Con orgullo a la final (España 2-1 Marruecos)

La Rojita se mete en la final de los Juegos Mediterráneos después de remontar en los instantes finales con goles de Ohian Sancet y Abel Ruiz de penalti

28 junio 2018 21:02 | Actualizado a 29 junio 2018 08:13
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Que no le explique a este grupo de jóvenes lo que es representar con orgullo a un país en una cita internacional. De verdad, lo de ayer de la Rojita en la Pobla de Mafumet fue maravilloso.

Un equipo que se rebeló contra el infortunio y la desesperación a base de fe y tesón. Marruecos soñó con la final, pero un tramo final mágico de España metió a la Sub 18 en la final de los Juegos que se disputará el próximo domingo en el Municipal del Reus.

El físico y el talento tienen algo en común, siempre aparecen. Ayer, se volvió a demostrar. España y Marruecos son dos selecciones totalmente antitéticas en su forma, pero calcadas en la finalidad de ganar. El conjunto africano es un equipo físico, vertical y capaz de cortocircuitar a cualquier selección con el repliegue intensivo que lideran sus dos centrales.

Ayer, exageraron esta propuesta cuando se encontraron con un gol en el minuto 13. Fue en un córner en el que España pecó de falta de contundencia en el área. A partir de ahí, el partido caminaba sobre un escenario predilecto para destapar las virtudes de Marruecos y ensombrecer los defectos de la Rojita.

España se aceleró. Peco de imprecisión y vio como sus hombres claves, Abel Ruiz y Sergi Gómez, se desconectaban cada vez con mayor énfasis. Reflejaban impotencia en sus rostros. La telaraña africana no concedía grietas. Eso provocaba que la fluidez fuera inexistente y que las ayudas fuesen de lo más efectiva por parte visitante.

Al descanso se llegó con cero a uno y con la sensación de que Marruecos tenía el partido donde quería.

En la segunda mitad, el guion sufrió un giro de 180 grados. No en el resultado, pero sí en el juego. España comenzó a generar. El cambio de Díaz por Roberto López resultó clave. También lo fue el hecho de que Sergi Gómez comenzará a aparecer en el juego con mayor margen de acierto.
A pesar de ello, las ocasiones se acumulaban y el gol no llegaba. Mención especial merece el portero marroquí Kernane, quien completó una actuación excelsa. Lo sacó todo provocando la desesperación de un Municipal de la Pobla que presentó una entrada espectacular y que se entregó a la Rojita.

Cuando parecía que la final se podía escapar de manera totalmente injusta, llegó el gol. Fue en un córner en el que Ohian Sancet conectó un disparo en el interior del área que colocó en el palo largo del portero.

Con el tanto, España se desbocó. Ni la prorroga se veía con buenos ojos. En plena estampida, Marruecos cometió un penalti tan innecesario como mortífero. Abel Ruiz no perdonó desde los once metros y el resto del partido fue un quiero y no puedo de Marruecos. La Pobla vibró con España y la Rojita sigue caminando firme hacia el oro. Falta un último paso. 

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