Carles Saladié: forjarse en Segunda para volver a la élite del fútbol sala

El de Tivissa jugará cedido en el Alzira hasta el final de esta temporada

07 febrero 2021 13:20 | Actualizado a 08 febrero 2021 13:23
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Durante el último año, no ha cambiado precisamente poco la vida de Carles Saladié. Guiado por una determinación y descaro impropios a su edad, los 20 años, el de Tivissa ha ido quemando etapas con pasmosa facilidad. La temporada pasada era su última como juvenil, aún en el Salou FS, y ya se había instalado con normalidad en primer equipo de la entidad, en la Segunda División B. En enero del 2020, llegó el gran cambio. Pasar de la Segunda B a la Primera División. El Peñíscola apostó por Saladié, y éste afrontaba el reto de saltar dos categoría de golpe con ilusión. Sin embargo, no ha podido jugar todo lo que hubiera querido, y la segunda parte de la temporada la disputará cedido en el Alzira, club de la Segunda División.

El de Saladié es un perfil valioso en el mundo del fútbol sala. Su potente físico, con 187 centímetros que lo avalan, se torna más temible al tratarse de un jugador regateador, al que le encanta el uno contra uno, el puro fútbol sala.

El de Tivissa se siente cómodo como ala, aunque también ha jugado en la posición de pívot, precisamente para aprovechar sus condiciones, y ha sido siempre un comodín para sus entrenadores.

Antes de llegar al Salou, el mejor equipo de fútbol sala de la provincia tarraconense, Carles Saladié empezó a jugar en el colegio de su pueblo, Tivissa, pasó por el Nàstic, el Amposta e incluso probó el fútbol 11, aunque tenía claro cuál era su destino. La oportunidad que le brindó el Peñíscola, sin duda, le cambió la vida. «Estoy muy contento a nivel personal por lo que significa. Pasar del juvenil a Segunda B ya fue un salto importante, y adaptarse después a Primera fue algo todavía mucho más grande. El ritmo cambia muchísimo, es otro mundo».

Pese al aprendizaje que supone entrenar cada día con un equipo de la máxima categoría, Saladié solo ha podido jugar dos partidos de liga. Es por eso que Manuel Collado, entrenador del Peñíscola, junto a la dirección deportiva, han querido buscar una salida al jugador de Tivissa para que pueda jugar hasta final de temporada. Al fin y al cabo, es una de las apuestas de futuro del Peñíscola y firmó hasta 2024 con ese objetivo común.

El nuevo destino parece ideal. El Alzira FS, de la Segunda División, significa un paso intermedio de aclimatación al fútbol sala de máximo nivel. Además, afirma Saladié, «me hablaron muy bien del club. Hay una mezcla de gente veterana y joven como yo, con un muy buen grupo y que era adecuado para mi progresión».

En su debut ya estuvo a punto de anotar, pues envió dos balones al palo. La suerte no ha estado de cara, y los dos primeros encuentros se han saldado con derrotas. En el tramo final de temporada, Saladié será vital para las aspiraciones de salvación del Alzira, antes de volver al Peñíscola.

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