col-legi La Presentació. 

Josep Maria Gonzalvo ya vio con buenos ojos a aquel juvenil que destacaba en el fútbol base en el curso 2003-04. Jamás le perdió la pista. Deslumbraba su capacidad técnica. Con Gonzalvó llegó a asomar la cabeza en dos partidos.

El destino quiso que Natxo González se cruzara en su camino un curso después.  Tampoco miró hacia otro lado el técnico. Hasta el punto que le hizo participar en el ascenso a la categoría de bronce (2005). Con 20 años y fundamentos exquisitos, el reusense tiró la puerta de la primera plantilla. 

El debut soñado

Debutó en Segunda B un 28 de agosto de 2005 ante el Peralta. Cayó de pie en la categoría. Aquel día, el Reus se impuso por 3-1. Masqué anotó el primer gol y asistió en otro. En el once figuraban nombres como Pallarès, Yangüela o Sangrà, con los que viviría mil una batallas. 

En realidad, la relación de Sergi con Segunda B resulta casi idílica. En su estreno completó 31 partidos, aunque le costó regresar. El mismo tiempo que al Reus. Curiosamente, este futbolista de especial trato con la pelota no comparece en el once del último ascenso, en junio de 2011. En Níjar. Poco después se convirtió en pieza indispensable, tanto para Santi Castillejo como para Emili Vicente. Con los dos también superó los 30 partidos . En concreto, 31 en la 2011-12, 33 en la 2012-13 y 32 en la 2013-14. 

El reencuentro con Natxo, uno de los místers que ha apostado por él, no le ha restado protagonismo. Las 23 apariciones que acumula este curso hablan bien de su rendimiento, aunque en los últimos tiempos le haya costado algo más situarse entre los once elegidos.

Esos 150 domingos de rojinegro le han situado en la primera fila del escaparate histórico del club. Y es que ahora mismo se convierte en el futbolista que más partidos ha disputado con el Reus en Segunda B en toda la historia. Un premio simbólico, aunque de enorme valor para un reusense de cuna y canterano declarado como Sergi Masqué. Éste se puso a 150 en el campo de L’Hospitalet, en una mañana difícil de digerir, tras el 3-0 que sufrió la pandilla de Natxo.

En todo caso, el protagonista vive una época dulce. Puede saborear el fútbol profesional en su máxima expresión y exhibir brazalete de capitán en el proyecto más ambicioso que se le recuerda al Reus. 

Este licenciado en Ingeniería Electrónica comparte el sueño de un ascenso a Segunda A con su ampliación de conocimiento. Cursa un Máster de Dirección de Empresas en Barcelona en su tiempo libre. Ve en su hermana Ariadna una buena compañía para desconectar del balón. Casi sin darse cuenta, Sergi va construyendo su leyenda.

 

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