Clifton Onolfo, el mundo al revés

El americano llegó como salvador del CF Reus y hoy ya despierta hasta recelo. Sólo ha pagado una nómina a 12 jugadores del filial y no ha definido su proyecto de futuro

12 marzo 2019 18:34 | Actualizado a 18 marzo 2019 19:31
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Cuando en la madrugada del 20 al 21 de enero, Clifton Onolfo y Rusell Platt compraron el CF Reus por tres euros, se desató un estado de euforia general en la ciudad y entre los hinchas. Parecía que la pesadilla que habían creado Joan Oliver y su grupo financiero, los antiguos propietarios, se esfumaba después de seis meses de impagos y promesas incumplidas. Oliver firmó la venta del CF Reus en 21 de enero al borde de las 3 de la madrugada. Su rastro todavía no se ha borrado.

Onolfo desembarcó en la ciudad dos días después de la compra, entre las alabanzas y las súplicas ganxets. Aparecía como el salvador de un club que agonizaba entre las amenazas de Tebas y la precariedad de todos los empleados, que sostenían la integridad del día a día bajo un compromiso asombroso. Aquellas esperanzas se han terminado apagando, entre el severo dictamen de LaLiga y la indefinición de Onolfo, que todavía no ha pagado a casi nadie, no ha creado una estructura de club y tampoco ha definido un proyecto. Casi se han consumido dos meses desde su llegada y pocos entienden su estrategia. 

Nada más aterrizar, el americano se puso en manos del prestigioso buffet de abogados Cuatrecasas, que le aconsejó que pagara lo adeudado cuanto antes y que ingresara un fondo económico en LaLiga para convencer a Javier Tebas de que su llegada no se asemejaba a un farol. En Madrid nunca se llegaron a creer el cambio de propiedad sobre la bocina. El Reus se encontraba, por aquel entonces, en manos de la decisión del Tribunal social de LaLiga sobre la sanción a la que estaba expuesto el club. Onolfo no invirtió el dinero y la decisión del juez fue expulsar al Reus del fútbol profesional durante tres años. El equipo ya no inició la segunda vuelta.

Adiós de futbolistas
Onolfo también vio como los futbolistas de la primera plantilla se acogían a un documento personal firmado por Oliver para salir del club. Igualmente, con la sanción de LaLiga, quedaban liberados del contrato. Perdió el activo económico más importante junto a la categoría; los futbolistas. A pesar de las dificultades que complicaron el camino, el americano no ha parado de posar en actos públicos. Se ha hecho fotos como héroe en las manifestaciones de los aficionados, tomando el vermut de Reus, de calçotada y en cualquier rincón de la ciudad. Eso sí, nadie conoce su proyecto. Se adivinan más sus proyectos faraónicos que su modelo deportivo. 

El propietario ha decidido acudir al concurso de acreedores para intentar refinanciar la deuda, algo que puede considerarse lógico y más si ese agujero económico ha resultado mayor de lo esperado. El mismo Onolfo lo elevó a los ocho millones de euros. Los nuevos pasos los ha dado aconsejado por sus nuevos abogados, ya que decidió romper con Cuatrecasas hace unas semanas. De Reus también se marchó su hermano Curt, el nombrado presidente deportivo de la entidad, una vez conocida la sanción de LaLiga. 

Onolfo pagó hace unos días la primera nómina desde su llegada a 12 futbolistas del filial y se encuentra a expensas de si el TAD rebaja esa sanción de tres años. Mientras, la mayoría de los  trabajadores del CF Reus se han acogido a la baja laboral después de siete meses sin percibir el dinero que les corresponde por contrato. Existe una demanda conjunta que ya ha tomado el curso judicial. 

En el sentir común de los empleados lamenta el comportamiento del americano, que nunca ha sido claro en su postura. No han visto una hoja de ruta definida. La estructura deportiva comandada por Sergi Parés ya ha tomado la decisión de abandonar el club y el fútbol base sobrevive como puede para poder acabar el curso.

Mientras, Clifton Onolfo permanece en Reus sin aclarar el futuro. Ha cambiado de hotel en los últimos días y ha sufrido problemas con las transferencias bancarias. De momento, su historia es la del mundo al revés. Compareció como una especie de Mesías y hoy ya despìerta hasta recelo. Habrá más capítulos.

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