Carlos Albarrán entierra las críticas

El lateral de Badalona confirma su renacer con un partidazo ante el Andorra en el que fue clave para el punto sumado

16 febrero 2021 12:00 | Actualizado a 16 febrero 2021 12:19
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«Me encuentro muy bien. Lo pasé mal en aquella etapa de las expulsiones, pero me considero fuerte mentalmente y gracias a la ayuda de mis compañeros y sobre todo del míster que públicamente me defendió pues he salido adelante y ahora estoy muy feliz con mi rendimiento». No pudor reflejar más sus sentimientos Carlos Albarrán tras el encuentro ante el Andorra. Un futbolista liberado que había encontrado en aquel partido un escenario perfecto en el que quemar sus infiernos. Porque su comienzo de temporada fue desafortunado y no recompensaba la actitud y el trabajo de un futbolista que siempre lo da todo sobre el terreno de juego.

Hablando en plata no ha habido futbolista que haya recibido más críticas a lo largo de la temporada que Carlos Albarrán. Algunas han sido justificables, pero otras no. Cuando uno pasa de opinar a faltar el respeto es cuando toda opinión deja de tener sentido y lamentablemente en las redes sociales esto ha sucedido demasiado con la figura del Badalona.

Es fácil esconderse detrás del seudónimo en Internet y azotar a personajes públicos por ello. «Son futbolistas y están expuestos a ello», se suele decir. Puede ser, pero no creo que sea justificable que aficionados de sus propios equipos arremetan con descalificativos e improperios a jugadores que defienden el escudo al que supuestamente tanto aman.

Albarrán fue focos de las críticas en un comienzo de temporada desafortunado en el que fue expulsado en tres ocasiones y se marcó un gol en propia portería. Una verdadera lástima porque los partidos del carrilero en líneas generales eran muy buenos, pero con fallos tan trascendentes quedaban demasiado ensombrecidos. Entendió que tocaba aprender de los errores y comenzar a medir mejor sobre todo en fase defensiva. La mala suerte terminaría desapareciendo.

Los futbolistas con personalidad y madurez suelen entender que el fútbol como la vida son etapas. A veces las cosas salen de cara y otras no. La cuestión es seguir ahí trabajando y peleando porque uno nunca sabe cuándo la suerte va a cambiar. Carlos Albarrán ha demostrado sobreponerse a las dificultades y poco a poco ha virado el rumbo de la temporada. Ha ido callando bocas poco a poco y ante el Andorra confirmó que su ascendencia en el equipo ya es absoluta.

En el vestuario nunca se ha tenido dudas de ello. Albarrán es respetado y querido a partes iguales. Se ha ganado el respeto de todos y sus compañeros celebraron el buen partido completado ante el conjunto andorrano. El lateral de Badalona inició su gran actuación en el 47’, cuando robó un balón en área rival y colocó un centro tenso raso que Loureiro se marcó en propia. El gol llegó cuando más lo necesitaba el Nàstic y el propio Albarrán porque sus últimos partidos habían sido muy sólidos, pero una acción trascendente siempre llena más y llega más a los ojos del aficionado.

En todo caso, su protagonismo directo en el gol grana no fue la acción que más despertó el sentimiento de redención por parte del de Badalona. Se vivía ya en la agonía del partido cuando Carlos Martínez vislumbró el mano a mano ante Suárez. Iba a resolver y dar un estacazo final al Nàstic, pero emergió Albarrán. El de Badalona barrió el cuero cuando nadie lo esperaba. Se la jugó porque esa entrada mal medida podría haber sido roja directa y penalti, pero esta vez su suerte cambió. Metió la pierna en el momento perfecto y salvó al conjunto tarraconense del absoluto desastre. Albarrán entierra las críticas. Albarrán ha vuelto.

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