Crónica Reus-Voltregà. 'Dulce presagio'

El Reus supera al Voltregà en un buen partido, que se ha decidido con un gol de Xavi Costa en el suspiro final (5-4). El Palau d'Esports ha vivido el aperitivo del cruce de cuartos de final de la Copa, que los dos equipos van a protagonizar en Blanes

19 mayo 2017 23:35 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:34
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Jepi recogió una pelota en media pista consciente de que el viaje terminaba. Aquella pelota le sonrió. Encaró eléctrico el delantero. Acostado en la derecha. Su derroche de energía, ese derrame de potencia, bastó para sortear al defensor. Restaba poco más de un minuto para ver morir un partido que se mantenía en el alambre (4-4). 
Jepi tuvo que elegir a mil pulsaciones por segundo. Necesitaba una dosis de coherencia para terminar su obra de arte. Miró al segundo palo para hallar a su socio preferido. Andaba Xavi Costa por allí, como aquel que silba con disimulo. Jepi le sirvió a media altura. Costa la empujó. Nadie sabe muy bien con qué extremidad del cuerpo. Lo cierto es que la jugada terminó en éxtasis. La furia de Jepi al celebrar el gol simbolizó el tránsito de un equipo con el orgullo herido. El éxito de anoche significa mucho más que una simple victoria. Es el volver a creer. El encontrar un resquicio de esperanza. Lo necesitaba el Reus.
La cita pedía a los chicos de Domínguez convivir con la presión asfixiante del prohibido equivocarse. En el templo rojinegro suele pesar la ansiedad cuando vienen mal dadas. Ha ocurrido millones de veces. La madurez que exhibió el Reus para mantenerse de pie rozó el excelente. Sólo en ese escenario podía solucionar el problemón. Porque el Voltregà, ahora mismo, es todo un problemón para cualquiera de sus ‘enemigos’. El rival rojinegro se marchó del Palau d’Esports con su imagen impoluta.  Ares ha construido un grupo que sabe bien cómo comportarse en cada situación. Gestiona con firmeza los momentos, jamás se vuelve loco el Voltregà. Lo demostró en el arranque, cuando el Reus le pasó por encima.
El entusiasmo local se apoderó del gobierno de la noche. No pareció el Reus un equipo derrumbado. Ayudó el gol tempranero de Costa. De pala, escorado en la izquierda. Costa le da cosas distintas al Reus cuando se libera de todo lo que rodea al juego. Cuando exclusivamente vive para su trabajo. Es un amante de los espacios cortos, un buen definidor, pero no sólo eso. Cuando está ofrece salidas al juego desde los fondos, genera espacios. Y ante el Voltregà, estuvo.
El Reus culminó su dominio con un 2-0 prometedor. Platero mandó al ángulo una pena máxima. Emergió el Voltregà cuando se sintió golpeado. Cuando le zarandearon se quitó la pereza y se puso a jugar. Vargas penalizó una mala defensa del Reus en el primer palo para reducir distancias, pero Coy volvió a poner a los suyos en punta de lanza con el 3-1. Dani Rodríguez envió a los dos equipos al descanso con el 3-2 y el Voltregà resucitado. Quedaba mucha tela que cortar.
Y más, cuando los visitantes se aprovecharon de un error rojinegro para igualar a la contra. Culminó Grau y el partido alcanzó tintes dramáticos. Se convirtió en un cara o cruz. 
Platero dejó una exquisitez deliciosa para volver a situar en ventaja al Reus. Amagó el pase y definió al primer palo. Cayó en la trampa Torelló. Ni así plantó la bandera blanca el Voltregà. Curtido en mil batallas. Liderado por Petxi Armengol, su capitán. Un jugador acostumbrado a la exigencia de la élite. Éste culminó un penalti para invitar a los hinchas a un desenlace cardíaco. Justo hasta que Jepi cogió la pelota y desequilibró. Costa hizo el resto. La alegría halló la inmensidad. Fue un dulce presagio para Blanes.
Jepi recogió una pelota en media pista consciente de que el viaje terminaba. Aquella pelota le sonrió. Encaró eléctrico el delantero. Acostado en la derecha. Su derroche de energía, ese derrame de potencia, bastó para sortear al defensor. Restaba poco más de un minuto para ver morir un partido que se mantenía en el alambre (4-4). 

Jepi tuvo que elegir a mil pulsaciones por segundo. Necesitaba una dosis de coherencia para terminar su obra de arte. Miró al segundo palo para hallar a su socio preferido. Andaba Xavi Costa por allí, como aquel que silba con disimulo. Jepi le sirvió a media altura. Costa la empujó. Nadie sabe muy bien con qué extremidad del cuerpo. Lo cierto es que la jugada terminó en éxtasis. La furia de Jepi al celebrar el gol simbolizó el tránsito de un equipo con el orgullo herido. El éxito de anoche significa mucho más que una simple victoria. Es el volver a creer. El encontrar un resquicio de esperanza. Lo necesitaba el Reus.

La cita pedía a los chicos de Domínguez convivir con la presión asfixiante del prohibido equivocarse. En el templo rojinegro suele pesar la ansiedad cuando vienen mal dadas. Ha ocurrido millones de veces. La madurez que exhibió el Reus para mantenerse de pie rozó el excelente. Sólo en ese escenario podía solucionar el problemón. Porque el Voltregà, ahora mismo, es todo un problemón para cualquiera de sus ‘enemigos’. El rival rojinegro se marchó del Palau d’Esports con su imagen impoluta.  Ares ha construido un grupo que sabe bien cómo comportarse en cada situación. Gestiona con firmeza los momentos, jamás se vuelve loco el Voltregà. Lo demostró en el arranque, cuando el Reus le pasó por encima.

El entusiasmo local se apoderó del gobierno de la noche. No pareció el Reus un equipo derrumbado. Ayudó el gol tempranero de Costa. De pala, escorado en la izquierda. Costa le da cosas distintas al Reus cuando se libera de todo lo que rodea al juego. Cuando exclusivamente vive para su trabajo. Es un amante de los espacios cortos, un buen definidor, pero no sólo eso. Cuando está ofrece salidas al juego desde los fondos, genera espacios. Y ante el Voltregà, estuvo.

El Reus culminó su dominio con un 2-0 prometedor. Platero mandó al ángulo una pena máxima. Emergió el Voltregà cuando se sintió golpeado. Cuando le zarandearon se quitó la pereza y se puso a jugar. Vargas penalizó una mala defensa del Reus en el primer palo para reducir distancias, pero Coy volvió a poner a los suyos en punta de lanza con el 3-1. Dani Rodríguez envió a los dos equipos al descanso con el 3-2 y el Voltregà resucitado. Quedaba mucha tela que cortar.

Y más, cuando los visitantes se aprovecharon de un error rojinegro para igualar a la contra. Culminó Grau y el partido alcanzó tintes dramáticos. Se convirtió en un cara o cruz. 

Platero dejó una exquisitez deliciosa para volver a situar en ventaja al Reus. Amagó el pase y definió al primer palo. Cayó en la trampa Torelló. Ni así plantó la bandera blanca el Voltregà. Curtido en mil batallas. Liderado por Petxi Armengol, su capitán. Un jugador acostumbrado a la exigencia de la élite. Éste culminó un penalti para invitar a los hinchas a un desenlace cardíaco. Justo hasta que Jepi cogió la pelota y desequilibró. Costa hizo el resto. La alegría halló la inmensidad. Fue un dulce presagio para Blanes.

 

Ficha técnica

Reus Deportiu. Molina, Platero, Salvat, Ollé y Costa. También jugaron: Jepi Selva y Coy.

Voltregà. Torelló, Dani Rodríguez, Álex Rodríguez, Armengol y Tirso. También jugaron: Vargas y Grau.

Goles. 1-0, Costa (4'), 2-0, Platero (12'), 2-1, Vargas (17'), 3-1, Coy (20'), 3-2, Dani Rodríguez (21'), 3-3, Grau (26'), 4-3, Platero (31'), 4-4, Armengol (35'), 5-4, Costa (49').

Árbitros. Sanz y Burgos. Sin cartulinas.

 

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