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El Reus necesita un golpe de efecto. Algo que le haga modificar la dinámica negativa en la que está inmerso. Una victoria en los últimos nueve partidos pesa. El mercado de invierno, al contrario de lo que podía prever en un principio, ha dado para mucho en el Estadi. Las oficinas han echado humo.
El arquero Rubén Pérez fue el primero en firmar su contrato hasta final de temporada. El aragonés, por petición expresa de Sergi Parés y Natxo González, se convirtió en el sustituto de Francis, que decidió abandonar la entidad por falta de minutos. Rubén, que ya entró en la lista para el partido del pasado sábado en Zaragoza, tiene claro que «hay calidad en la plantilla para luchar por el play off». Pérez confirmó que «después de un tiempo sin ponerme los guantes, poco a poco me voy sintiendo mejor en los entrenamientos».
Calidad en la banda
Óscar Rico fue el último en dar el «sí quiero». Lo hizo al límite del cierre del mercado. La salida de Jorge Giménez obligaba al Reus a buscar un jugador de banda consolidado. Rico lo es. Ha pasado las dos ultimas temporadas en Segunda División y las referencias le sitúan como un futbolista top en Segunda B. Aterriza en Reus procedente de Llagostera, donde fue titular indiscutible mientras Santi Castillejo dirigió al equipo. Rico aseguró que «la propuesta y el proyecto ambicioso que me ha ofrecido el Reus me ha hecho decidir a venir». Éste manejaba ofertas importantes del Cadiz o del UCAM Murcia, entre otros equipos.
Rico puede actuar en las dos bandas e incluso situarse en la mediapunta, aunque él mismo admitió ayer que «me siento mejor en banda». Destaca por su calidad en los centros. Es distinto al perfil de Jorge Giménez.
Finalmente, el joven portugués Ricardo Vaz ya acumula una semana de trabajo como rojinegro. Apenas cuenta con 20 años y ha vivido la experiencia de formar parte de un equipo de Primera División como el Estoril. «El fútbol aquí es distinto, pero me he encontrado una plantilla con jugadores de mucha calidad y estoy contento de formar parte de ella». Vaz se arropa en estos primeros días con sus compatriotas portugueses. «Es normal. Me facilitan un poco la adaptación. Me siento a gusto». Confirmó. Ellos son los tres refuerzos anticrisis.
