Corazones granas en Vallecas

El director deportivo del Rayo, Ramon Planes, vive rodeado de nastiquers en Madrid: sus tres hijos y su mujer, Bito Fuster

19 mayo 2017 17:08 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:57
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Ramon, el hijo mayor, lleva toda la semana con su inseparable camiseta grana. No puede ocultar sus sentimientos, pese a vivir ahora en Madrid. Es tarraconense, jugó en las categorías inferiores del conjunto grana hasta verano, cuando tuvo que dejarlo por el traslado de residencia, y ha mamado Nàstic toda su vida. Sobre todo de su madre, Bito Fuster, toda una institución en el club grana. La campeona mundial y europea por equipos en gimnasia rítmica en 1991 y 1992 y mejor deportista tarraconense del siglo XX le ha transmitido la pasión que ella ya heredó de sus padres. Para Ramon el Nàstic de mamá pesa más en casa que el Rayo Vallecano, el club en el que papá ejerce como director deportivo desde la presente temporada. Papá no es otro que el ilerdense Ramon Planes.

Esta semana, con un Nàstic-Rayo a la vuelta de la esquina -se jugará este sábado en el Nou Estadi a las 16.00 h.-, resulta atípica en el nuevo hogar madrileño de la familia Planes Fuster. No se habla de otra cosa. Ya sucedió dos meses atrás, cuando ambos equipos se midieron en Copa del Rey en Vallecas, pero esta vez hay muchos otros alicientes. Jugándose el choque en Tarragona, en pleno macropuente y con vacaciones escolares de por medio, los cinco lo verán en directo desde la grada del estadio tarraconense.

Bito no esconde que prefiere una victoria del Nàstic, el club en el que se inició como deportista y en el que hasta hace poco también ejerció como directiva y monitora de gimnasia, la especialidad que también practica su hija menor, Rosa (el mediano, Jesús, juega a pádel, mientras que Ramon sigue con el fútbol, ahora en el colegio en Madrid en el que estudia).

«Siempre quiero que gane el Nàstic, aunque ya le he dicho a mi marido que también me conformaría con el empate sólo si ese punto les sirve a los dos clubs para conseguir sus objetivos a final de temporada», explica Bito, quien recoge una frase de Ramon Planes para reflotar las esperanzas de unos y otros tras su flojo arranque liguero. «Él siempre dice que la Segunda División es muy larga y que queda mucho aún por delante».

Los de Vallecas, que descendieron la pasada campaña y se planteaban volver a Primera de inmediato, tan sólo tienen tres puntos más que el Nàstic en la tabla. Destituyeron además a su entrenador inicial, José Ramon Sandoval, y le dieron las riendas del equipo a Rubén Baraja en la decimotercera jornada.


La ley del fútbol
Bito es consciente que la profesión de director deportivo de su marido comporta situaciones como un traslado de residencia. «En verano decidimos irnos todos a Madrid porque los niños ya han crecido y creíamos que también podía ser una buena experiencia para ellos, como así está resultando. Hace trece años ya nos tocó mudarnos a Santander, pero desde entonces habíamos residido siempre en Tarragona», explica al recordar sobre todo la reciente y dilatada etapa de Ramon en el Espanyol, donde estuvo dos años en la secretaría técnica (2007-09) y otros tres como director deportivo (2009-12) y sus otras experiencias en el Hospitalet (1999-2003), Alavés (2005), Lleida (2006-07), Totthenham (2014-15) y Elche (2015-16).

El traslado a Madrid ha obligado a Bito a alejarse temporalmente de su familia, amigos y también de sus compañeros de Tarragona’2017, a quienes tiene enorme aprecio pero cuyo trabajo en el área de deportes tuvo que dejar. «Le busco la parte positiva al cambio de residencia. Ahora estoy recibiendo clases de inglés y de pádel y un hago un cursillo para ser profesora».

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