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Definitivamente Òscar Cadiach ha renunciado a un segundo ataque a la cumbre del Broad Peak. Aunque había valorado seriamente esa posibilidad, tras el intento abortado del sábado, y mantuvo la incógnita durante los dos últimos días ayer anunció su decisión de regresar a casa en el programa El Pont de Mahoma de Tarragona Ràdio. ¿La causa? La nieve acumulada en la parte alta de la montaña, que ya le obligó a darse la vuelta a él y al grueso de los expedicionarios en la cota de los 7.300 metros (campo III), y las nevadas de los dos últimos días que incrementan el riesgo de aludes.
«Esta vez la montaña no ha querido que la subiéramos», señaló el alpinista tarraconense, quien admitió que « aunque me he quedado con las ganas de arriesgar un poco más» la renuncia era la decisión más sensata ante la peligrosidad que presenta ahora mismo el Broad Peak.
Cadiach ya está camino de Skardú junto con los que han sido sus cuatro compañeros de cordada, los gerundenses Jordi Bosch y Carles Figueras, el navarro Patxi Goñi y la doctora ilerdense Anna Pujol. Vuelve de vacío por segundo año consecutivo, después de quedarse a sólo 22 metros de la cima en 2014.
Abandonos también en el K-2
Además del Broad Peak las malas condiciones meteorológicas también han provocado el abandono de la totalidad de los alpinistas que intentaban el vecino K-2 (8.611 metros), entre ellos la española Rosa Fernández.
