Company, un cese inesperado a un técnico fiel a su estilo

Los malos resultados condenan al técnico vallense al que muchos de sus exjugadores de la Pobla le agradecieron su trato personal y futbolístico

18 diciembre 2020 11:10 | Actualizado a 20 diciembre 2020 14:32
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El pasado miércoles la Pobla comunicaba que Albert Company dejaba de ser el entrenador del filial grana. El desafortunado mal inicio de temporada provocaba que la entidad pobletense decidiera cesar al técnico vallense. Una vez más se volvía a demostrar que en el fútbol mandan los resultados y el presente. El resto no importa, o no tanto como debería.

Company es el mismo entrenador que la temporada pasada completó un inicio de curso espectacular sumando siete triunfos en las primeras siete jornadas. Una máquina de triturar rivales que comparecía en el terreno de juego con una identidad de juego marcada y que la explotaba hasta el fin como pocos equipos de Tercera División. Company es un amante del juego posicional. En realidad, todos los somos, pero no es fácil de implantar en el terreno de juego. Se necesitan dos aspectos fundamentales para ello: conocimiento táctico, una plantilla con jugadores que dominen y se sientan cómodos en ese ecosistema y que sobre todo crean en él. La temporada pasada estos tres factores se cumplían a rajatabla.

Cierto es que el final de la pasada campaña no fue tan brillante como el inicio. Hubo un entendible bajón en el filial al que además mermó el primer equipo con el ascenso definitivo de Pol Domingo y las constantes ayudas del ‘Chino’ Montero. El coronavirus puso la puntilla y provocó la finalización abrupta de la temporada dejando a la Pobla sin los play off que por rendimiento general habían merecido.

Todo lo que funcionó desde un principio durante la pasada campaña en este curso no lo hzio. El entrenador era el mismo, su idea de juego invariable y lo único que había cambiado era la plantilla. Los filiales se renuevan con más fuerza en algunos veranos que otros y este año tocaba y se marcharon referentes como Arnau Riera, Roger Figueras, Sergi Cardona, Sergio Montero o Alberto García, entre otros. Jugadores, que por cierto, no han dudado en despedir y desear suerte cariñosamente a su exentrenador. Ahí es cuando se ve si un técnico ha calado o no, cuando todo pasa y cuando ya no toca agradecer ni hablar bien de alguien porque no hay nada a cambio.

No se puede decir que la plantilla de la Pobla esta temporada no cuente con activos de calidad. Todo lo contrario, tiene un plantel que por individuales se le puede considerar de los mejores del subgrupo. Sin embargo, son muchas piezas nuevas y eso siempre suele llevar un tiempo de encaje. El año pasado no se necesitó porque la plantilla respondió desde el primer día y este año no ha sido el caso. No busquen culpables en una crisis porque la realidad es que todos tienen parte de culpa. En este caso, las cosas simplemente no han funcionado y no es porque Beto Company no sea un magnífico entrenador, como lo es y su trayectoria y el juego de sus equipos demuestran, o porque la plantilla de la Pobla no tenga calidad o actitud. El fútbol no es matemático, aunque cada vez se le dé más importancia a los números.

Algo ha fallado y el tiempo dirá si la responsabilidad de Company era menor o mayor. En todo caso, nadie podrá borrar el exquisito juego que brindó la Pobla durante la pasada temporada. El mejor que se ha visto en años en el Municipal pobletense. Company es uno de esos entrenadores que hacen mejor al fútbol y que con casi total seguridad entrenará algún día en una categoría superior.

Por otro lado, la Pobla ha tomado una decisión coherente con el relevo del vallense. Si había que cambiar, la opción más lógica era la de Dani Vidal. Un entrenador que ya lleva nueve años como técnico en las categorías inferiores del Nàstic y al que le avala el hecho de ser un entrenador competitivo y que no conoce otro camino al éxito que el trabajo. A los buenos no se les desea suerte y Dani lo es.

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