Tito Ortiz: 'Con los años eres menos egoísta'

Tito Ortiz se ha ‘peleado’ en el fútbol modesto durante muchos años. ¿Ahora valora lo que tiene?

He ‘mamado’ los campos de Tercera y Segunda B durante mucho tiempo y sé lo difícil que es llegar hasta aquí. Por eso, tenía claro que si algún día podía jugar en Segunda A me aferraría al fútbol profesional con todas las fuerzas. Era una oportunidad que no podía dejar escapar. También pensé que si no ascendía con un equipo de Segunda B sería complicado alcanzar la Segunda División. Por suerte lo logré con el Llagostera.

Probablemente donde nota más que es un privilegiado es cuando va al supermercado y no mira demasiado el precio de los productos.

No soy derrochador ni he aumentado mi nivel de vida. Soy consciente de que la carrera de futbolista dura 14 o 15 años y luego quedan 40 más de vida por delante y hay que hacer las cosas con cabeza. Jugar en Segunda A si me ha permitido por ejemplo comprarme una casa, algo que en Segunda B hubiera sido muy difícil.

No sé si a la velocidad que viven los futbolistas, de vez en cuando, da tiempo a echar la vista atrás.

Mira, llegué a Segunda A con 29 años y siempre les digo a los chicos de 21 o 22 años que ya están en Segunda División que valoren lo que tienen, que no son conscientes de lo afortunados que son. Lo hago porque sé las dificultades por las que pasan los futbolistas de Tercera y Segunda B. Seguro que yo nunca podré jugar en Primera, por eso a los jóvenes que ya están en Segunda les aconsejo que trabajen porque puede aparecer la oportunidad de sus vidas, alcanzar la Primera División.

Oiga, ¿y usted no está cansado de que le vean como un ‘apagafuegos’?

Para nada, creo que mi polivalencia me ayuda. Si puedo jugar 20 partidos de titular como pivote y otros tres o cuatro como central es una buena noticia. Muchas veces, a igualdad de condiciones, los clubs siempre eligen al jugador polivalente. El Reus, en mi caso, creo que pensó en mí porque podía ayudar en esas dos posiciones. No se trata de un problema, todo lo contrario.

Decía Sergio Busquets, que actúa en su misma posición, que se pasa el partido calculando, midiendo distancias para estar siempre bien colocado.

El pivote defensivo es un rol muy táctico. Por encima de todo no puedes perder la posición, debes estar bien colocado siempre. Si te fijas, cuesta ver un pivote defensivo que se disperse mucho.

Tiene que ser agotador mentalmente pasarse 90 minutos calculando.

Estás continuamente tomando decisiones y en un espacio de tiempo muy corto. Y eso desgasta. Hasta el punto que los días que jugamos a las 18.00 o a las 20.00 horas no puedo dormirme hasta las 2 o las 3 de la madrugada. Sufres una acumulación de energía brutal.

Y en casa, ¿sigue con el fútbol o desconecta?

Intento hacer otras cosas. Tengo dos hijos y eso también te llena el tiempo libre. Miro los resultados del resto de equipos, pero poco más. Hago vida normal con mi familia.

Tito Ortiz ya puede enseñar una carrera amplia. ¿Con la experiencia uno es menos egoísta?

Sin ninguna duda. Con 20 o 21 años no entiendes por qué un compañero juega antes que tú o por qué el entrenador no te pone. Incluso hay casos que prefieren que el equipo pierda el partido del fin de semana, estas cosas pasan en el fútbol. Ahora no estoy entrando mucho en el once, pero tengo la conciencia tranquila porque entreno a tope y físicamente estoy bien. Entiendo que el entrenador elija a otro compañero porque considera que le da unas virtudes que ayudan más al juego del equipo. Pero en ningún caso puedo dejarme ir. Primero por mí, porque tengo que estar preparado para cuando me toque, y luego por el compañero que juega, porque no puedo dejar que se relaje.

Se encuentra a un paso de formar parte del plantel que logró la permanencia en la Liga por segundo años consecutivo.

Lo tenemos cerca, pero no podemos relajarnos. Nos quedan dos victorias. Hay mucho mérito en todo esto, porque no olvidamos que somos el club con el segundo tope salarial más bajo de la categoría. Si cerramos la permanencia, el Reus sentará unas bases muy firmes para seguir creciendo en el fútbol profesional.