Crónica: Remontada épica de Fin de Fiesta (Nàstic 2-1 Alcoyano)

Fútbol. El Nàstic remonta al Alcoyano en el tramo final del partido con un gol de Robert Simón y otro de Edgar Hernández. Manu el ‘Santo’ García evitó el 0-2

24 septiembre 2021 21:23 | Actualizado a 24 septiembre 2021 21:28
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Solo le faltaba a este equipo una remontada épica para acabar de convencer a los pocos incrédulos que quedaban de que este Nàstic va en serio. Avanza como un acorazado envistiendo las líneas enemigas. Impertérrito. Es igual que venga con el escozor de su primera derrota, ajustada. O verse por detrás en el marcador después de media hora dominando y avasallando al contrincante. Eso pondría furioso y frustraría a cualquiera. No a este Nàstic que sean cuales sean las circunstancias mantiene su empeño de llevarse la victoria. Es el Nàstic del ir a por todas. Del picar piedra. Del insistir hasta que el partido cae de su lado. Por pesadez. Porque no le queda otra.

Frente al Alcoyano, que llegaba invicto al Nou Estadi, le pasó todo y más, pero con un nuevo episodio de brillante dirección por parte de su entrenador, Raül Agné, remontó en 15 minutos con goles de Robert Simón y Edgar para sumar un triunfo que le pone colíder de un grupo que mira con preocupación a un Nàstic poderosísimo.

La derrota en Valdebebas evidenció algunos aspectos que el técnico Raül Agné quiso corregir ante el Alcoyano. La ausencia de Ribelles ante el Castilla hizo perder cierto equilibrio en las transiciones y cometer errores letales, como el del primer gol. El madrileño tendrá las limitaciones técnicas con balón que sean, pero ofrece un anclaje al equipo imprescindible tanto en defensa como en ataque.

Bonilla también entró de partida. Sus dos goles en dos partidos, saliendo desde el banco le hicieron mérito de comenzar el duelo en el verde. Un choque que pintaba a espeso y con el factor estrategia como desencallante. Y bien que lo pudo ser en los primeros minutos. El Nàstic bombardeó el área del Alcoyano con saques de esquina y faltas laterales. Todas botadas por el soriano. La defensa alicantina aguantó titánicamente el acoso. Y dónde no llegó la zaga apareció José Juan. El meta, famoso por amargar la pasada edición de la Copa del Rey al Real Madrid, protagonizó la primera gran atajada impidiendo el gol de Ribelles. El cabezazo del centrocampista, potente y centrado, se topó con el guante del arquero. También Aythami dispuso de una buena. Cabeceó tan solo y lo vio tan claro que se le fue desviado.

El Nàstic hizo sufrir de lo lindo al Alcoyano. Lo metió en su campo con posesión y no le dejaba salir con recuperaciones rápidas. Tenía al rival contra las cuerdas, cubriéndose para evitar los golpes. Lo único que faltaba era rematar. Conseguir sacar provecho de esa embestida inicial. Pero una y otra vez se interponía José Juan. A la media hora de juego una enorme triangulación colectiva dejó a Robert Simón en disposición de disparar desde el interior del área de castigo. El golpeo cruzado rozó en los dedos de la manopla del meta desvió la pelota.

El Alcoyano aguantó el arrebato y cuando el Nàstic bajó pistonada, salió de la cueva. Recuperados del susto plantearon el partido que querían. Un choque largo, físico y espeso. A la espera de una ocasión que les presentara. Que siempre llega. Y llegó. Comenzó con Edgar Hernández reclamando penalti. José Juan no se anduvo con chiquitas y sirvió rápido para iniciar un contragolpe de libro. Mourad superó a Aythami por velocidad y fusiló a Manu García. La contundencia de las áreas.

El Nàstic se quedó entre incrédulo y frustrado. Era la primera ocasión visitante y se ponían por delante en el marcador justo antes del descanso. Pudo ser aún peor el escenario de la segunda mitad. Otro contragolpe acabó con Manu García en versión santo. Primero salvó el tiro potente de Mourad y después el rechace de Dani Vega, mucho más difícil.

El segundo tiempo pintaba negro. El Alcoyano marcaba el ritmo. Uno cansino, de interrupciones continuas para impedir que el Nàstic imprimiera velocidad al juego. Los granas buscaban desordenar al rival pero sin mucho éxito. Un tiro de Pol Domingo fue lo más peligroso de los primeros minutos del segundo acto.

Agné echaba mano del banquillo para sacar el choque de la placidez que buscaba el cuadro visitante. Y volvía a acertar. Entró la anarquía de Buyla  y la alegría de un Nil que mandaba a Joan Oriol al extremo. Allí nació el empate. Los tres sacaron espacio para que Nil, recién salido, pusiera un centro que acabó con el gol de Robert Simón. Ni siquiera José Juan pudo impedirlo. Le fue de poco. Paró el primer remate, a bocajarro de Edgar, pero nada pudo hacer con el segundo, en la misma línea de gol.

Al Alcoyano le entró el miedo al ver un Nàstic volcado. Pedro y Edgar se imponían a los centrales que habían dominado hasta entonces el juego aéreo. La remontada se palpaba. La grada empujaba y el equipo había metido al rival en su área. Era el momento de la suerte, también. Esa que se busca. Pedro Martín la picó y el roce de un defensor envenenó el centro. José Juan voló pero Edgar aguardaba el momento para empujar el cuero a gol. Remontada épica para cerrar Santa Tecla en el coliderato y una victoria solo al alcance de equipos con espíritu campeón.

Ficha Técnica:

Nàstic. Manu Garcia, Pol Domingo, Aythami, Quintanilla, Joan Oriol, Ribelles (Nil, 75’), Bonilla (Buyla, 54’), Del Campo, Robert Simón, Edgar Hernández (Pablo, 89’) y Fran Carbia (Pedro, 54’).

Alcoyano. José Juan, Primi (Raúl, 73’), Carlos Blanco, Fran Miranda, Andy (Toni, 73’), Mourad, Dani Vega (Javier, 63’), Lillo, Ángel Sánchez (Juanan, 63’), Imanol (Julian, 81’) y Ángel López.

Goles. 0-1, Mourad (43’); 1-1, Robert (73’); 2-1, Edgar Hernández (84’).

Árbitro. Antonio Monter. Amonestó a Quintanilla; Lillo, Miranda, López y Raúl.

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