Cuestión de dinámicas

El fútbol suele ser atemporal e impaciente. No entiende de periodos de adaptación. Quizás por ello el Nàstic visita el Ramón de Carranza con una necesidad prácticamente agónica de sumar la primera victoria de la temporada. 

Sólo se han disputado tres jornadas de campeonato, pero la imagen del equipo dista mucho de aquellas puestas en escenas tan atractivas que lograron en pretemporada. Ni los resultados ni el fútbol que está desplegando el equipo están convenciendo. La gran pregunta es cómo un equipo puede cambiar tanto en tan corto margen de tiempo. El Nàstic presente un carácter bipolar preocupante.

No obstante, una victoria en el Carranza le daría un giro de 180 grados a la actual situación. Sumar tres puntos sería coger una bocanada de aire importante. Los futbolistas afrontarían el duelo ante el Albacete con mucha menos presión. Se suele decir que hay algunos  encuentros en los que hay algo más que tres en puntos en juego. El duelo ante el Cádiz es uno de ellos. Responde a todas las premisas para catalogarlo de trascendente, no tanto en números, pero sí en sensaciones.

El Nàstic llega al encuentro con la baja de Sergio Tejera, una de las piezas claves del equipo. El barcelonés ya se perdió el pasado choque liguero ante el Sporting y el pasado encuentro de Copa ante el Lugo. Al mediocentro grana se suma la baja de Stéphane Emaná, quien se lesionó en la cadera derecha ante el Lugo. Junto a Tejera y Emaná, siguen las bajas de Abraham Minero, Pol Valentín, Djetei y Jean Luc.

Por su parte, el Cádiz llega en una dinámica totalmente opuesta a la del Nàstic. Los de Álvaro Cervera se están mostrando como un equipo sólido con una capacidad de desequilibrio de tres cuartos hacía delante temible. Actualmente, son terceros en la clasificación con siete puntos. Están invictos y en la Copa del Rey también han pasado de ronda después de vencer al  Almería por la mínima.

Sin duda que David Barral y Álvaro García son sus dos futbolistas más desequilibrantes. Habrá que vigilarlos muy de cerca.