El CF Reus decidió este verano apostar fuerte por la portería. Confió en Edgar Badia (Barcelona, 1992), que había firmado en el pasado mercado de invierno, y conquistó a Francisco Javier Solar (Málaga, 1983) para involucrarle en el proyecto ambicioso del club.
A Francis le avalan sus extraordinarias actuaciones en Xàtiva, con el Olímpic, y su experiencia contrastada en la categoría. A Edgar, una fascinante época de formación. La coronó una Eurocopa con la Selección Española sub-19 en 2011. Los rojinegros comparten amistades lujosas. Tienen cosas en común. Se llevan especialmente bien con el madridista Isco. Edgar también con el delantero de la Juve Álvaro Morata.
Los dos elegidos necesitaban pelear por el puesto en pretemporada. Nadie les garantizó nada. Estaban expuestos.
Francis y Edgar responden a dos perfiles distintos. El primero domina las artes de la colocación, funciona con maestría bajo palos y controla el juego aéreo por su poderoso físico. La altura que posee no le impide actuar con rapidez. Francis se convirtió en el portero menos goleado del grupo III de Segunda B en los cursos 2011-12 y 2012-13. Sus registros hablan.
Edgar Badia es menos corpulento, pero interpreta con inteligencia el juego, ayuda al equipo a evitar que sucedan situaciones de riesgo. Dispone de una enorme capacidad de anticipación y exhibe un uno contra uno envidiable. Su rapidez de reflejos le distingue.
Un dilema victorioso
Apostar por cualquiera de los dos fue algo similar a decidir entre ‘papá o mamá’ para Natxo González. Un dolor de cabeza absoluto. Eso sí, un dilema con victoria segura. El técnico eligió a Badia porque le sedujo su rendimiento en la época de preparación.
Edgar ha ofrecido una respuesta de alto nivel en esta primera vuelta del campeonato. Su figura ha rescatado puntos en momentos muy definitivos. Una característica esencial para cualquier equipo que pretenda alcanzar privilegios. Con él en el arco, el Reus se ha situado entre los cuatro equipos menos goleados del grupo. Mantiene el trono.
Francis ha necesitado convivir con una situación poco común para él. Un momento delicado en su carrera, porque no se había acostumbrado a sumar desde el banco. Su compromiso no se ha visto debilitado en ningún momento. Pelea cada ejercicio que diseña el profesor Yban Castillo. Cada entrenamiento. No regala nada, aunque una lesión en el hombro ha aparecido en el peor momento últimamente.
El malagueño mantiene cartel en el mercado y eso podría provocar que varios equipos llamaran a la puerta del Reus en el proceso invernal. Ahora mismo no se contempla la salida del futbolista, aunque el mes de enero se hace eterno y ofrece oportunidades. Todo puede ocurrir.
La sociedad Edgar-Francis implica competencia sana. Atractiva para el Reus. Son ‘papá y mamá’.
El CF Reus decidió este verano apostar fuerte por la portería. Confió en Edgar Badia (Barcelona, 1992), que había firmado en el pasado mercado de invierno, y conquistó a Francisco Javier Solar (Málaga, 1983) para involucrarle en el proyecto ambicioso del club.
A Francis le avalan sus extraordinarias actuaciones en Xàtiva, con el Olímpic, y su experiencia contrastada en la categoría. A Edgar, una fascinante época de formación. La coronó una Eurocopa con la Selección Española sub-19 en 2011. Los rojinegros comparten amistades lujosas. Tienen cosas en común. Se llevan especialmente bien con el madridista Isco. Edgar también con el delantero de la Juve Álvaro Morata.
Los dos elegidos necesitaban pelear por el puesto en pretemporada. Nadie les garantizó nada. Estaban expuestos.
Francis y Edgar responden a dos perfiles distintos. El primero domina las artes de la colocación, funciona con maestría bajo palos y controla el juego aéreo por su poderoso físico. La altura que posee no le impide actuar con rapidez. Francis se convirtió en el portero menos goleado del grupo III de Segunda B en los cursos 2011-12 y 2012-13. Sus registros hablan.
Edgar Badia es menos corpulento, pero interpreta con inteligencia el juego, ayuda al equipo a evitar que sucedan situaciones de riesgo. Dispone de una enorme capacidad de anticipación y exhibe un uno contra uno envidiable. Su rapidez de reflejos le distingue.
Un dilema victorioso
Apostar por cualquiera de los dos fue algo similar a decidir entre ‘papá o mamá’ para Natxo González. Un dolor de cabeza absoluto. Eso sí, un dilema con victoria segura. El técnico eligió a Badia porque le sedujo su rendimiento en la época de preparación.
Edgar ha ofrecido una respuesta de alto nivel en esta primera vuelta del campeonato. Su figura ha rescatado puntos en momentos muy definitivos. Una característica esencial para cualquier equipo que pretenda alcanzar privilegios. Con él en el arco, el Reus se ha situado entre los cuatro equipos menos goleados del grupo. Mantiene el trono.
Francis ha necesitado convivir con una situación poco común para él. Un momento delicado en su carrera, porque no se había acostumbrado a sumar desde el banco. Su compromiso no se ha visto debilitado en ningún momento. Pelea cada ejercicio. Cada entrenamiento que diseña el profesor Yban Castillo. No regala nada, aunque una lesión en el hombro ha aparecido en el peor momento últimamente.
El malagueño mantiene cartel en el mercado y eso podría provocar que varios equipos llamaran a la puerta del Reus en el proceso invernal. Ahora mismo no se contempla la salida del futbolista, aunque el mes de enero se hace eterno y ofrece oportunidades. Todo puede ocurrir.
La sociedad Edgar-Francis implica competencia sana. Atractiva para el Reus. Son ‘papá y mamá’.