CF Reus: Olmo, pasado y destino

El Martínez Valero bautizó al central del Reus como Olmockenbauer durante dos cursos (2008-10). Los lazos se mantienen. Su mujer, Vanesa, es ilicitana y está a punto de dar a luz a Mia

19 mayo 2017 17:03 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:00
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El excéntrico David Vidal esperó en las entrañas del Martínez Valero el aterrizaje de Jesús Olmo (Barcelona, 1985), aquel central con perfil Masia, que había debutado con el Barça de Rijkaard y que ofrecía virtudes de elegido. Sus rasgos técnicos le diferenciaban. La salida limpia del balón desde la cueva le distinguía. El Elche de David Vidal caminaba entonces en Segunda División, el mismo escalón que en la actualidad, aunque el club vivía cierta inestabilidad. Siempre acostumbrado a aspiraciones mucho más ambiciosas. En junio de 2008, Olmo vistió la verdiblanca y rápido empezó a seducir el paladar de los hinchas. Pronto le bautizaron. La tradición futbolística de ese mítico estadio le conocía como Olmockenbauer.

La complacencia de la gente hacia un futbolista emergente de la época no resultó casual. Olmo completó 16 apariciones, aunque no esquivó la camilla. Una lesión en el talón le cortó la progresión. También experimentó el ruido interno que se apoderó del Elche. Cayó Vidal y llegó Claudio Barragán, hoy míster del Mirandés. Claudio tampoco convenció a los dirigentes, ya que a final de curso salió del club. Bordalàs tomó las riendas del ·Elche y se acabó el tránsito de Olmo. Jesús no gustó al técnico en la 2009-10 o eso al menos pareció. Sólo dos participaciones le obligaron a hacer las maletas. En todo caso, a nivel personal, Elche le marcó.

El encuentro

Vanesa, en aquellos días trabajando en la restauración y alejada del fútbol, se cruzó en su vida sin apenas avisar. Hoy se mantiene como compañera sentimental. Es más, como futura madre de su primera hija. Para enero, la pareja espera a la pequeña Mia, que va a nacer en Reus. Se convertirá en una ganxet de cuna, en ese idilio que el jugador mantiene con la ciudad y el equipo de fútbol desde que apareció hace tres veranos. Jesús no solamente ha hallado estabilidad deportiva, también presitigio personal. Se ha ganado formar parte del status de capitanes de la actual plantilla, como una de las voces autorizadas de ese vestuario sagrado del Estadi.

Natal del barrio obrero barcelonés de la Trinitat Vella, el defensor suele pasar parte de sus veranos en Elche. Esos lazos con la ciudad no se han roto, a pesar de que la vida deportiva cerró un ciclo en 2010. Vuelve para pasar tiempo de ocio y disfrutar de la familia de su mujer. En Barcelona se mantienen sus padres, José y Carmen, fieles aficionados de Jesús, conocedores íntimos de ese sufrimiento que ha pasado el jugador durante su carrera deportiva a causa de los contratiempos físicos en Sabadell.

Curiosamente en Reus se ha incorporado de nuevo a la causa con un rendimiento de nivel superior. Exponente clave del ascenso, ahora disfruta de lo que un día le quitaron sin apenas merecerlo. El fútbol profesional le ha dado una segunda oportunidad que pretende aprovechar. Por ejemplo, ante la visita del Elche, ese club en el que maduró.

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