David Querol no se olvida del CF Reus

El reusense pasó el fin de semana en la ciudad y vio a los equipos del fútbol base en el anexo del Estadi. Precisamente, el sábado debía disputarse el Reus-Cádiz, un partido que ya resulta imposible

01 abril 2019 16:41 | Actualizado a 01 abril 2019 21:46
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En una conocida pizzería reusense se dio un encuentro casual y entrañable. Fue el viernes, a la hora de la cena, cuando David Querol (Reus, 1989) se presentó en Reus liberado de los entrenamientos en Cádiz. Acompañado por sus dos amigos inseparables, Raúl y Joaquín, el delantero se decidió a compartir mesa y mantel bajo la tranquilidad y el confort que da sentirse en casa. En la mesa de al lado topó con el cuerpo técnico al completo que le dirigía hace poco más de tres meses en el Estadi, con Xavi Bartolo y Sergi Parés a la cabeza. Hubo un millón de risas y el comentario de siempre. «¿Qué Querol, ya te has hecho el jefe de Cádiz?». Vaciló el exrojinegro. «¿Lo dudáis?». Los abrazos y los signos de complicidad cerraron la primera sorpresa del fin de semana. Un fin de semana especial. El Reus, precisamente, debía enfrentarse al Cádiz el sábado. Un partido que ya es imposible. En el mismo vestuario gaditano le habían bromeado la pasada semana. "¿Vas a celebrar el gol si marcas?"

El espigado atacante reusense invirtió la mañana del sábado para volver al lugar donde había trabajado y echado raíces en los últimos tiempos. A primera hora de la mañana visitó el bar de madera para saludar a Paola, la encargada de esos almuerzos antes de cada entrenamiento. Allí repitió café para recordar viejos tiempos. Cuando pisó las instalaciones del polígono Agro Reus se inundó de nostalgia. «Una mezcla rara de sensaciones. Llegué a sentir mucha pena», asegura. En los campos anexos, los chicos del fútbol base se disponían a defender la zamarra rojinegra como si nada en el club ocurriera. Con aparente normalidad y repletos de orgullo. Querol no perdió detalle, además de sentir su propio reflejo. Él también invirtió muchas mañanas de sacrificio en esos campos, antes de lucir con los mayores.

Joaquín, inseparable amistad en las horas de ocio, dirige a uno de los benjamines de la academia rojinegra. Hubo derbi de la categoría ante el Nàstic y el jugador del Cádiz no le quitó ojo al partido, ante las miradas de los padres y de los asistentes. Su presencia resultó una grata sorpresa. Los chavales de Joaquín se apuntaron el mini derbi con un 3-2 ajustado, en el suspiro final. Partido de máxima igualdad, como lo establece el guión.

David necesita sacar horas de dónde no hay para poder cumplir todas las peticiones de visita cada vez que pone los pies en Reus y eso que sólo hace tres meses que puso rumbo a la Tacita de Plata. El tiempo justo para convertirse en un reclamo para sus nuevos hinchas, que cada quince días inundan de amarillo en mítico Carranza. Querol vive allí una realidad antagónica a la del Reus. Disfruta de un club estable, saneado y con todas las comodidades que precisa el fútbol profesional. 

Después de dos semanas metido en un hotel, alcanzó su nueva residencia en Jerez de la Frontera, localidad muy cercana a Cádiz y donde ha hallado la tranquilidad para alejarse de la rutina del fútbol tras el trabajo. Hace pocas semanas recibió la visita de su hermano Pedro, un padre para David, y éste quedó asombrado de cómo se vive el fútbol en Cádiz, un lugar de fino de paladar y de cultura futbolística contrastada. Allí se marchó el domingo por la noche Querol, dispuesto a perseverar en una aventura que le ha quitado dolores de cabeza y que le ha situado de nuevo en el escaparate. Eso sí, sin olvidar jamás esa casa en la que se crió y en la pareció reencontrar su mejor fútbol. No hace tanto de eso. Un puñado de días.

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