Derrota cruel del juvenil del Nàstic (1-2) contra el Barça post Valdés

El conjunto de Dani Vidal completó un gran partido pero sucumbió en una acción de picardía del equipo azulgrana sin técnico

05 octubre 2019 17:50 | Actualizado a 07 octubre 2019 16:50
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La picardía de sacar una falta rápida y coger a traspiés a los rivales fue la única manera que encontró el Juvenil A del Barça para superar la cohesionada defensa del Juvenil A del Nàstic y llevarse los tres puntos en juego en el Municipal de la Pobla de Mafumet. Los jugadores azulgranas, ya sin Víctor Valdés en el banquillo, no encontraron otro modo de superar las dos líneas que Dani Vidal tiene tan bien trabajadas.

Sus futbolistas actuaron en uno de los encuentros más exigentes de la temporada con un sacrificio ordenado. Todos y cada uno de los jugadores acudían al rescate de su compañero fuera cual fuera la situación. Ayudas y coberturas que metían a los talentosos jugadores culés en laberintos con pocas o ninguna salida.

El delantero reusense del Juvenil A del Barça Jaume Jardí era el único que causaba alguna incomodidad en la zaga local, pero sin conseguir encontrar el resquicio. Hasta que a la media hora de juego soltó su temido latigazo desde la frontal. Guillem había protegido bien su arco hasta el momento con buenas intervenciones frente a Ilaix y Peque, pero el tiro de Jardí, con un bote extraño incluido, le cogió por sorpresa.

El Barça golpeaba en un duelo equilibrado y muy abierto, en el que el Nàstic también había dado muestras de sentido práctico con el balón en los pies. A los granas no les quemaba la pelota. Sus asociaciones no eran ni tan largas ni elaboradas como sus adversarios pero tenían más verticalidad. Si antes del gol visitante habían disfrutado de ocasiones para adelantarse, especialmente en un disparo cercano de Robledo y otra de Zaka, fue éste último el que conseguía la igualada tras una triangulación en el interior del área chica. El empate dio ánimos al Nàstic que pudo irse al descanso con ventaja. La puso Quirós pero Zaka no estuvo tan acertado en el remate.

El Barça ató más el balón en el segundo tiempo pero sin generar ocasiones claras. El buen repliegue local y la amenaza al contragolpe dejaba el partido en el aire. Pero mientras el Nàstic ponía la barrera, Antonio Jesús sacaba y cedía a Balde. El lateral culé se encontró con un gran Guillem. El cuero le llegó a Peque que marcó a puerta vacía para la desolación de los seguidores granas.

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