David Sánchez, de la decepción grana a la historia gaditana

Si alguien conoce la idiosincrasia de Nàstic y Cádiz ese es David Sánchez (Sevilla, 36 años). El futbolista sevillano es uno de los últimos jugadores que han pasado por ambos equipos. Junto con Juanjo García, el lateral diestro que calcó el camino del andaluz de Tarragona a Cádiz, pasando por Melilla, vivieron dos aventuras bien distintas en las dos ciudades.

En el Nou Estadi sufrieron la inmensa decepción que supuso la derrota en Llagostera en el play-off de ascenso a Segunda de la temporada 2013-14. En el Estadio Ramón Carranza lo contrario. Se convirtieron en héroes de un ascenso histórico del club gaditano, devolviendo a la entidad a la categoría de plata seis años después de perderla.

Desde Orihuela, donde el futbolista pulido en la Masia del FC Barcelona apura sus últimos devaneos con el fútbol en el club local, de Tercera División, David Sánchez recuerda bien sus dos etapas en Tarragona, «una ciudad especial porque nació mi hijo y un club familiar, recomendable para jugar a fútbol».

En su primer curso, la 2007/08, el Nàstic acababa de descender de Primera División (2007/08). «El proyecto era muy bueno, para ascender, pero no estuvimos a la altura», admite. Pudo seguir, porque tenía contrato, pero decidió marcharse a Rumanía, al Politehnica Timisoara.

Regresó cinco años, en la 2013/14, después para sumarse a otro proyecto con aspiraciones. Esta vez en Segunda B. «Es uno de los mejores equipos en los que he jugado con un gran entrenador», señala el centrocampista.

La temporada salió redonda. Junto con Rocha, David Sánchez formó un centro del campo de mucho fútbol. Jugó 43 partidos en total y anotó un gol en el derbi ante el CF Reus. Pero llegó Llagostera. El mediocentro recuerda que fue un choque «complicado» en el juego y por el ambiente. «El árbitro permitió que hubiera gente alrededor del campo muy pegada a los jugadores, pero es fútbol. Fue un verano difícil. Me alegré cuando la temporada siguiente consiguieron el ascenso».

David Sánchez volvió a hacer las maletas. Esta vez para irse a Melilla, donde jugó una temporada y media, antes de recalar en el Cádiz de su amigo Juanjo. Otro club «cuyo lugar está, como mínimo en Segunda División, porque está rodeado de mucho fútbol y con una ciudad que se vive el fútbol de una manera especial».

Juntos consiguieron clasificar al conjunto gaditano para el play-off de ascenso a Segunda. Les tocó el camino largo. Igual que en Tarragona. Y como entonces, el primer rival fue el Racing Ferrol, al que superaron con un 1-2 en el estadio de A Malata. Otro histórico como el Racing Santander fue la segunda víctima de aquella plantilla que se acabaría convirtiendo en historia gaditana con el ascenso logrado ante el Hércules.

Inicios complicados

El domingo, a las 20.00 horas, Nàstic y Cádiz se verán las caras en el Carranza. El inicio de liga no ha sido el esperado para ninguno de los dos conjuntos. «Los comienzos de temporada no son fáciles. El Cádiz tiene un estilo muy marcado, con un fútbol directo con plantilla y entrenador para estar en la zona alta de la tabla. Que estará». Su visión del Nàstic es algo más prudente. Los cambios en la plantilla y el nuevo proyecto que supone el técnico José Antonio Gordillo hacen que «el objetivo sea más humilde, la salvación que seguro lograrán».

Espera un partido igualado, en el que el Cádiz es ligeramente favorito. Sin embargo advierte que el Carranza puede jugar su partido. La posición del equipo en la tabla no es cómoda y el ‘run run’ de la grada puede afectar al rendimiento de los futbolistas. «El Carranza ruge para bien o para mal. Cuando un futbolista pierde un balón y escucha ese run run no ayuda a que gane confianza», asegura David Sánchez.

El centrocampista que llegó a debutar con el FC Barcelona en la Champions League de la mano de Louis Van Gaal (2002/03) ­-jugó un minuto ante el Brujas- y que acumuló minutos en Primera y Segunda disfruta del fútbol modesto. El sevillano sigue ofreciendo sus dotes futbolísticas por los campos del grupo valenciano Tercera División. Este verano aterrizó al Municipal de Los Arcos cedido por el Real Murcia. Ha jugado los seis partidos disputados hasta la fecha, anotando un gol, que permiten al Orihuela bordear la zona de play-off a Segunda B. Un ascenso con el que culminar su carrera.