David Comamala: 'El jugador africano destaca por el potencial físico y la voluntad de competir'

Hace nueve años que David Comamala analiza exhaustivamente el fútbol africano en busca de talento exportable a Europa. En marzo del 2016 se incorporó a la secretaría técnica del Nàstic para aportar sus conocimientos del continente africano. Madinda, Jean Luc o Djetei son algunos de los futbolistas que descubrió

19 mayo 2017 15:40 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:40
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P: ¿Cuánto hace que empezaste a analizar el mercado africano?

R: Mi primer proyecto en el fútbol africano fue en 2008. Desde entonces, a excepción de los años en el Olot, he estado viajando asiduamente a África para ver jugadores.

 

P: ¿De qué se trató ese primer proyecto del 2008?

R: Fue un proyecto de Promoesport que tenía una duración de tres años y medio cuatro en el que fuimos a buscar posibles clientes para la empresa. Jugadores jóvenes de 17, 18 y 19 años con proyección de poder ser profesionales. Cada año se seleccionaban a una cincuentena de jugadores que se llevaban a Burkina Faso durante 15 días para entrenar, jugar partidos amistosos y exponerse a los ojos de directores deportivos de España, principalmente, aunque también hubo de Italia o Alemania, que venían una semana a ver si alguno de los jugadores encajaba en sus equipos.

 

P: ¿Salieron muchos jugadores?

R: Salieron algunos. Por ejemplo, Lago Júnior, Madinda, Jean Luc o el más conocido actualmente como Eric Bertrand.

 

P: ¿Eric Bailly es el prototipo de operación perfecta?

R: Es el éxito total del proyecto. En cuatro años ha movido traspasos por valor de 40 millones de euros y ha acabado jugando en el Manchester United. Salió de la promoción del 2011 y en menos de cinco años es titular de uno de los ‘grandes’ clubes de Europa. También hay otros que no tuvieron tanto éxito, pero son jugadores profesionales que se ganan bien la vida. Salieron también Koné, del Leganés, o Clifford Aboagye que está en Pachuca (México).

 

P: ¿Qué factores tienen que darse para que se produzca ese éxito con un jugador africano?

R: Primero trabajo. Era un proyecto que requería una inversión importante que le dedicamos muchas horas, viajes a África, en lugares en donde la mayoría de españoles no entraban. Los clubes franceses siempre han tenido más cultura de ‘scouting’ africano porque la mayoría de países son antiguas colonias y tienen más facilidad, pero la gente del fútbol español no era habitual mirar a África. Entra también el gusto futbolista de las personas que eligen y detectan quién tiene mayor potencial. Y, por último, la suerte. El caso de Jean Luc. Nada más lo veías destacaba. Por su habilidad en el uno contra uno y su velocidad. No era un tema de descubrimiento sino de llegar antes que otro. En ese sentido, tener detrás a una empresa que apueste rápido facilita cerrar el acuerdo con mayor velocidad.

 

P: Precisamente, el pasado colonial hacía que muchos jugadores africanos mirasen Francia como puerta de Europa. También China irrumpió como futuro de los futbolistas africanos, al tiempo que sus empresarios acumulaban territorios con importantes recursos naturales. ¿Hacia dónde mira ahora el futbolista africano?

R: El jugador africano quiere salir de África. Tiene una necesidad económica de sobrevivir. No sólo él sino sus familias. Un jugador que esté en un club de Europa acaban manteniendo a las familias. Primero miran las principales ligas europeas que tienen un seguimiento masivo. Los fines de semana en la televisión sólo dan fútbol. Es una locura. Pero, son realistas y puedes encontrar africanos en cualquier país. Uzbekistán, China, etc. Tienen una necesidad económica que cualquier cosa con cara y ojos se arriesgan y van. Sin miramientos.

 

P: ¿África es enorme, dónde se pone el foco?

R: Fútbol hay en todos los lados. Pero por mi experiencia la zona centroafricana (Costa de Marfil, Ghana, Gabón, etc) es donde hay más potencial. Primero por número de población y por el modus vivendi. La otra parte de África es mucho más pobres y seco y es más difícil.

 

P: ¿En qué condiciones se desarrolla el fútbol africano?

R: Hay diferencias. África es un continente enorme y hay países de todo. En Sudáfrica y Ghana, la liga de Primera mueven cantidades importantes de dinero y los futbolistas pueden ser profesionales. En los otros países es complicado. Un jugador de Primera en Senegal o Camerún puede tener un sueldo de 200 euros, que para ellos es mucho, pero comparado con el fútbol europeo es ridículo.

 

P: ¿Pero son campeonatos bien organizados?

R: No se pueden comparar con ninguna competición europea. No suelen tener fecha de inicio o de golpe parán y no sabes porqué. Las subvenciones del estado a los clubes no llegan nunca. Los jugadores cobran dos meses y luego no lo hacen. Si aquí hay problemas con jugadores que se dejan ganar imagínate allí. No tiene nada que ver con ninguna competición europea es totalmente amateur. Es verdad que Marruecos o Sudáfrica la liga tiene estructura.

 

P: ¿Y a nivel de infraestructuras?

R: Es que no hay. Ahora nos encontramos con que Djetei se va a jugar un partido amistoso con Camerún en Bélgica -el rival fue Guinea- y juega en un campo de tierra. O están alojados en el hotel pero la federación, cuya selección es campeona de la Copa de África, no tiene dinero para pagar la comida a la plantilla el día de partido. Esta es la realidad fútbol africano.

 

P: ¿Dónde está el dinero de los premios de la CAF o la FIFA?

R: Si en Europa ya hay problemas para controlar el dinero que va a las federaciones, en África es todo un misterio. Desaparece. Si te fijas, antes de cada gran competición, siempre sale algún caso de una selección en la que los jugadores se niegan a viajar por problemas con las primas. Es habitual. El dinero está pero no llega a los jugadores. Es uno de los obstáculos que tiene el fútbol africano para evolucionar.

 

P: ¿Esos problemas inciden en los futbolistas? Djetei se ha lesionado justo después de volver del parón de selecciones.

R: Hay un relación seguro. Las cosas no vienen porque sí. En mayor o menor medida habrá tenido influencia. No solo él. Madinda ha ido a la Copa de África. Ha hecho cuatro viajes para jugar amistosos y en unas condiciones de entrenamiento que no son las adecuadas para un jugador profesional. Estos son los verdaderos problemas de los 'parones'. No es que se vayan a Argentina o Brasil o España, con estructuras profesionales, sino el cambio brusco que se da en África. Este es uno de los motivos por los que muchos clubes europeos tiran hacia atrás a la hora de apostar por el fútbol africano.

 

P: ¿Es una inversión cara?

R: En aspectos monetarios no. Seguramente es más económico. Porque por poco que pagues ya es más de lo que cobran. Pero es una inversión mayor en recursos humanos y tiempo. Los resultados son a largo plazo. No es igual la adaptación de un futbolista que viene de Georgia con 18 años que la de un africano. Su cultura, el conocimiento de Europa, la facilidad para adaptarse no tiene nada que ver.

 

P: ¿Qué necesidades tiene el jugador africano?

R: La misma que todos los jugadores. Son gente joven que necesita cariño. Sentirse arropado por el club. Necesitan un punto de afecto más que otros jugadores por las diferencias culturales entre el África pobre y Europa.

 

P: ¿A nivel deportivo?

R: La primera y la más importante es una adaptación física al fútbol europeo. Se contratan jugadores africanos por su poder físico, pero lo que más cuesta, y lo que más se tendría que incidir es en su adaptación física. Porque vienen de hacer entrenamientos sin ritmo e intensidad, conocimientos tácticos pocos, pero tampoco están preparados para afrontar un partido de Segunda división española. No tienen los biorritmos adaptados. El caso de Djetei es un jugador con una potencia y velocidad interesante pero hasta hace poco tenía problemas de rampas. Todavía no está adaptado. En el resto son gente lista que la vida les ha obligado a espabilarse.

 

P: ¿Qué define al futbolista africano?

R: Cada país tiene características diferentes. En general destacan por ese punto físico y la voluntad de competir que les hace ir un paso por delante. Esa gana o necesidad, que los jóvenes europeos cada vez tienen menos por las comodidades, de mantener una familia hace que el futbolista africano tenga un plus.

 

P: Está lleno de escuelas, pero hay que ir con ojo.

R: Hay de todo. En cada país hay dos o tres centros que intentan hacer las cosas bien. Teniendo en cuenta que están en África. Luego hay personas, con un poco de poder en el barrio o la ciudad, que cogen cuatro pelotas y un juego de camisetas y monta un escuela. La mayoría de escuelas son eso.

 

P: ¿El jugador africano llegará más preparado en el futuro?

R: Mejor no. Habrá casos puntuales porque Chelsea o Manchester United tiene escuelas tuteladas en Ghana, por ejemplo, que sí conseguirá que el jugador que llegue esté mejor preparado, pero en general, el fútbol africano está lejos de la formación que se pueda dar en Europa o Sudamérica.

 

P: Si no hay dinero para dar de comer a los jugadores, menos para invertir en el futuro.

R: La inversión es justa. Un ejemplo. Abidjan, capital de Costa de Marfil, uno de los países con más potencial, tiene dos campos de césped artificial para acoger todos los partidos de la Primera. Y es césped artificial de 10 o 15 años que Europa ya no quiere. La inversión que ha vendido la FIFA se ve poco.

 

P: Desde aquella Argelia de España 82 a la Camerún de Roger Milla y la Nigeria de Okocha, se espera la explosión africana que sí tienen en los mundiales juveniles.

R: Pero es otra de las problemáticas del fútbol africano. En el último Mundial Sub-17 el equipo de Nigeria tuvo que pasar una prueba de edad de la FIFA y de los 24 seleccionados 23 tuvieron que dejar la selección. Pasa y no lo niegan. Es su necesidad de subsistir.

 

 

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